Diario de vivencias de Zack. "Tras habernos ido de la villa del retoño tras salir de ese gran percance con ese titán, nos encaminábamos de regreso al reino de Rizoptera tras enterarnos de que nuestro lapso de tiempo con el rey había terminado. El mensaje que nos enviaba sí que era explicito, donde nos ordenaba que o veníamos de vuelta, o que él nos iría a buscar por la fuerza como si de criminales se tratara. Pues eso fue lo que hicimos, nos fuimos del lugar y con nuevos compañeros. Estaba Clara Russbell, la misma mujer que habíamos ayudado con la carreta y mercancía de su familia que resultó ser una bruja. Dawlin, una druida que tiene encima suya una maldición que le va arrebatando su magia hasta déjala muerta, y que casi intenta matarme. Y Kazuki Harada, un extraño investigador de la magia como él se hace llamar, pero había algo en el que me llamaba mucho la atención. Era quizás por el poder que este ocultaba en su interior, o que me daba esa extraña punzada que había sentido cuando conocí a Ruri y cuando ese hechicero encapuchado apareció aquella noche. Sea como sea, hemos formado un equipo cada vez más grande y fuerte. Al menos eso diría si no tuviéramos que lidiar con los problemas que las chicas nuevas han cargado. La que más me preocupa ahora es Dawlin, pues su magia podría acabarse y la maldición la empezaría a consumir, aun no sé cómo ayudarla, pero confió en que Hela y yo hallaremos la forma. Con Clara solo deberemos esperar a que el tiempo pase y que las cosas mejoren a su favor. Teniendo los problemas con su esposo encantado y la custodia de su hija, puede que no podamos hacer que Damian, su esposo, quiera volver con ella, pero tratare de hacer todas las movidas que pueda para lograr que al menos ella aun pueda conservar a su hija. No me imagino el dolor de una madre debe sentir al perder un hijo.
Nuestro viaje se iba pasando algo tranquilo en comparación cuando venimos la primera vez, Dawlin y Ruri pasaron casi todo el viaje durmiendo, Helena veía por la ventana el paisaje que recorríamos, Hela acarreaba a los caballos, Kazuki parecía estar escribiendo y dibujando cosas en una libreta, Clara estaba tejiendo y yo, solo estaba escribiendo en mi diario. ¿Qué? ¿Se les hace raro que un chico tenga un diario? Es algo sano, ayuda a mantener vivencias y experiencias pasadas. Así fue como llevamos el viaje, algo tranquilo y con calma, a pesar de que no sabría qué pasaría una vez llegando al reino, todo estaba bien.
Unas seis horas tardamos en el viaje, dando las 12 del día con 30 minutos, resulta siempre una buena idea madrugar para que el día no se te desaproveche. Pues ya estábamos prácticamente en frente de la puerta de las murallas del reino, estaban abiertas como de costumbre y con sus guardias haciendo fila protegiendo la zona. Ellos no rechistaron casi nada en cuanto vieron a Hela, al contrario, se alegraron bastante al verla. Comentaron que mucha gente en la plaza principal, por las calles y en la iglesia se preguntaban dónde estaba Hela, pues hacía más de una semana de no la veían pasar por aquí. Y como no, si ella ni siquiera estaba ahí y casi nadie se enteró que salimos de excursión. En fin, nos dejaron pasar sin problemas, lo que sí, es que mucha gente nos empezó a saludar y darnos una cálida bienvenida de regreso, pues muchos reconocerían la carreta y los saludaban con mucho gusto, también se asombraban de la gran ave que iba encima de la carreta, Ruri, Helena y yo nos asomábamos para saludar a todos los demás, muchos se sorprendían de que la princesa iba con nosotros. Pasamos solo directo al castillo, donde los guardias nos bajaron el puente sin rechistar, tal parecía que ya nos estaban esperando.
La guardia real solo se juntaba y hacia una formación, uno alzaba el llamado con una tonada de trompeta, sale desde un pasillo de pasarela, el mismísimo rey junto al hechicero real y el consejero real. De la carreta, bajábamos Ruri, Helena, Hela y yo, dispuestos a plantarle cara al rey. El rey lo primero que hizo fue extenderle los brazos a su hija, ella corrió y se dieron un fuerte abrazo, se alegraban de volverse a ver. Ya un poco más serios, el rey a pesar de las circunstancias, nos recibía de buena manera, nos arrodillamos y él nos saludó cortésmente. Una vez dejando la formalidad de lado, el rey nos hace mención del mensaje que nos mandó, con esto quiere escuchar que fue todo lo que hicimos durante nuestra estadía en la villa. A esto Helena hablo por nosotros, contándole todas las vivencias que tuvimos en la villa, hablo de como un día Ruri se escapó porque Hela y yo peleábamos mucho, de cómo unas brujas intentaron hacer un conjuro prohibido y casi nos matan, de cómo organice un evento para encontrar a un usuario mágico y terminaron yendo más de 500 personas, el incidente que tuvimos en el evento final con las posesiones oscuras, las mandrágoras y trufas oscurecidas (que, por cierto, nos las trajimos algunas con nosotros), de cómo al final apareció un titán herbal y todos juntos trabajamos para vencerlo y al final lo hicimos. Helena estaba muy encantada contándole la historia a su padre, él estaba fascinado con lo que su hija le contaba, nos felicitó por lograr tal hazaña de poder derrotar un titán. Diciendo que no había oído en muchos años que unas personas o una persona lograse derrotar a un titán, nos felicitó por eso, pero no era a lo que él nos hizo el llamado, quería ver que avances en el equipo habíamos hecho. Ahí fue cuando les dije que salieran. De la carreta bajaron Dawlin, Clara y Kazuki, las nuevas incorporaciones al equipo. Explicándole que ellos eran usuarios mágicos, contándole que Clara era una bruja blanca, Dawlin era claramente una druida y le conté sobre qué es lo que hacía Kazuki, era un investigador mágico y se dedicaba a la fabricación, creación e intercambio de artefactos mágicos y demás recursos.
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The Legend of The Horizon Heroes. Magical Meadows (En Proceso).
FantastikZack Unagi, un joven de 16 años que tras sufrir un accidente, es llevado a un mundo alterno junto a una diosa. Su misión, el encontrar y encarnar a un grupo de aventureros con habilidades excepcionales que tendrán que terminar con una guerra de azot...