𝟷.𝟷𝟷 ،،̲El Secreto De Abraxas،،̲

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Había tomado su decisión, en contra de todas sus creencias, de lo que el profesor Dumbledore que ella había conocido le había dicho, incluso en contra de las reglas del tiempo, había decidido que haría lo que fuera necesario para evitar que la guerra tomara el curso que ella ya conocía.

No solo porque quería que sus amigos tuvieran un mejor futuro en lugar de ser soldados de una guerra.

Por Harry, por el placer de que el disfrutara a sus padres, de crecer con Sirius como padrino y no perderlo, para que no viviera los horrores que vivió con los Dursley. Por colagusano, incluso por el que no lo merecía, para que no se viera tentado a tener que traicionar a sus amigos.

Lo haría por Neville, por sus padres, que no tenían la culpa de que su hijo naciera al mismo tiempo que Harry, que fueron torturados hasta la locura.

Lo haría incluso por la gente que le había hecho tanto mal.

Si pudiera evitar una guerra ahora podría cambiar el futuro de muchas personas. Pensó en Remus, que solo era un niño cuándo lo convirtieron. En Bellatrix, que se había vuelto loca por una ideología que no era de ella sino de sus padres. Por Draco, el niño que hacía todo lo que fuera necesario para recibir la aprobación de su padre.

La lista seguía y seguía, y aunque muchos no lo merecían, no merecían el esfuerzo que ella haría, pero lo haría. Porque había muchas vidas de por medio a las que les podría ahorrar tanto sufrimiento y dolor. Incluso a ella misma, que podría regresar a un futuro donde ella no fuera un fenómeno, donde las personas cómo ella eran realmente un igual ante cualquier mago o bruja.

Pero primero tenía que hablar con Dumbledore, entre ellos podrían planear el primer paso, podrían comenzar con esta misión y hacer del mundo mágico un lugar mejor.

Hermione no solo había hecho su lista de Pros y Contras respecto a su decisión, había hecho los cálculos, había escrito en un montón de pergaminos ideas que dejaría a Dumbledore para que este las llevara al ministro de magia y así, una vez que ella se marchara a su futuro, estaría en un lugar mejor.

Incluso se había permitido fantasear con su nuevo futuro, ¿qué sucedería?, ¿cómo se vería Hogwarts una vez que ella regresara?, ¿ella seguiría siendo amiga de Harry y Ron? Incluso si no lo fuera, no le importo, el futuro sería mejor. Harry no estaría en constante peligro, no sufriría el cargo de ser El Elegido. Tendría una familia, y no solo él. Muchos que habían perdido lo tendrían todo de regreso.

Valía la pena intentarlo, vale la pena romper las reglas del tiempo si eso le daba la esperanza de algo mejor.

—¡Granger! —Abraxas gritó agitando sus manos, las vacaciones de pascua habían comenzado, sin embargo todos se habían quedado, cómo en navidad, para acompañar a Tom y a ella. —¡Aquí! —Orion golpeo su hombro para que dejara de gritar y Hermione se dió prisa para acercarse a ellos

—No entiendo el afán de llamarme Granger. –Hermione dejó su libro de La historia de los fundadores en la mesa y tomó asiento frente a Abraxas y Orion. A su lado izquierdo Tom preparaba un té con miel.

—Soy fiel creyente de que el apellido tiene poder. —Abraxas se encogió de hombres. —Si dijo Hermione suena cómo que busco a una niña pequeña perdida en el callejón Diagon. Si digo Granger suena a que busco a alguien de importancia.

—No le hagas caso. –Tom bebió su té antes de volver a hablar. —Yo creo que es un fetiche.

—¡Hey! —Abraxas le lanzó un fruto rojo, el cual Tom logró esquivar sin problema alguno.

—Niños, niños. —Hefesto hizo acto de presencia tomando el asiento disponible junto a Hermione. —Puedo escucharlos desde la entrada.

