Cap 16. Las Romanoff

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Wanda.

8:30 am y no ha sonado la trompeta. Que felicidad.

Me siento en la cama y volteo a mi alrededor con una sonrisa satisfecha que pronto se borra de un susto.

—¡¿Que cojones haces despierta?!— le pregunto en un grito susurrado a la rubia que esta parada en medio de la habitación dándome la espalda. 

Yelena me voltea a ver con la misma cara que yo he puesto y amabas reímos cubriéndonos la boca, intentando no hacer mucho ruido por Kate y Darcy que siguen dormidas.

—Mi cuerpo se acostumbró a despertar a la misma hora, pero hoy no ha sonado la
trompeta—. Yelena susurra de la misma forma para acercarse a mi y sentarse a los pies de mi cama con las piernas cruzadas.

Ayer que me quede a dormir en nuestra cabaña porque no quise caminar hasta la solitaria, de cualquier forma en dos días regreso con ellas.

La puerta se abre de golpe llamando mi atención y la de Yel. Pietro y Scott entran rápidamente entre risas y se apresuran a cerrar la puerta despertando abruptamente a Darcy.

—¡Se ve increíble! Tu plan funcionó Dars ¡No funciona su despertador!—. Piet ríe y se acuesta en la cama junto a mi.

—¿Eh?— Darcy quien dormía boca abajo, levanta la mitad de su cuerpo y observa alrededor con los ojos medio abiertos y uno de ellos mirando a otro lado.

Suelto una carcajada ante el estado de mi amiga. Nunca en los muchos años de amistad he visto a Darcy despertar de forma normal, siempre parece que la noche anterior tuvo la fiesta de su vida o que la atropelló un camión.

—¿Porque tanto ruido?—. El gruñido de Kate se escucha entre su manta.

Veo como Yelena discretamente se acomoda el cabello y se acerca a la pelinegra, ahora sentándose a su lado en la cama.

Jajsjas Estas idiotas no me engañan.

—¿Aún no han despertado?— pregunto sorprendida y Scott sonríe travieso.

—Nop—. Responde resaltando la p.

—¿Que mierda hiciste ahora Dexter?— Darcy sonríe aún perdida y toma sus gafas de la mesita de noche.

—Corte unas cosas... desconecte unos cables—. Se encoge de hombros y yo niego con la cabeza divertida.

Yelena nos mira a todos con el ceño fruncido.
—¿De que están hablando?— al mirarla pude notar su mano acariciando sigilosamente el cabello de Kate mientras que esta pasa de igual manera su brazo por las piernas de la rubia.

—Mira por la ventana—. Kate murmura a su lado con la cabeza enterrada en las almohadas. Yelena nos observa entrecerrando los ojos para levantarse e ir hasta la ventana.

—Por los dioses...— exhala perpleja. —¿Ustedes hicieron eso?

La miro con una sonrisa de lado y traigo mi dedo índice a mis labios haciendo un gesto de silencio mientras guiño mi ojo derecho.

Ella levanta las manos a la altura de su rostro y sonríe cómplice. Es algo bueno de Yelena, la chica no es traicionera, ella vive a su modo y deja a los demás hacer lo mismo.

Pietro se acomoda mejor en mis almohadas y volteo a verlo por el repentino movimiento, dándome cuenta que sigue con su ropa de ayer, está sucio y huele mal.

—¿Te bañaste ayer?— pregunto encarando una ceja. Él niega con la cabeza y cubre sus ojos con su brazo.

—¡Blah, que cerdo, muévete antes que ensucies mi cama!— lo empujo con fuerza de mi cama, haciendo que ruede y caiga al suelo con fuerte sonido.

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