𝟷.𝟶𝟹 ִֶָ،،̲La búsqueda،،̲

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Hermione tardó casi una semana más en poder encontrarse con el profesor Dumbledore a solas. Había logrado ponerse al corriente con todos los trabajos atrasados e incluso había adelantado algunas de las tareas que ya habían sido asignadas.

Entre sus rondas como prefecta, su clases, y el montón de horas que pasaba en la biblioteca había logrado olvidar en momentos que hacía allí, incluso se había abofeteado mentalmente cuando miraba por los pasillos en busca de sus amigos.

Por otro lado no había visto a Tom desde hacía un par de días, aunque lo entendía Tom Riddle no solo era el mejor de la clase, sino que tenía un sin fin de compromisos por cumplir.

Aquel sábado, justo antes de que ella pudiera poner un pie fuera del castillo y comenzar su camino a las tres escobas un niño de segundo la había interceptado avisando que el profesor la buscaba, para Hermione aún era raro tener que ver al profesor en el salón de clases, en lugar de la oficina de director como lo había hecho tantos años.

—Entonces, Hermione Granger. —El profesor la llamó desde su silla haciendo un pequeño gesto invitando a sentarse frente a él. —A decir verdad tengo que admitir que mi yo del futuro es más inteligente de lo que creí. —Dumbledore se rió ante su pequeña broma. —Espero no me juzgue, pero teniendo en cuenta la situación tuve que investigar el diario tanto como pude. Fue una agradable sorpresa ver que no solo tu nombre estaba ahí sino que yo mismo guardé mucha información importante que nos será útil en nuestra búsqueda. De cualquier forma, quiero confirmar que lo que estamos haciendo puede ser muy... difícil, por lo que puede estar en riesgo en más de una ocasión. Si usted llega a sentir que esto la supera solo tiene que volver a poner su nombre y será regresada a su época. Si continúa, no puedo prometerle nada.

Y Hermione sintió ese familiar escalofrío de adrenalina, ese que aparecía siempre que Harry, Ron y ella estaban apunto de hacer algo estúpidamente peligroso.

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—Y así es como conseguí un premio, fui todo un héroe, deberías sentirte halagada de compartir las patrullas nocturnas conmigo, muchas desearían estar en tu lugar. — Tom alzó los brazos como si se ofreciera ante ella lo cual hizo reír a Hermione, ella no pudo evitar compararlo con Draco Malfoy, definitivamente Tom si tenía un encanto, pero era tan egocéntrico e imponente como Draco, solo que Draco solía ser más bien un estupido egomaniaco.

—Si, si. Ya quisieras. — Contesto aun riendo.

Si algo había aprendido los días anteriores es que Tom definitivamente era un gran alumno, no solo era sobresaliente en todos los sentidos escolares, sino que era valiente e incluso había arriesgado su vida buscando un monstruo que había atormentado el colegio, Tom se veía tan orgulloso de sí mismo que Hermione no tuvo el corazón para hacerle saber que años después se había descubierto que el monstruo del que hablaba definitivamente no era aquel que él había encontrado.

—¿De qué hablas? ¡Estás hablando con un héroe! Deberías estar agradecida, el hecho de que tus guardias estén conmigo hacen que estés por completo segura y que nada malo te pase, Granger. Ya sabes, estás frente al próximo auror estrella, aunque he pensado en ser ministro, con un poco de trabajo extra creo que podré escalar por ahí. ¡Deberías quedarte a mi lado!

—Sigo sin entender qué puede hacer alguien como tú en Slytherin. ¡Perfectamente serías un Gryffindor o Ravenclaw! No tienes para nada el perfil. Estoy segura que el sombrero se equivocó. —Granger subió su varita, aun con el conjuro luminoso, y dio vuelta en el siguiente pasillo.

—Auch, tienes prejuicios, Granger, muy Gryffindor de tu parte, pero Slytherin no es tan malo, su reputación lo es, las personas ahí no lo son. — Tom la miró de reojo regalando le un sonrisa. —No somos tan malos, supongo que solo venimos de un largo linaje de errores.

—No lo sé, todos los de tu casa que yo he conocido han sido muy poco amigables, creo que tengo derecho a juzgar. —Hermione comenzó a caminar más lento. Ya casi eran la medianoche por lo que pronto se tendría que despedir de la persona a su lado.

—Te la doy por válida. No niego que las creencias no son algo que te puedes sacudir tan fácil. —Tom se detuvo en cuanto la campanada de la medianoche comenzó a sonar. —Supongo que aquí termina nuestro día. — Tom comenzó a caminar en dirección a la sala común de Gryffindor y Hermione lo siguió sin rechistar.

