7° Crisis

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Después de que mi mamá me dejara enfrente de la casa de la abuela, no me quedó otra opción que entrar, no podía dormir en la calle.

-Hola querida, te ayudo con las maletas. Comento la que se supone que es mi abuela mientras me ofrecía entrar y me enseñaba el lugar.

Yo solo la observe detenidamente en lo que estaba subiendo las escaleras para enseñarme mi nueva habitación y note que tenía los mismos ojos que mi mamá, su cabello era corto y blanco, tenía un anillo en su mano izquierda que resaltaba por la enorme piedra que tenía al centro, estaba claro que era raro y más cuando pensaste prácticamente toda tu vida que tus abuelos habían muerto y ahora tienes a uno de ellos enfrente de ti, diciendote cosas que no entiendes.

-Necesitas algo cariño - pregunto mientras me regalaba una gran sonrisa.

Yo solo negué con la cabeza, apenas estaba intentando aclarar todo esto. Ella solo me acarició la mejilla y me ayudo a colocar las maletas en un lugar donde no estorbaran. Ella seguía hablando sin parar, decía que esperaba que me gustara el color blanco de las sábanas y que podía decorar mi cuarto como quisiera.

No podía parar de observarla, era como si estuviera viendo un fantasma.

-Enserio eres mi abuela? - pregunte de repente y ella solo me observó cuidadosamente.

-Claro que soy tu abuela cariño, soy tu abuela Dolores. - contestó sonriente

Dolores? Yo había escuchado ese nombre en algún lado, hasta que recordé que el doctor Manuel menciono a una Dolores el día que fui a la consulta.

De la Nada comencé a llorar, no podía creer que estuviera aquí y que mi mamá me abandonara y dejara aquí cuando más la necesitaba , la abuela solo me observa, mientras se acercaba hacia mi con los brazos extendidos.

-Tranquila mi corazón, se que no es fácil nada de esto pero lo resolveremos juntas, por ahora descansa cariño lo necesitarás, mañana nos pondremos al día y prometo contestar todas las dudas que tengas - dijo mientras me sostenía en su regazo y me besaba la frente.

-Okay - conteste

Cuando salió de la habitación, mejor dicho de mi nueva habitación me puse a observar todo, era 2 veces más grande que el que tenía en el edificio, todo se veía nuevo, la lámpara, el tocador, hasta la cama y el colchón lo que me hizo pensar que probablemente mi llegada ya había sido más que planeada.


DOLORES

Una vez que salí del cuarto de mi nieta, me di cuenta que esta situación estaba peor de lo que pensaba, ella no estaba bien y era por el hecho de que mi hija le había ocultado absolutamente toda la verdad, pero creo que fue lo mejor que pudo hacer, para evitarle tanto sufrimiento a la niña pero me atrevería a pensar que eso no fue posible del todo. Entonces decidí que mañana saldríamos las dos juntas para poder hablar tranquilamente con ella porque yo también necesitaba respuesta.

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Sophie.

Tengo que admitir que no dormí tan mal después de todo, decidí pararme y bañarme, cuando estaba abajo la abuela me sorprendió estába sentada en el mesón del comedor con un montón de fruta picada, pan francés y café recién hecho

-Buenos días cariño, espero que tengas hambre. - dijo la abuela

- Buenos días, la verdad no mucha pero todo se ve delicioso.

-Pero tienes que alimentarte bien para que estés sana y fuerte.

-Lo de sana te lo debo, pero esta bien - conteste mientras agarraba fruta.

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