Cap 12. Mellizos Maximoff

420 50 70
                                    

Wanda.

Siento los rayos del sol que entran por la ventana chocar contra mi rostro, haciendo que salga de ese tan profundo y reconfortante sueño.

Con un suave suspiro, intento re acomodarme para volver a dormir pero algo pegado a mi me lo impide. Abro los ojos de golpe mirando a mi cintura donde yace el brazo de Natasha envolviéndola, su cabeza en mi almohada, su lenta respiración contra mi cuello y nuestras piernas entrelazadas.

Oh mierda.

Natasha sigue dormida y no quiero despertarla porque ella entraría en pánico y estoy segura que no volverá a verme a los ojos. 

Decido fingir que estoy dormida en caso que despierte, cuando de pronto, siento como se acomoda y sube la mano dejándola justo debajo de mis pechos y su pulgar rozando uno de ellos.

Mi respiración se atora en mi garganta, mis mejillas arden como el sol y me congelo en el lugar.

¿Que carajo se supone que haga? Si su manos sube un poco más voy a explotar

Minutos después de incertidumbre, los espacios entre cada respiración de Natasha se vuelven más cortos, indicando que está comenzado a despertar. Aprieta su agarre e inmediatamente siento su cuerpo tensarse detrás de mi, su mano se mueve un poco intentado descifrar donde se encuentra posicionada.

De forma abrupta, su brazo sale disparado de mi cuerpo y la escucho maldecir en voz baja. Muerdo el interior de mi mejilla intentando mantenerme lo más seria posible.

Su cuerpo se separa del mio lentamente, supongo que intenta "no despertarme" y siento como la cama se mueve hasta que Natasha sale de esta.

—Actúa normal, actúa normal.— la escucho susurrar.

No puedo fingir mas, en cualquier momento riere de nervios, lo cual es nada como yo. No me pongo nerviosa, se mentir perfectamente bien... solo no sé porque con ella me es complicado mantener la compostura.

Finjo estirarme como si acabara de despertar para después abrir los ojos, tallándolos un poco en el proceso.

Natasha se encuentra parada frente la ventana que está en la pared de la puerta, pasando el peso de su cuerpo de un pie al otro.

—Buenos días...— digo con la voz rasposa. Veo como sus movimientos se detienen y gira casi nada la cabeza, dejándome ver solo el borde de su boca.

—Hey.

—¿Como dormiste? Espero no haber invadido tu espacio durante la noche.— Su cuerpo se vuelve rígido como una roca.

No le dire que se, pero no puedo dejar pasar esta gloriosa oportunidad de joderla sin que pueda reclamar.

—Dormí bien y no, no invadiste nada.— responde con la mirada pegada al exterior, se aclara la garganta y finalmente voltea a verme.

Su cabello pelirrojo está desordenado pero lindo, la luz que entra por la ventana iluminan el borde de su pelo y rostro de un color dorado, dándole el aspecto de un aura celestial.

Incluso por las mañanas se ve radiante. No se si le tengo ganas o envidia.

—¿Que crees que darán para el desayuno hoy?— pregunto sentándome en la cama con la espalda pegada al respaldo de metal.

—Creo que ayer dijeron algo sobre jugo de manzana y hotdogs.— murmura Natasha sentándose en el borde la cama.

—¿Salchichas? ¿Crees que puedan sepárame dos sin agregarle nada?— pregunto con ilusión y Natasha me da una mirada curiosa.

Camp WildFire Donde viven las historias. Descúbrelo ahora