—Tom, eres el único amigo que tengo aquí. —Hermione se sinceró una vez que estaban frente al retrato de la señora gorda.

—Oh no, estas pláticas no me gustan. —Tom bromeó mirando con burla. —Usualmente terminan en despedidas o confesiones incómodas.

—¿Qué? — Hermione golpeó el hombro de Tom con su libro, pudo sentir su cara caliente y deseo con todo su ser no estar roja. —¡No iba a decir nada de eso! Solo quería agradecerte, no es muy lindo ser la nueva, menos cuando llegas a la mitad de todo. Gracias por el recibimiento.

—Hey, no hay de qué. — Tom se quedó parado mirando como ella susurraba la contraseña. —Granger. —La llamo antes de que esta desapareciera por el pasadizo. —Para lo que necesites, hablo en serio. Nunca está de más tener un amigo en quien confiar.

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Las siguientes semanas pasaron casi como un parpadeo. Dumbledore había acaparado casi todo su tiempo libre, incluso había perdido algunas de sus guardias con Tom. Dumbledore se notaba cada vez más ansioso conforme pasaba el tiempo, y mientras el otoño quedaba atrás dando paso al invierno, Hermione comenzaba a sentirse cada vez más sola. No habían avanzado nada, ni habían encontrado nada relevante. Prácticamente todos en Slytherin seguían siendo sospechosos, y aunque Dumbledore y ella habían tenido una conversación acalorada de porque sí y porque no debían de tener a todas los alumos de todas las casas en la mira, Dumbludore había cedido a que, aunque nada estaba seguro, era mejor mantener a todos en la mira. 

La poca información que ella había podido obtener era básicamente de la biblioteca. Muchos alumnos de Slytherin se habían paseado por la sección prohibida como si esta fuera una pasarela, y aunque sabían que eso no era importante por lo menos era el comienzo.

Su lista estaba encabezada por las personas que más recurren a la biblioteca y no se tenía conocimiento de que estuvieran en algún tipo de actividad extracurricular. También se había puesto especial atención en aquellos que desaparecen por horas.

Hermione no pudo evitar sentirse mal, si ella fuera la que estuviera en la mira de esa manera se sentiría como la mayor violación a su privacidad que ella pudiera experimentar nunca, pero se recordo que este era al pasado, y en su tiempo se estaba a punto de desencadenar una guerra.

—Entonces tenemos a: Mulciber, Avery, Malfoy, Lestrange, Black, Borgin, Prince y Flint. —Dombludore leyó la lista que había creado Hermione, había trabajado en aquella lista toda la semana, anotando desde cuantas horas desaparecen del castillo, el tipo de libros que leían en la sección prohibida e incluso había agregado algunos comentarios que ella misma había escuchado de cada estudiante. Aquellos apellidos habían sido agregados recientemente, y todos eran de Slytherin. 

—Profesor, creo que también deberíamos añadir a Tom Riddle a la lista. —Dumbludore la miró con sorpresa, a lo que ella se apresuró a decir: —No me malentienda, confió en él, he estado a solas con él y jamás me ha tratado, usted sabe, diferente, y sabe lo que soy. Sin embargo, la mayoría de las personas en la lista son sus amigos, sin mencionar que en el futuro son mortifagos confirmados, y hasta donde tengo entendido no es reglamentario ser sangre limpia para unirse a la causa, al menos no en el futuro. Aunque Tom sea mestizo por nacimiento... yo simplemente no creo que deberíamos descartar tan pronto.

—Tiene razón, señorita Granger. —dijo Dumbledore después de un largo suspiro. —Aunque tengo una corazonada que espero que sea real y que Tom solo sea una equivocación. ¿Usted sabe, señorita Granger, como llegó Tom aquí? Me sentiría decepcionado no solo de mí mismo sino también de Tom si resultara... Como sea, es muy pronto para hablar, sin embargo aprecio su arduo trabajo. Las vacaciones de invierno no están muy lejos, me imagino que se quedará aquí. —Hermione asintió sintiéndose tonta, ¿a dónde más podría ir? — Bien. Supongo que nos vendrá bien un descanso. Como sabe, yo tambien estare aqui, si ve algo extraño o si llega a sentir algo extraño, no dude en decirmelo, no importa la hora o el dia.

Y con esa despedida, Hermione salió del salón sintiéndose incómoda. 

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𝑻𝒉𝒆 𝑨𝒓𝒄𝒉𝒆𝒓 |𝑻𝑶𝑴𝑰𝑶𝑵𝑬|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora