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-¿Quieres salir, hoy, conmigo?

Marcy sonrió al escuchar la voz de Sasha.

Se encontraba preparando desayuno para ella y para Anne, quien había prometido que llegaría en cuanto pudiera, mientras hacía videollamada con la rubia, quien estaba terminando de decorar la nueva funda de su guitarra.

La pelinegra regó una de las plantas que tenía con agua, un regalo de Sasha, y se volvió a concentrar en su teléfono, ignorando el huevo frito que se cocinaba en el sartén en el fuego de la estufa.

-¿A donde me llevarás hoy? — Preguntó, apoyándose en la encimera donde se encontraba el teléfono.

Marcy se acababa de despertar, llevaba el cabello recogido en un moño, una camisa de Sasha y unos shorts verdes claros, mientras que la rubia ya estaba despierta desde hace varias horas.

Sasha llevaba el cabello suelto y arreglado, una camisa con escote no tan escandaloso, una chamarra con pines en la zona del pecho y un par de pantalones ajustados de la cintura junto a un par de botas negras.

--Es una sorpresa, Marbles — Sasha repitió — ¿Cual sería el propósito de invitarte a salir si te digo a donde iremos?

-No lo sé, ayudarme a decidir que se supone que es lo que me debo poner.

-Con cualquier cosa te ves bien, cariño, no te preocupes por eso — Sasha sonrió — pero deberías llevar una chamarra, a menos que quieras que te preste la mia.

-Aceptaría la oferta, pero mejor llevaré mi chamarra porque, ¿Qué usarás tu si me prestas tu chamarra?

-¿El calor de tus brazos?, Duh.

-Eres tan linda que al mismo tiempo pareces tonta.

-No, no, no, esas cosas no se le deben decir a tu novia, Marbles, que decepción.

Marcy apagó la estufa y sirvió el desayuno en dos platos, seguramente Dios se estaba comenzando a compadecer de ella ya que por algún milagro santísimo, la comida no see había quemado.

Movió su teléfono al comedor y desayunó en compañía de Sasha durante un par de minutos. No había terminado de comer aún cuando alguien tocó su puerta, se levantó a abrir y volvió con Anne a la mesa.

-Tu comida está en el microondas, deberías dejarla aunque sea dos minutos — le informó antes de volverse a sentar — cariño, Anne dice que tiene que hablar de algo serio conmigo y que deberías abrirle la puerta de tu habitación a Eva ya que ella quiere hacer lo mismo, así que, nos vemos luego, te quiero.

-¡Recuerda que pasaré por ti en la tarde, te diré la hora bien por mensaje, te quiero también, linda!

Marcy guardó su teléfono y volteó hacia Anne, quien había comenzado a devorar la comida en el plato sin esperar a nadie.

La pelinegra sonrió y la observó, la castaña al notar que Marcy la estaba viendo, tragó grueso y se limpió con una servilleta mientras dejaba la comida a un lado por un momento.

-¿Qué fue lo que pasó ahora, estás embarazada o algo así?

-¡Obviamente no, Marcy! — Anne chilló.

-Solo estaba descartando esa posibilidad — Marcy se encogió de hombros.

-No, no estoy embarazada — Anne mordió el interior de su mejilla y pensó en como podía decir lo que quería — Eva y yo somos... ¿Casi algo?

Marcy observó durante un par de segundos a Anne y luego siguió comiendo como si nada.

Anne levantó una ceja y llevó su mano al hombro de Marcy, intentando llamar la atención de la pelinegra, quien se encontraba masticando la comida muy tranquila y sin que la noticia anterior le afectara en lo absoluto.

Noches De Invierno - ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora