Capítulo Veintiuno

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¿𝙷𝚊𝚌𝚎𝚛𝚕𝚘 𝚋𝚒𝚎𝚗 𝚘 𝚑𝚊𝚌𝚎𝚛𝚕𝚘 𝚖𝚊𝚕?❞













❝¿𝙷𝚊𝚌𝚎𝚛𝚕𝚘 𝚋𝚒𝚎𝚗 𝚘 𝚑𝚊𝚌𝚎𝚛𝚕𝚘 𝚖𝚊𝚕?❞

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Kun sintió un sabor agrio en la boca mientras a su vez, la culpabilidad abraza su corazón de nuevo. Y es que, es cierto. Nunca le pidió el favor de arreglar su vida. Siempre contó con que Chenle sería el más afortunado estando al lado del Príncipe Coreano. Al principio ignorada los gustos obvios del menor por el Aristócrata, pensó que con regaños y castigos lo olvidaría pero no fue así. Años han pasado y aquellos dos, no parecen olvidarse.

Cada día que pasa, el peso de su corazón se vuelve cada vez más pesado. Jeno necesita el apoyo de su familia para gobernar mientras Kun necesita de Jeno para poder tener suficiente poder y no dejar que nadie le arrebate la corona. Se necesitan mutuamente y el único camino, el cual los unió y los ayudó a salir adelante sin contratiempos fue Chenle.

Un matrimonio que solo traerá beneficios para ellos como gobernantes pero no para quien está siendo "intercambiado".

Jeno miró al Pequeño Príncipe dirigirse a la mesa de dulces con cierto desgano. Luego ve a su mejor amigo, el cual no parece tener mucho humor. Está apartado de todos los demás mientras bebe de una copa fingiendo desinterés. Pensó que los señores Park vendrían pero el primogénito le sorprendió al decirle que están indispuestos. Lo notó, notó como sus ojos parecían al borde del colapso cuando pronunció aquellas palabras. En ese momento, Jeno se dió cuenta que el padre de su amigo parece haber empeorado y con ello, la estabilidad emocional de su madre.

Su corazón solo desea ayudarlos a encontrarse.

Jaemin y Renjun se acercaron al Pequeño Príncipe, el cual al verlos sonrió de inmediato con orgullo.

—No puede ser, se ven muy bien.

—¿Nosotros? Mírate a ti, estás bello —Jaemin soltó.

Chenle negó de inmediato —Usualmente andas desarreglado y por eso no me di cuenta, pero en realidad eres mucho más bello.

—Yo le digo pero no me cree nada —agregó Renjun obvio.

En eso, Haechan llega a ellos —¿De qué hablan? Por cierto... —en eso bajó el tono de voz con cautela —¿Dónde están las, ya sabemos que cosas?

En eso el menor les miró con seriedad y de manera discreta con su mirada va señalando. —Debajo de la primera mesa de dulces pegada está la espada. Las cintas están camufladas detrás de las cortinas del lado derecho. Y el arco entre las cajas de instrumentos, entre los violines.

—Entendido —asintió Jaemin.

—Por cierto, el carruaje que nos enviaste era muy hermoso. ¿Cómo lo hiciste sin que nadie supiera? —cuestionó Haechan curioso.

Los Omegas NO son Héroes [Nomin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora