¡𝐒𝐨𝐥𝐨 𝐄𝐫𝐚 𝐔𝐧 𝐂𝐚𝐣𝐞𝐫𝐨!~||❍︎𝐊𝐨𝐨𝐤𝐌𝐢𝐧

𝕮𝖆𝖕.15: 𝕽𝖊𝖑𝖆𝖙𝖔𝖘 𝖉𝖊𝖑 𝖕𝖆𝖘𝖆𝖉𝖔~

El miedo es el principal enemigo del ser humano, pero...

¿Por qué hemos de sentir miedo?

Varios autores recalcan que, el miedo está instalado en el cuerpo humano como alerta de peligro, con células arraigadas a todo nuestro sistema, y las cuales se intensifican de manera inmediata al percibir posible daño, ya sea físico e inclusive emocional.

Jimin tenía miedo, puesto a que, había muchas cosas que desconocía del pelinegro que se rehusaba a dejarle ir de la cama y de ese abrazo, sin embargo, ese no era el motivo suficiente para que en el fondo de su cuerpo se albergará esa especie de ansiedad y temor. Había algo que tan solo le indicaba que no debía tomarse a la ligera las cosas, que esta vez, no podía bajar la guardia de manera directa.

— Sean — llamó por tercera vez al hermoso hombre. — N-No me hagas esto más difícil — pidió y estaba seguro que su voz temblaba. — Y-Yo... —

No podía, quería solo decir un "adiós" definitivo, pero... a pesar de ordenarse pronunciar esas palabras, no lograba siquiera expulsar el sonido de la primera vocal, porque sencillamente su corazón no estaba decidido a soltar a esa persona, esa que se había inmiscuido en su vida de la noche a la mañana.

— Jimin — le llamó JungKook cerca del oído, provocando que se estremeciera, ante el suave susurro. — No voy a renunciar a ti, no otra vez —

Las palabras cargaban tanta firmeza, que le enredaban más, es que, Jimin sentía que se encontraba con una bomba a punto de explotar entre las manos. ¡Dios mío! ¿Por qué se le estaba complicando todo?

JungKook salió de su escondite, y volviendo a ver los orbes miel que le tenían completamente cautivado...

— Una vez lo hice —

《En realidad dos veces》 rectificó en mente.

— Y nada fue bueno —

Y ante las últimas trece palabras, Park estaba muy de acuerdo.

— Amor, solo... no quiero volver alejarme de ti — dejó más claro, Jeon.

El pequeño pelirrojo quería encontrar explicación del porqué sus emociones salteaban de gozo, aun cuando en lo más recóndito, tanto su mente, como corazón le pedían precaución. Él tenía en claro que, tener una relación con mentiras no le traería nada bueno, además no quería, ni se sentía capaz de volver a mantener completamente solo la cuerda de esa relación.

Miró fijamente esos ojos negros que le llamaron la atención desde el primer día de servicio en el Banco, alzó una mano y la dejó posada en la mejilla del contrario. Solo entonces, costeando el porcentaje de perder de nuevo, aceptó que estar jodido de todas formas, porque amaba a ese hombre a pesar de no conocer toda su historia.

Sencillamente, aunque fuera consciente del peligro, de la perdida en pleno juego, su corazón volvía a engatusarle hasta la última neurona, tras ignorar la advertencia latente que empleaba minutos atrás.

— No quiero volver a sentirme destruido — confesó, rompiendo el silencio que se había asentado.

No obstante, JungKook no cedería tan fácil a un "adiós", debido a que en el pasado le arrebataron todo, y ahora que había encontrado y animado a mantener cerca ese click en su vida, no lo dejaría ir, se rehusaba a soltarlo sin luchar antes.

— ¡Shh! — detuvo a Park. — Escúchame, cielo — pidió; — una semana — dijo.

— ¿Una semana? — le inquirió el menor, algo confundido