A tus pies.

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⚠️Esta historia se desarrolla en un mundo fantástico ambientado en la época feudal de Japón inspirado en el manga "Naruto" del mangaka Masashi Kishimoto. Los personajes son propiedad de su autor y pueden presentar cambios de personalidad a conveniencia de la trama ⚠️

Mientras las señoritas bebían el té en el palacio de plata, las madres de estas eran invitadas de Eshima, la concubina superior del harem, en su habitación personal del palacio de concubinas. Una habitación elegante decorada de forma sutil con los muebles más finos del imperio.

Eshima bebía su té tranquilamente en compañía de sus criadas y otras nobles en la habitación de la madre consorte que le pertenecía, desde que dejo a su hija y las princesas herederas en la presentación tenía un extraño sentimiento de angustia. Para ella todas eran sus hijas, aunque mentiría si dijera que no sentía más cariño por sus hijas adoptivas que por su propia hija de sangre, siendo bastante realista, ella no las quiso en un principio. El deber de Eshima al llegar al país del fuego era ser emperatriz, cosa que no consiguió al pasar a ser una simple concubina del harem. 

 Ella solía ser una duquesa bastante popular entre la nobleza del país del viento, el rey de aquel país a falta de hijas la envió a ella con el motivo de aliar aún más a ambos imperios. La sorpresa de Eshima fue grande al llegar y ser recibida con la noticia de que el emperador Hiashi Hyuga ya había pedido la mano en matrimonio de una doncella noble de baja cuna originaria de sus tierras. Trato de estar feliz el día de esa boda, pero ser una consorte no era lo que buscaba. Vivió bastante tiempo con resentimiento, hasta que una Hinata de 3 años entro al palacio de harem sin permiso y paso toda la tarde con ella jugando, ya que su madre estaba pasando por un embarazo de alto riesgo. Ella también estaba embarazada, pero a diferencia de la esposa filial, Eshima no tenía a nadie a su alrededor. Ahí supo que la emperatriz Ame había hecho un excelente trabajo con su primogénita.

Saber que Hinata era hija de la emperatriz y no suya le provocaba aún más envidia, por eso rogaba todas las noches a sus antepasados que le concedieran un varón, aunque la noche en que Ame murió lloró a mares por sus oraciones egoístas al ver al emperador y su hija devastados por la perdida. En el momento en que sostuvo a Hanabi con sus brazos fue como si todo ese enojo restante que sentía dentro de ella se desvaneciera, al igual que cuando vio a Hinata acercarse a ella en búsqueda de amor maternal. Ahí supo que su destino nunca fue ni sería ser ella la emperatriz, si no la madre de las futuras primeras líderes del imperio del País del Fuego. Fue nodriza de Hanabi hasta que la naturaleza lo permitió. Su cariño por ambas era indudable y cuando nació su hija de sangre creyó que todas podían ser una gran familia, amamantar a Hanabi junto a Junko y ver a Hinata jugar con sus muñecas en la alfombra de la habitación era una bendición enorme por la cual agradecía diariamente. 

 Aunque al final el sueño de ser todas una familia se esfumó, su hija de sangre era altanera, presumida y malagradecida con todo lo que le daban, podían mandarla a la horca por reconocerlo, pero ella fue quien enemistó a Hanabi con Hinata. No supo en qué momento Junko logro separar a la menor de la mayor, pero si sabía que Junko fue dotada de una lengua venenosa que hería a Hanabi todos los días. Lo intentó varias veces, pero lo único que recibía al querer reprender a su hija eran gritos de ella y rabietas.

Aún con su sentimiento de tristeza, estaba feliz por contemplar un pequeño rayo de luz que simbolizaba la esperanza de que esas hermanas volvieran a ser tan unidas como cuando eran niñas. Significaba mucho para ella que Hanabi quisiera ir con su hermana mayor a pesar de sentirse desplazada, como una madre viendo como los hijos vuelan del nido. Cuando más nostálgica estaba al recordar las épocas pasadas, un alboroto agito todo el exterior del palacio. La paz de su reunión fue interrumpida en el momento en que uno de los caballeros a cargo de la seguridad de la presentación en sociedad entró en sus aposentos.

La dama i la mort || SasuHinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora