‿︵‿︵ʚɞ『𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 017』ʚɞ‿︵‿︵
𝑾𝒂𝒍𝒃𝒖𝒓𝒈𝒂 𝑩𝒍𝒂𝒄𝒌
Últimas Vacaciones.
En mis recuerdos no hay ni uno solo en donde me hayas mostrado un poco de afecto. Ni siquiera una sonrisa o algún cumplido por más pequeño que sea... no me disté absolutamente nada.
Cuando era más pequeño quise creer que si hacía todo lo que me pedías y mejoraba todo lo que, según tú, estaba mal en mí me querrías, aunque sea un poco, pero me equivoque.
Nunca fue suficiente para ti, siempre quisiste más y eso a la larga iba a matarme, pero dudo mucho que eso siguiera te importe.
Nunca te importamos después de todo.
Parecía que en esa casa solamente estábamos Siri y yo. Éramos nosotros dos contra el mundo o al menos así lo veía cuando era más pequeño.
De lo único que puedo agradecerte es que nos permitieras ver al abuelo los fines de semana a pesar de que esas visitas, que nos gustaban tanto a Siri y a mí, solo duraron dos meses.
Después de eso, mis recuerdos sobre ti son pésimos.
La mayoría son los gritos de Siri que te pedía perdón por algo que hizo o que tal vez yo hice y él se echó la culpa. Era una costumbre de mi hermano echarse la culpa por cosas que yo había hecho y a mí me encerraba en el armario para que no pudiera salir y detenerte; él sabía que si yo intervenía me iba a ir mucho peor... prefería tener todo el castigo para él solo.
Recuerdo con claridad cuando te enteraste de que Siri había quedado en Gryffindor, fue durante el almuerzo. Habías gritado que Siri era tu mayor decepción, que no podía ser un horrible Gryffindor, que cuando volviera lo ibas a matar.
"— ¡No tiene nada de malo que Siri esté en Gryffindor! ¡No puedes matar a mi hermano por eso!
Si te soy sincero no me arrepiento de haberte gritado. Eras parte de mis malditas pesadillas y por primera vez quería ser valiente y defender a Siri; aunque era claro que eso no se quedaría impune.
"— ¡Ven aquí niño! ¡Te enseñaré a respetar a tu madre!
Ese día sufrí mi primer castigo, pero jamás me arrepentí. Siri era todo lo que tenía en esa casa, no iba a permitir que me lo quitaras simplemente por quedar en otra casa; él no tiene el poder para elegir en donde estar. Tu excusa para matar a mi hermano era condenadamente estúpida.
Después de eso me regañabas por cada mínimo error que cometía. Gracias a ti comencé a odiar las pociones; solías darme clases avanzadas en esa materia, según para que fuera el mejor en mi clase, pero lo detestaba.
Odiaba el simple hecho de estar solo contigo en una habitación mientras me enseñabas algo. Ni siquiera me enseñabas de la forma correcta. Creías que yo sabía todo, que sabía cómo cortar cada cosa o la cantidad exacta que debía de ponerle.
Lloraba al final de cada clase mientras Kreacher curaba mis brazos, si se te hubiera pasado más la mano esos reglazos hubieran dejado cicatrices que hubiera sido un problema explicarles a mis amigos.
Pero eras precavida, sería un problema que alguien viera cicatrices en mis brazos ¿no? Podían pensar mal de tu perfecta familia. Qué estupidez.
Quedar en Slytherin fue algo bueno y malo. Perdí a Siri ese día, pero conseguí varios amigos que me querían a pesar de todo. Sin embargo, haber quedado en esa casa fue como una clase de perdición, ahora ponías mucha mayor atención a cada mínimo movimiento que hacía y al mínimo error que veías me castigabas.
Ya no servía llorar o pedir que te detuvieras... ni siquiera servía que te dijera que lo que me hacías me dolía.
Ya no me importaba lo que pensaras de mí, ni siquiera lo que me hicieras. Pero amenazarme con arruinar la vida de mi hermano y lastimar a mis amigos fue lo peor que pudiste hacer.
— Amo Regulus, todo está listo
Kreacher había aparecido en medio de la noche, era normal. Yo ya no podía dormir de forma correcta desde hace años.
Mis amigos me iban a odiar, lo sabía, esto no era parte del plan, pero prefería hacer esto solo que meter a mis amigos en problemas. Ellos eran lo único valiosos que tenía, no iba a permitir que tú y ese loco arruinaran más sus vidas.
— Buen trabajo, Kreacher — lo felicité observando con asombro aquella réplica del guardapelo de Salazar perfectamente hecho, no se le había pasado ningún detalle.
Observe mi habitación por última vez, sabía que las probabilidades de que volviera eran demasiado bajas. Pero ¿Qué era una simple baja más en esta guerra?
Mi atención se quedó fija en aquella foto familiar que desde hace años tenía en mi mesita de noche. La observé con detenimiento, había quitado a Orion de esa foto cuando cumplí los 12 años, pero Siri y Walburga seguían ahí.
Saque la foto con delicadeza, por el temor a romperla. Rasque con cuidado todo el borde de la cabeza de esa mujer, para al final quitarla a su plenitud...
Agarre aquel trozo de fotografía. La mirada seria de Walburga era como si se adentrara en lo más profundo de mi alma
— ¿Te conozco? No eres mi madre
Arrugué aquel trozo y volví a poner a Siri en el marco de la foto. Ahora solo quedaba mi hermano a mi lado... no tenía la fuerza para quitarlo a él también.
Antes de irme saque de una pequeña caja dos fotografías. En la más grande estaban mis amigos, Pandy nos había insistido tanto en tener una foto todos juntos como recuerdo y en la otra era una que me había tomado con James.
Puse ambas fotografías al lado de la de Siri. Era por ellos que seguía con toda esta locura... ya no había vuelta atrás.
— Es momento de irnos.
"I am the Monster you created"
"Soy el monstruo que creaste"
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𝑅.𝐴.𝐵, 𝑁𝑜. 𝐼𝑡'𝑠 𝑂𝑛𝑙𝑦 𝑅𝑒𝑔𝑔𝑖𝑒...
Random𝑅𝑒𝑔𝑢𝑙𝑢𝑠 𝑠𝑎𝑏𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑢 𝑡𝑖𝑒𝑚𝑙𝑜 𝒉𝑎 𝑡𝑒𝑟𝑚𝑖𝑛𝑎𝑑𝑜 𝑦 𝑒𝑠𝑡𝑎́ 𝑑𝑒 𝑎𝑐𝑢𝑒𝑟𝑑𝑜 𝑐𝑜𝑛 𝑒𝑠𝑜. 𝑒́𝑙 𝑒𝑠𝑡𝑎́ 𝑓𝑒𝑙𝑖𝑧 𝑎𝑙 𝑠𝑎𝑏𝑒𝑟 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑢 𝑠𝑎𝑐𝑟𝑓𝑖𝑐𝑖𝑜 𝑠𝑒𝑟𝑣𝑖𝑟𝑖𝑎 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑝𝑟𝑜𝑡𝑒𝑔𝑒𝑟 𝑎𝑞𝑢𝑒𝑙�...