Hermione sonrió ante la escena frente a ella. Esto era por lo que valía la pena intentarlo. Adolescentes siendo adolescentes, sin miedo, divirtiéndose.

—Estaba pensando... –Orion habló sin dejar de mirar sus notas. —Esto del heredero sigue siendo un misterio y no tenemos mucha información. Y no ha ocurrido nada más. Deberíamos tener vacaciones de la misión. No hay mucho que podamos hacer, de todas formas.

Tom asintió a su lado.

—Somos pocos en este momento, la mayoría se fueron a sus casas, si algo sucediera eso, que espero que no, eso nos ayudaría a tener una lista muchísimo más corta.

—¿Podemos no hablar de la misión? —Hermione habló, haciendo que todos la miraran como si le hubiera salido un tercer ojo. –Está solucionado... algo así.

—¿Lo encontraron? —Hefesto pregunto.

—Es complicado. —Hermione lo miro. —Pero el profesor Dumbledore y yo lo tenemos bajo control. ¿Piensan hacer algo después del desayuno? Escuché que llegaron nuevos dulces a Honeydukes.

Con la simple mención de la tienda en Hogsmeade el humor de la mesa cambió drásticamente. Abraxas comenzó a hablar sobre las nuevas tiendas en el pueblo con Orion mientras que Hefesto hablaba sin parar del sin fin de dulces que tenía que comprar para abastecerse nuevamente.

Tom, por su parte, se había quedado en silenció escuchando cada palabra que Hefesto decía mientras en un pergamino anotaba lo que éste pedía que le recordara comprar más tarde para no olvidarse de todo lo necesario.

Hermione no pudo evitar sentirse más ligera.

Si. Había tomado la decisión correcta.


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Abraxas camino entre la multitud de gente, sosteniendo a Hermione de la muñeca para que está no se perdiera. De todas formas no es cómo si pudiera perderse. Se encontraban en Kings Cross. El elfo de la familia Malfoy los había ayudado a "desaparecer" de la escuela. Era domingo por lo que habían dicho que irían a Hogsmeade otra vez. Al menos eso fue lo que Hermione pensó que harían, pero ahí estaba, en el mundo muggle, siendo guiada por un Malfoy entre las calles y personas. Que ironía.

Malfoy la había dirigido a una cafetería apartada de todo el bullicio y completamente vacía.

–¿Si sabes que si el profesor se entera probablemente estemos en el primer tren de regreso a casa? —Hermione se quitó el suéter y tomó asiento frente a él. El gran vestido de los cuarenta hizo que ella batallara un poco en encontrar una posición cómoda.

–Te lo dije... tengo algo que decirte.

Hermione sonrió, dejó que Abraxas pidiera por ambos, y espero que Abraxas retomara la platica. Abraxas se removió incómodo en su silla. Hermione comenzó a preocuparse. No lo había pensado hasta ahora, pero si Abraxas tenía algo que decirle y era tan importante que habían tenido que alejarse de la escuela... no, tenían que estar en el mundo muggle, entonces era algo realmente grave.

—¡Hey! —Una voz la hizo brincar. Una mujer de su edad saludo a Abraxas con un suave beso en sus labios y se dió la vuelta para saludarla con un beso en la mejilla antes de tomar asiento entre los dos.

—Hermione... yo... bueno, yo quería presentarte a mi novia. —Elizabeth, está es mi amiga Hermione... Nacida de muggles. —Abraxas aclaró sin sonar grosero. —Hermione, ella es Myrtle Elizabeth Warren, pero le gusta más Elizabeth.

—Un gusto. —Elizabeth le sonrió.

—Ella también va a nuestra escuela. Ravenclaw, pero es complicado.

—Un gusto.

Hermione se quedó sin palabras.

Abraxas tenía novia y ella era nacida de muggles.

No solo esto. Abraxas salía con Myrtle la llorona. 


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𝑻𝒉𝒆 𝑨𝒓𝒄𝒉𝒆𝒓 |𝑻𝑶𝑴𝑰𝑶𝑵𝑬|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora