Capitulo 32

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GABRIEL

MALDITASEAAA... decirle al idiota que si fue un acto de valentía momentánea la cual pienso mantener; estoy culto en el baño usando el espejo para espiar.

- Lina, me encanta verte aquí.

- Hola lalo – lo saluda con un beso en la mejilla – he estado pensando en lo que paso y tome una decisión.

Veo como el asiente mientras la invita a sentarse en el pequeño sofá que tiene en su oficina con el a su lado por supuesto; noto a mi gatita nerviosa, pues se esta acomodando el cabello.

- Lina por favor de algo, me estas matando – ella deja salir el salir el aire y yo me preparo.

- Lalo, te extraño – dice mirándolo por fin, mientras yo siento como el alma se me escapa – tanto que hay veces que no puedo respirar.

- Mi amor, me pasa igual – toma sus manos – pero estamos a tiempo de dejar todo atrás y ser felices – ella agacha la mirada comenzando a llorar, imagino que pensando en mí o bueno eso quiero creer – no llores, sé que él no entendera.

- No me entiendes – se suelta de su agarre – hoy entendí que a quien extraño es al Lalo que creció conmigo, a ese niño inocente que me escuchaba, que hacia todo por verme sonreír.

- No entiendo... - ni yo realmente.

- Yo amo a Gabriel – el la mira y yo estoy tan confundido que no puedo ni sonreír – pero eso no viene al caso.

- ¿Como que no viene al caso? ¿lo amas más que a mí? Porque no niegues que me amas, el beso que nos dimos fue de amor – okay no te alteres – extrañas al lalo de niño – rie sin gracia – no extrañas al lalo que te hacia el amor, no extrañas al que planeo una vida contigo, no extrañas al que te hacia hacer locuras... extrañas al niño.

- Lalo..

- No catalina, hablas como si lo que vivimos hace años no hubiera pasado, como si quisieras borrarlo.

- No es así, yo lo recuerdo y si pudiera regresar lo viviría de nuevo, sin importar el dolor – el idiota bufa, poniéndose de pie - ¿quieres saber porque?

- Supongo que es hora de escucharlo todo – dice en dirección a donde estoy.

- Yo estaba cerrada al amor, así me dejaste tu – la mira – a pesar de todo, en el fondo seguía con esa herida, tan grande que, si hubiera encontrado a Gabriel, no hubiera pasado nada con él.

- ósea que para lo único que servi, fue...

- Me sanaste Lalo – lo interrumpe – se como terminaron las cosas, pero fuera de eso solo me hiciste bien, me amaste, me cuidaste, me enseñaste muchas cosas y siempre estaré agradecida.

- Y entonces ahora tu sigues, mientras yo me sigo hundiendo – ahora ella toma sus manos.

- Lalo, creo firmemente que ya vivimos todo lo que teníamos que vivir – el niega – mírame, fui inmensamente feliz contigo en cada etapa en la que nos encontramos, incluso ahora...

- Pero – dice el con los ojos aguados

- No hay peros, es hora de seguir, estamos listos – pones una mano sobre su corazón – es hora de decirle a nuestros niños internos que ya pueden soltarse, que ya no solo están seguros juntos, que ya podemos protegerlos – mi gatita comienza a llorar y yo solo quiero abrazarla, pero entiendo que es solo momento de ellos – la relación de nuestros padres nos lastimo mucho, modificaron nuestra forma de ver el amor, las relaciones, nos hizo dependientes del otro

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