Amistad.

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⚠️Esta historia se desarrolla en un mundo fantástico ambientado en la época feudal de Japón inspirado en el manga "Naruto" del mangaka Masashi Kishimoto. Los personajes son propiedad de su autor y pueden presentar cambios de personalidad a conveniencia de la trama ⚠️.

El fuego de la chimenea de la princesa daba el calor necesario a su habitación, los días del invierno de enero estaban trayendo los últimos frentes fríos que estaban azotando a reino. Hinata leía en uno de sus sofás una novela "La caída de la casa de Usher". Aprovechaba el aislamiento que su padre pidió para ella mientras las investigaciones del crimen seguían en curso.

Amaba leer las novelas extranjeras que de vez en cuando su padre le permitía pedir a los exportadores cuando iban a comercializar los recursos del País del Fuego en reinos extranjeros. En esta ocasión recibió esa novela directo de una colonia perteneciente al reino occidental. El día anterior Hiashi le permitió pedir a los mercaderes todo lo que necesitaba y después se quedó a tomar el té con su padre en silencio, se puso bastante feliz de ser tomada en cuenta por el después de mucho tiempo. No iba a negar que disfrutaba su aislamiento, pero no significaba que pasaba por alto su encuentro con la parca de la noche pasada.

Llevaba un día entero y una mañana, sin saber sobre Sasuke. Le inquietaba un poco, pero eso le dio tiempo de meditar toda la información que tenía. Esa noche nació un lado de ella que desconocía, su lado vengativo. Se le enseñó a ser humilde y tolerante ante todos; sin embargo, no podía sacar su mejor cara con su Uzumaki y Haruno, no después de conocer esa traición. Debía pensar en una manera de garantizar la seguridad de su familia, sobre todo de su hermana, para poder entregarle el trono cuando la pelinegra debiese descender al mundo de los demonios. Aún pensante en como tomar control de la situación, un llamado a su puerta la desconcentró.

—Pase, por favor— indico Hinata, en seguida la puerta se abrió mostrando a una de las sirvientas quien la reverencio antes de hablar.
—Princesa heredera, una muchacha noble quiere hablar con usted. Me dijo que estuvo presente en la fiesta de té del debut y solicita una audiencia. Le dije que debió haber mandado una carta a su majestad primero, pero insistió— La pelinegra cerró su libro haciéndolo un lado mientras un gesto de duda aparecía en su rostro.
—¿Sabes para qué quiere verme?— preguntó, si alguien de la presentación quería hablar con ella sería por dos razones. Pedir aclaración de los brazaletes que aún no se entregaban, o darle detalles de su envenenamiento. Ya comenzaba a estresarse por ignorar el tema del debut.
—Solo me dijo que se llamaba Tenten y que era un tema privado entre su majestad y ella, ¿Quiere que la eche?— le cuestionó la sirvienta, pero Hinata realizo un ademán con su mano en señal negativa.
—Ya recordé, lo olvidé por completo.  La señorita y yo tenemos una reunión sobre un tema pendiente y privado. Déjela pasar, que nadie se entere de que rompí mi aislamiento, por favor. Ni siquiera el emperador— casi suplicó Hinata, pues si esta conversión era útil no convenía que se enterara alguien. La mujer asintió haciendo otra reverencia y saliendo.

Hinata recordaba perfectamente a Tenten por haberla defendido de las críticas de otras nobles, quizá la buscaba por un favor, la familia de esa chica a pesar de ser noble, la verdad era que al ser refugiados su título no valía demasiado en una región extranjera. Acomodó su kimono naranja antes de recibir a Tenten y puso en orden su cabello que ahora no se encontraba recogido como la mayoría del tiempo. De nuevo un llamado a su puerta se escuchó e hizo exactamente lo mismo que con el anterior, solo que esta vez era Tenten. Vestía con un vestido tradicional color rojo y su cabello era recogido en un momoware* con cintas rojas. La sirvienta de antes las dejo solas, apenas la castaña entro en el cuarto.

—Saludos a la princesa heredera, sol de esta nación. Agradezco me haya recibido sin previa petición— le dijo Tenten mientras hacía la típica reverencia, Hinata se levantó de su lugar también para saludar con una reverencia menor.
 —Bienvenida, por favor, toma asiento. Te recuerdo perfectamente del debut, aunque debo decir que no pasas desapercibida— comentó Hinata volviéndose a sentar a la par de su invitada.
—Supongo que se refiere al hecho de ser el tema del momento, por ser una noble de otro reino, no es de extrañarse para nada. Aunque no vine para hablar de mí precisamente, sino de lo que aconteció hace dos días— señaló Tenten, la princesa supuso que hablaba de la entrega de brazaletes.
—No te preocupes, estoy fichando el día correcto para que todas las asistentes puedan obtener su joya, incluyéndote. Por favor, acepta mis disculpas por postergarlo— la verdad es que estaba algo apenada, era la primera vez que repartiría los objetos y sucedió una desgracia, pero las palabras de la contraria le sorprendieron.
—Mi intención no es preguntar por la entrega o saber si los entregará, en realidad vine a verla porque tengo información sobre su envenenamiento— Hinata abrió muy bien los ojos, esas palabras la tomaron desprevenida. Retomó su compostura inmediatamente, primero debía confirmar que no le estuviera mintiendo. Tenten por su parte apenas podía acomodar apropiadamente las palabras que salían de su boca por los nervios.
—¿De verdad? Sería de enorme ayuda su colaboración, fue un atentado directo contra la corona y ninguno de los caballeros del palacio ha podido llegar a una conclusión. Solo suposiciones, dicen que pudieron haber sido los enemigos de la frontera— si Tenten le daba la razón e inventada un acontecimiento era obvia la intención de conseguir algo, era una prueba fácil ahora que ella sabía la verdad. Su confianza en otros no era muy grande en su situación.
—Me pensé mucho en venir, por el mismo motivo de que no estoy segura es que no envíe una carta pidiendo una audiencia privada con usted. Quizá pudiera cortarme la cabeza por la acusación que diré basada solamente en lo que vi y sin otras pruebas, pero por favor considérelo— la princesa se acomodó mejor en su asiento para poderla oír, mientras que la castaña respiraba hondo para poder soltarlo.
—Adelante, suena a algo muy grave— dijo interesada, las palabras usadas sonaban algo sospechosas.
—Mientras usted ayudó a su hermana Junko, una mujer de cabellos rosas y kimono rojo se acercó por unos segundos a las copas con vino. Fui la única que pudo verla, ya que las demás estaban ocupadas hablando sobre como había ayudado a la hija de una concubina. No sabía quien era esa mujer hasta que ayer por la tarde mi familia tuvo una audiencia con el emperador y el equipo de espionaje. Como sabe mi familia es hábil en la creación de armas, el trato para permanecer en la nación es suministrar al ejército, ahí conocí a la hija del líder, Yamanaka Ino y ella me presentó a Haruno Sakura, le juro que es la misma mujer — la aperlada tuvo dificultad para ocultar su sorpresa, esta chica estaba hablando con la verdad, pero no podía confiarse de la nada.
—¿Haruno? Lo siento, pero no puedo creerte. Ella no tiene motivos para hacer tal cosa, hay más de una mujer con el cabello rosa en la ciudad, si es que me enveneno una mujer con tales características, no necesariamente pudo ser ella— respuesta que dejo callada a Tenten unos momentos.

La dama i la mort || SasuHinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora