I. Nuevos vecinos

641 69 5
                                    


Cinco años habían pasado desde la pérdida de sus padres.
Desde entonces Daila Adams ha vívido con sus tíos, quien la cuidaban como si fuera su hija.

Apunto de cumplir 11 años, la pelirroja se encontraba corriendo por toda la casa escapando de su tío.

— Voy alcanzarte florecita — habló Marcus mientras corría detrás de la niña. — Te tengo — la cargo y camino hasta uno de los sillones para después acortarla en éste y comenzar a hacerle cosquillas.

— No....para....ya....no....más.... cosquillas.... por.... favor — dijo la pequeña entre risas.

La puerta de la casa fue abierta.

— Marc, Dai ya regresé — habló Diana.

— Estamos en la sala — grito el hombre mientras seguía haciéndole cosquillas a la menor.

Diana llegó a la sala mientras sonreía.

— ¿Qué están haciendo? — preguntó divertida.

— Tía, ayudame — la niña se liberó de su tío y corrió hacía su tía

— Ven aquí fresita — el hombre fue hacía ella, y la cargo cómo un sacó de patatas.

— Oh no, me atrapó — fingió desmayarse la niña.

— Genial, habrá más helado de chocolate para nosotros. — sonrió el mayor.

— ¿Dijeron helado de chocolate? — levantó la cabeza mientras los veía.

— Así es, acabó de comprarlo — Diana mostró la bolsa dónde había un bote de helado.

— ¡Maravilloso! — dio tres aplausos y sonrió.

Los adultos comenzaron a reír, después Diana sirvió tres vasos con helado.
Los tres comenzaron a comer entre risas, hasta que el sonido de un motor de un camión. Intercambiaron miradas y decidieron caminar hacía la puerta de la casa.

En la casa de a lado una familia de cuatro bajaban de un automóvil.
La señora era castaña, delgada y Daila suponía que era mayor que su tía.
El señor era rubio y alto, al parecer de la misma edad que su tío.
Por último bajaron dos niños, el primero era un poco alto, cabello castaño y aparentemente uno o dos años mayor que Daila, mientras que el otro también era castaño, aparentemente era de la misma edad de ella.

— ¿Debemos presentarnos? — preguntó el mayor mientras cargaba a la niña.

Diana los miró detenidamente, al ver que ambos estaban presentables asintió.
Los tres se acercaron a sus nuevos vecinos, quienes seguían bajando cajas.
Diana fue la primera en hablar.

— Hola, soy Diana Álvez. — Sonrió.

— Es un placer Diana, soy Blair Longbottom — respondió sonriente la señora.

— El placer es todo mío — Diana sonrió levemente.

— Supongo que ellos son tu familia —

— Oh dios si, lo lamentó me olvidé presentarlos, el es mi esposó Marcus Álvez. —

— Un placer conocerla señora Longbottom — habló Marcus.

— El placer es mío, ¿y la pequeña? — dijo mirando a Daila.

Sin embargo antes de que Diana pudiera hablar, la niña habló.

— Soy Daila Elizabeth Adams, es un placer conocerla señorita Longbottom. — contestó mientras estiraba su mano.

Blair sonrió y estrecho su mano.

— El placer es mío señorita Adams, ¿Y dime cuantos años tienes? — preguntó la Longbottom mientras acomodaba un mechón de su cabello.

— Tengo 10 años, en dos semanas cumpliré 11 —

— Tienes la edad de mi hijo Dylan, aguarda los llamaré. — sin esperar respuesta entró a la casa.

— ¿Desdé cuando eres tan educada? — preguntó divertido Marcus.

Daila puso una mano en su pecho mientras abría un poco su boca formando una o.

— Me ofende muchísimo señor Marcus, yo siempre he sido educada. —

Diana y Marcus rieron, aveces Daila podría ser muy sería y madura, pero otras veces (la mayoría del tiempo) era muy infantil y graciosa.

Blair volvió a salir, pero ahora acompañada de su esposo e hijos.

— Familia ellos son nuestros vecinos — dijo Blair sonriendo.

— Hola, ¿tu eres Daila? — preguntó el menor de los Longbottom.

— Si tu debes ser Dylan, ¿cierto? —

— Exacto zanahoria, ¿Quieres ser mi amiga? — sonrió.

— Claro que si, ven vamos al pequeño parque que esta cerca de aquí — tomó la mano del castaño y comenzaron a caminar. — ¡Tu, el otro niño!, ¿No vienés?.

El azabache vio a su madre en busca de su aprobación, cuando ella asintió siguió a Daila y a su hermano.

— ¡Fue un placer conocerla señora Blair!, ¡Señor Longbottom nos conoceremos después, lo prometo!, ¡Tío Marcus no te acabes todo el helado!, ¡Tía Diana estaré con ellos! — gritaba la niña mientras seguía caminando, los niños junto a ella reían al igual que los adultos.





































Daila y su confianza <3

ONLY YOU || James PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora