𝑻𝒉𝒆 𝑨𝒓𝒄𝒉𝒆𝒓 |𝑻𝑶𝑴𝑰𝑶𝑵𝑬|

𝟷.𝟷𝟾 ،،̲El Heredero،،̲

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Hermione tuvo un pequeño momento de paz antes de que el caos se desatara.

Tom se había ido, y no lo había encontrado por ningún lado.

Will le había llevado una bebida más y le había preguntado si quería ver el ritual junto a él, a lo que ella había aceptado.

Eran pasadas las doce, justo cuando estaba a punto de ir por ropa más apropiada para ir al Bosque Prohibido, cuando todo comenzó a ponerse raro.

Ella pudo notar cómo poco a poco el Gran comedor se vaciaba, pero nadie se marcaba para alistarse, Hermione pudo ver el conglomerado de estudiantes en las puertas del salón, pudo notar desde miradas de terror y ojos llorosos, pudo notar cómo muchos se susurraban los unos a los otros, fue entonces, cuando el profesor Dipper salió en busca del motivo de la conmoción, que el caos estalló en todo el lugar. Los gritos de pánico, los estudiantes corriendo en busca de protección de regreso en el Gran Comedor, los profesores corriendo para auxiliar, todo se había vuelto un caos y ella no estaba segura de lo que estaba pasando afuera.

Hermione sintió el poco alcohol que había bebido aquella noche y abandonó su cuerpo. Camino lentamente, luchando contra los estudiantes que corrían de lado contrario para poder salir del salón. El pasillo estaba igual de abarrotado y tardo unos minutos en llegar a su objetivo.

Y entonces lo vió.

Elizabeth, con su vestido de gala empapado, con su cabello hecho un desastre, con sus ojos abiertos y sin vida, y lo que parecía sangre empapando las paredes.

No había ningún mensaje pintado en las paredes, pero para ella parecía muy claro.

No habían cambiado nada, al menos no aún, pero los segundos estaban corriendo, y la primera señal de que el nuevo señor oscuro se levantaría estaba ahí, frente a ella y sin vida.

Hermione no pudo evitar sentir las ganas de vomitar, el shock comenzaba a subir por su espina, pero con la poca cordura que le quedaba en ese momento comenzó a buscar a Abraxas con la mirada.

No fue necesario buscar tanto. Abraxas luchaba por pasar a los estudiantes, fue su grito de dolor el que la hizo mirarlo. Hermione miró en su dirección y comenzó a pelear ella misma con los estudiantes para poder llegar a él.

No supo en qué momento Malfoy había caído en sus rodillas o en qué momento había comenzado a llorar, pero para cuando ella estuvo a la mitad de su camino en encontrarlo dos profesores lo habían tomado por los brazzers y habían forcejeado con él para retirarlo del lugar.

Hermione sentía cómo si alguien hubiera bajado el volumen, había dejado de escuchar los gritos y susurros de sus compañeros, había dejado de escuchar el llanto y murmullos de Abraxas en un intento de llegar a Elizabeth. Antes sus ojos veían cómo todo sucedía y no podía dejar de sentirse cómo un espectador. Las lágrimas picarón sus ojos y la adrenalina corrió por todo su sistema.

Fue ahí cuando la respuesta llegó a ella.

Hermione conocía la cámara de los secretos.

Hermione sabía dónde estaba el sombrero seleccionador, el que le podría ofrecer la espada de Gryffindor en caso de ser necesario.

Hermione podía parar todo de la misma forma en la que había empezado.

En segundos y con mucho caos.

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No lo había pensado con claridad.

Claro que no.

Su espíritu Gryffindor había salido descontrolado como un incendió, gracias a ello ahora estaba en el baño, dónde habían conocido a Myrtle la llorona, dónde ella había hecho la poción multijugos, donde Harry y Ron habían terminado con Voldemort por primera vez mientras ella estaba petrificada.

No había avisado a nadie. No le había dicho a Dumbledore de su plan suicida y si algo fallaba entonces nadie la buscaría. 

Nadie vendría al rescate, estaba en esto sola, no podía perder más tiempo, no podía dejar que futuro siguiera su curso tal cual cómo ella lo conocía, tenía que impedirlo a toda costa. Ella sola.

Hermione había puesto atención a detalles en la historia que sus amigos le habían contado en cuanto ella estuvo de regreso. Ella sabía como entrar, sabía qué camino tomar, pero ella no era Harry, o el heredero, por lo tanto ella no hablaba pársel. Además estaba toda la situación con el basilisco. Eso era un enorme No, gracias para ella. 

Sin embargo ahí estaba, había dejado atrás su vestido de gala y se había cambiado con ropa muggle que ella misma había transfigurado —una blusa de algodón, un suéter ligero, tenis y unos jeans— con el sombrero robado de la oficina del profesor Dippet, con una escoba obtenida de la sala de menesteres y con su varita en el bolsillo. 

Hermione suspiró, ella no era de las que imitaba, ella aprendía. Pero ahora tendría que imitar lo poco que sabía de Harry hablando aquella lengua para intentar ganar acceso.

Cerró los ojos dejando que su lengua bailará en su paladar, dejando que al familiar siseo saliera de su boca cómo un susurro.

Esperó unos segundos con los ojos cerrados, con la esperanza de que lo que sea que había imitado de pársel funcionara. Y lo hizo.

Aun con los ojos cerrados Hermione pudo escuchar el eco del movimiento en todo el baño, no estaba segura pero podía jurar que el mármol del baño y el metal cubrían la entrada.

Tomó una respiración profunda y con el corazón latiendo ruidosamente en sus oídos abrió los ojos decidida a encontrarse con lo que fuera que estuviera ahí adentro, deseando encontrarse con él heredó, deseando que este siguiera ahí.

Deseando que Harry y Ron estuvieran ahí para completar una más de sus misiones suicidas juntos. 

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