Capítulo 18

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Capítulo 18

La sola palabra producía escalofríos, aterrizaba a cualquiera, aún a un monarca y a un príncipe.

Eran 2 hombres capaces de dirigir una nación y tratar con líderes mundiales, pero seres humanos al fin y al cabo.

Esteban no sabía ni qué decir... Intentó mantener la compostura, pero fue un balde de agua fría.

E: ¿qué te dijeron los médicos...?

Ra: vuelo mañana mismo a hacerme análisis exhaustivos... Estaré fuera algunos días...

E: los que sean necesarios, papá... Nadie podrá reprochártelo... Se trata de tu vida...

Ra: siempre hay gente que no está de acuerdo con mis acciones, hijo... Es así en todas partes, recuérdalo...

E: entonces no importa lo que digan...

Ra: necesitaré que me cubras en los próximos días...

E: por supuesto que sí... No te preocupes...

El príncipe posó sus manos en los brazos de su padre.

Ra: tu mamá quiere acompañarme, por lo que quizás María podría asistir en representación de ella a sus actos programados...

E: estoy seguro que no habrá ningún problema... ¿Se lo dijiste a mamá...?

Ra: sí, tú y ella son los únicos que por el momento lo saben, además de los médicos por supuesto...

E: ¿y los demás...?

Ra: será un secreto de estado... Hasta que sepamos en qué fase se encuentra el cáncer...

E: ¿no se lo dirás a mis hermanos...?

Ra: no... Por el momento no... Esta noche quiero que cenemos todos juntos, felices... Y les diré que tengo estudios que hacerme fuera del país...

E: se hará como tú quieras, papá...

Pero ahora él se encontraba en una encrucijada, ¿cómo esconder su preocupación de María...?

Ra: no quiero preocupar a nadie antes de tiempo, pero tenía la necesidad de contártelo a ti...

E: hiciste bien... Además de padre e hijo, somos amigos... Y merecía saberlo...

El rey abrazó a su hijo, era cierto lo que decían, la relación había tenido altas y bajas, pero ahora tenían que unirse más.

E: ¿mi mamá cómo está...?

Ra: positiva... Ya la conoces...

E: todo saldrá bien, papá... Tenemos que confiar en Dios...

Ra: claro que sí, hijo... Es lo único a lo que podemos aferrarnos siempre...

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Al salir de ahí, la persona a la que buscó el príncipe Esteban fue a su mamá, la reina. Que trabajaba en su despacho.

Ju: pasa, hijo...

E: mamá... Ya papá habló conmigo...

Ju: habría querido estar presente, pero me pidió que les permitiera hacerlo a solas...

Era absurdo preguntarle cómo se sentía. La vida del amor de su vida estaba en peligro... Así que se limitó a abrazarla...

E: hablaré con María para que te cubra los días que necesites...

Ju: pensé en hablar yo con ella... Pero Rafael no quiere que lo sepan aún...

E: respetaré eso, pero... Todos deberíamos saberlo...

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