Capítulo 10

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Capítulo 10

El príncipe Esteban llevó en sus brazos a su esposa hasta la ducha...

Ella le acarició los hombros, le envolvió el cuello para empinarse y besarlo... De pronto el deseo se le había disparado otra vez...

E: María...

Con un gemido capturó la boca de su mujer y la apretó contra su cuerpo, por la cintura.

Su cercanía, sus besos, su piel... Todo de ella lo excitaba... Por eso no dudó en volver a tomarla...

Esta vez más pausado... Con delicadeza y ternura... Y amor...

Gracias a la diferencia de estatura, María tuvo acceso al pecho masculino... Lo acarició y lo besó... Todo lo que deseó...

Hasta que Esteban la levantó en peso y María le rodeó las caderas con sus piernas...

Se sentó y la llevó con él... A horcajadas suya... Fue así como ella lo tomó por completo... Sintió toda la virilidad en su interior...

Y el ritmo que adoptaron fue además de sensual, placentero...

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Luego del baño, fue hora de irse a la cama...

Lo que habían hecho no era muy común, porque nunca tenían la misma rutina ni horarios... Pero a la vez tenían cada hora del día organizada...

No tenían una vida fácil, pero lo importante era que siempre intentaban disfrutarla...

E: voy a dormir como un bebé...

M: pobrecito mi bebé... (Acariciándole el cabello) Nunca duerme bien... (Con un tono de broma)

E: contigo a mi lado, siempre... (Recostándose en el pecho de María)

Ella lo envolvió con su brazo, tal y como Esteban le pasó uno por la cintura.

M: Esteban...

E: ¿hmm...?

M: te amo... No sabes cuánto...

E: me hago una idea, mi amor... Yo te amo igual... Para siempre...


******************


Al día siguiente los príncipes herederos tendrían una jornada juntos, sería larga pues les tocaba viajar fuera de la capital, pero les gustaba trabajar con el otro.

Y se llevaron a los niños porque les encantaba cuando viajaban en avión y era el papá quien piloteaba, era una aventura para ambos.

Tan emocionados estaban que subieron corriendo directamente a la cabina y detrás de ellos María.

E: mi amor... No te preocupes por los niños... (La alcanzó en la escalera y le rodeó la cintura) Descansa...

M: necesito repasar mi discurso...

E: siempre perfeccionista... (Besándole la frente)

De todas formas, la princesa María fue con su marido a la cabina. Y lo primero que hizo fue saludar al coronel que pilotearía junto a Esteban.

Cor: bienvenida Su Alteza...

M: muchas gracias, Coronel... ¿Cómo se encuentra...?

Cor: listo para partir...

Ella misma sentó a los pequeños, aunque sabía que terminarían en el regazo de Esteban.

Seb: tenemos que ponernos el cinturón...

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