Capítulo 17

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CATALINA

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CATALINA

Desperté sintiéndome por primera ves en semanas descansada y bien, desde lo de lalo no había podido dormir mas de dos horas seguidas y para colmo siempre despertaba llorando por las pesadillas, para la segunda semana ya ni siquiera soñaba, pero aun así lloraba. Abro mis ojos encontrando a el causante de mi paz, Gabriel mi amigo hermoso que no deja de preocuparse por mí; veo cada una de sus facciones, pero sobre todo esa boca ladrona de besos

El timbre interrumpe mi acoso a Gabriel, intento levantarme para abrir, pero su agarre en mi cintura se hace más fuerte evitando que me levante

- No habrás – dice aun con los ojos cerrados – mejor sigue mirándome – siento mis mejillas arder por su comentario.

- Veo quien es y vuelvo – niega como niño pequeño acurrucándome entre sus brazos

- Te conozco, no vas a volver – sonrió por lo tierno que se ve haciendo pucheros.

- Siguen tocando – digo cuando escucho el timbre de nuevo – te prometo que vuelvo, además quiero ir al baño - bufando con los ojos aun cerrados me suelta.

- Si no vuelves en 30 segundo voy por ti – dice cuando estoy por salir de la habitación.

Salgo rápido de la habitación pues una ves mas tocan el timbre; me encuentro con los Rymer apenas abro la puerta, trato de disimular mi asombro forzando una sonrisa. Los invitó a pasar luego de saludarlos a ambos.

- ¿Quién era, gatita? – avergonzada me cubro el rostro con mis manos luego de verlo aparecer sin camisa por el pasillo – oh, lo siento – abro los ojos cuando escucho las carcajadas de los Rymer y miro a Gab que trata de cubrir su torso desnudo.

- Por que no vas a ponerte una camiseta mejor – le digo tratando de aguantar mi risa.

- Si – dice avergonzado – y te traeré tus zapatos – niego en su dirección y el asiente con una sonrisa antes de irse por el pasillo.

- Lamentamos venir sin avisar, parece que somos inoportunos – llama mi atención Inés – pero cuando Sergio nos dijo que Gabriel no había ido a trabajar por cuidarte nos preocupamos y decidimos venir – al decir eso me siento mal por estar interfirie...

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- Lamentamos venir sin avisar, parece que somos inoportunos – llama mi atención Inés – pero cuando Sergio nos dijo que Gabriel no había ido a trabajar por cuidarte nos preocupamos y decidimos venir – al decir eso me siento mal por estar interfiriendo en su vida - ¿te sientes mejor? No quiero incomodarte, pero te noto un poco demacrada – antes de lanzar una de mis magnificas mentiras, Gabriel regresa con su camisa y con unas pantuflas de conejo en las manos, sin ninguna vergüenza se acerca hasta donde estoy sentada en una de las sillas altas de la barra de la cocina y me coloca una a una las pantuflas. Miro estupefacta cada uno de sus movimientos

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