Cap. 18. La ultima del clan.

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Cerca de las zonas montañosas al este de la región de Kyoro, hacia unos seis años atrás, se encontraba un gran poblado de una comunidad de una raza algo extraña, eran conocidos como "abanyelos". Esta raza según lo que se sabe de ellos, vienen de la descendencia de una época en la que; los humanos que vivían cerca de la zona, congeniaron con algunos ángeles que bajaron del supramundo para visitar el teramundo. Tanto les gusto estar ahí que, tuvieron descendencia con los humanos locales del sitio. A esos hijos se les llamo "semi-ángeles", mientras que la descendencia que estos seres tuvieron, ya no fue la misma. Así nació una nueva raza, siendo la antes mencionada, los abanyelos.

Los abanyelos destacaban principalmente por su gran facilidad al dominio de las artes mágicas y místicas, clara herencia de su genética angelical. A pesar de tener esa gran mano mágica, eran seres que buscaban apartarse de otras civilizaciones y razas, siendo de las pocas con las que convivían, eran las hadas, los elfos y los duendes. Seres con quienes podían empatizar mejor. Pero, a pesar de tener también ascendencia humana, algunos humanos no los veían con buenos ojos, diciendo que su existencia no es más que una vil cruza de razas, como si de perros en celo se tratase. Claramente los humanos no confiaban en estos seres, pues les tenían cierto temor debido a sus excepcionales habilidades mágicas, pero los mismos abanyelos también les temían a sus primos, pues ellos tienen la facultad de la adaptación, una cualidad que no cualquier raza posee.

Regresando a aquel poblado, asentado en las zonas montañosas, la comunidad de abanyelos prosperaba con tranquilidad, ellos lograron ocultarse de las amenazas de la guerra. De mientras, lo que vemos nosotros, es una pequeña fogata, dentro de una sala de estar, parecía estar ahí una familia. La madre parecía estar escribiendo algo en un libro, el padre fumando un puro de la mejor calidad y su hija, quien estaba dormida recargada en su padre. La niña en ese momento se despertó, se tallo sus ojos y dirigió la mirada a su padre y este le correspondió.

- Padre: Vaya, veo que ya despertaste, Aiko.

- Aiko: Hm, sí. *Bosteza* Sniff, creo que me quede dormida aquí.

- Padre: Si, después de que liberaste tu llanto, caíste dormida a mi lado.

- Aiko: Siento si te hice incomodar papá.

- Padre: No hay problema, me alegro tenerte aquí conmigo.

- Madre: ¿No sientes que la estas mimando demasiado?

- Padre: ¿Después del terrible día que le hicieron pasar los otros niños? Creo que prefiero el término "reconfortar".

- Madre: Ash, tu siempre evadiéndome. Por cierto, hija, cuando llegue solo vi que estabas recostada junto tu padre. ¿Podrías contarme que paso esta vez?

- Aiko: Ahm, pues veras...

Aiko recuerda lo que le sucedió esa mañana.

Ella iba paseando por las calles de su comuna, viendo como algunos abanyelos la miraban con una mirada despectiva y algo pudiente. Iba caminando en dirección a la escuela de enseñanza de artes mágicas de su comunidad, todos los niños iban llegando al lugar, los profesores iban ordenando a los niños por grupo, pero para suerte de Aiko, los bullís que la fastidiaban en clase estaban detrás de ella.

- Pss, pss. Hey. ¿Ya vieron quien está aquí delante?

- Uuyy sí. Es la pequeña Aiko Sunao.

- Jaja, sí. Y viene con el mismo uniforme que usaba su madre de niña.

Los niños se empezaron a reír. Aiko trato de ignorarlos, pero eran persistentes y seguían burlándose.

The Legend of The Horizon Heroes. Magical Meadows (En Proceso).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora