ONLY YOU || James Potter

VIII. Miradas

Después de hablar con Remus, Daila caminaba en dirección al gran comedor en compañía de Dylan y las niñas.

Remus le agradaba mucho si, pero sus amigos no desde aquella discusión que tuvieron a Daila le pareció que eran unos inmaduros.

Dylan le contó que el compartía habitación con Apolo Snape, con Frank y otro niño de primer año, también le dijo que Apolo era totalmente diferente a Severus en todo sentido.
Mientras que Severus se concentraba en libros, Apolo se perdía el tiempo en crear bromas o en chicas. Y eso para Daila era un rotundo no.

Perdidos en sus conversación no se percataron que ya estaban frente a la puerta del gran comedor, hasta que un chico de tercer año pasó entre ellos empujando a Daila.
Dylan, Emma y Adhara la ayudaron al levantarse, pues gracias a la fuerza del otro cayó al suelo.

— Oye, disculpate con ella. — un furioso Dylan habló llamando la atención del otro.

Cuando este se da vuelta para enfrentarlos, los niños pudieron ver que pertenecía a la casa de las serpientes.

— No tengo porque hacerlo, estúpidos leonés. — escupió mientras los veía de arriba a abajo.

— Si lo tienes que hacer, serpiente patética. — habló Adhara.

— Oh pero miren nada más, es la traidora. — dijo mientras una risa burlesca salía de el.

— Vamos chicos, no vale la pena sólo es niño sin cerebro, no pierdan su tiempo en gente que no lo vale. — por primera vez Daila decidió hablar, ya estaba decidida a abrir la puerta, pero la detienen.

— ¿Tu quien eres para llamarme así?, asquerosa sangre sucia. — puso su mano en el brazo de la pequeña.

— Daila Adams, y tus insultos me importan muy poco pero si no quieres problemas te recomiendo que me sueltes. — Un jadeo de dolor salió de la pelirroja cuando el agarre se hizo más fuerte.

— ¿Qué harás?, ¿Darme un golpe Muggle?. — contestó con burla, y el agarre se hacía cada vez más fuerte.

Sin embargo antes de que pudiera contestar, alguien habló.

— No ella no, pero yo si. — Frank se acercó a el.

— Tranquilo Longbottom, sólo nos estábamos conociendo. — dijo de forma sarcástica.

— Pues ellos no parecen estar contentos, ahora suelta a Daila. Si no quieres que te envíe a la enfermería, Rosier. — le dio una mirada fría al chico Rosier quien se encontraba tratando de ocultar sus nervios, soltó a la menor.

— Tranquilo, me voy. — Sin más el Slytherin abrió la puerta y camino hasta su mesa.

— ¿Éstas bien? — le preguntó a la menor quien asintió. — ¿Ustedes están bien?. — esta vez se dirigió al restó de los niños.

— Si. — hablaron al mismo tiempo.

— Bien entremos, tienen que ir a clases después. — Sin más tomó la iniciativa de abrir la puerta del gran comedor.

Frank les hace una señal con la mano indicándoles qué pasen y así lo hacen, ya estando adentro el grupo de niños caminan hacia su mesa y toman asiento para poder desayunar.

Daila estaba por comer una tostada cuándo siente una mirada intensa sobré ella, por reflejó comienza a buscar al dueño.
Hasta qué lo encuentra, frente a ella en la mesa de Hufflepuff un niño castaño la estaba mirando, ella decide regalarle una sonrisa la cual fue respondida torpemente, pues el niño parecía estar nervioso.
La menor río levemente cuándo al castaño se le cayó un poco de jugo de calabaza encima, Sin duda ella hablaría con el después.
Comenzó a comer sin darse cuenta que un niño de su casa la observaba con el ceño fruncido.
Aparentemente se dio cuenta de las "miradas" y sintió algo dentro de el.

James Potter se molestó, quizás son ¿Celos?.