CAPITULO IV

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Esa mañana habían levantado completamente agotados, ver una maratón completa del señor de los anillos no era poca cosa, su amiga le había llamado, estaba preocupada al ver que esta no había estado en los entrenamientos esa mañana, habían terminado la etapa de estudios en aquel semestre, pero dedicaban dos semanas para hacer un entrenamiento completo, se iban de vacaciones el resto y volvían dos semanas antes, donde acondicionaban su cuerpo para las nuevas competencias.

— No creo que vaya estas vacaciones, encárgate tú, estaré ocupada en algunas cosas que demandan mi tiempo — le dijo y le colgó, estaba bastante ocupada en ver como aquel hombre, de cuerpo bastante sexy estaba frente a ella, totalmente dormido y con el sol a su favor, haciendo que su piel resplandeciera.

Era difícil no intentar besarlo, así que se puso justo en una posición donde sus labios se rozaran, este sintió como se acercaba, si algo había aprendido en la batalla, era el estar alerta a cualquier cambio en su espacio.

No se acordaba del lugar en el que estaba, así que tomó con fuerza a su oponente y lo puso debajo de él, su antebrazo en su cuello haciendo la presión justa para dejarlo sin aire.

Abrió sus ojos y la vio, el miedo de Adhara era grande, no se había imaginado tal reacción, sus ojos verdes tenían sus pupilas dilatadas y estaban algo llorosos.

La soltó enseguida y se levantó de ahí completamente asustado.

— Disculpaos, no ha sido mi intención lastimarla, en la batalla es normal estar atentos a todo alrededor, no me acordaba en lo absoluto que seguía en este sitio, pensé que estaba en mi casa — le dijo mientras la veía toser, su rostro estaba completamente enrojecido.

Se acercó a ella, pero está retrocedió, estaba asustada, como pudo tomó aire nuevamente y comenzó a regular su respiración.

— ¡No se te ocurra volver a tocarme! — le dijo totalmente enojada.

— ¡A las mujeres no se les hace daño, no sé si en tu cultura les han enseñado lo contrario, pero aquí puede dejarte en la cárcel y de ahí no podrás salir en un muy buen tiempo! — le dijo mientras le lanzaba lo primero que había encontrado, en este caso, un zapato de tacón puntilla, este no se inmutó contado este dio en su pecho, parecía estar acostumbrado a ese tipo de reacciones.

— No volverá a pasar, pero no me sorprendas así, sé que a veces soy un idiota, pero no fue mi intención haceros sentir con temor — le dijo con completa sinceridad.

— Está bien — le dijo y le miró con recelo aún, estaría pendiente de cualquiera de sus reacciones, no se quedaría completamente tranquila, estaría alerta.

— ¿Qué artefacto de guerra es este? — le preguntó al ver aquel tacón alto y rojo.

— No es un arma, puede servir en casos extremos, pero son zapatos, no creo que en tu país no los usen — le dijo completamente asombrada, quizás el hombre si estaba loco, delirando con una época de la que no pertenecía, pero le dejaría, aún le gustaba y sin camisa le resultaba demasiado sexy.

— ¡No, jamás lo había visto, no me imagino a una mujer con eso, podría lastimarse! — respondió con completo asombro.

Esta dejo pasar aquella conversación, tenía hambre y sus planes se habían esfumado rápidamente.

— ¿Quieres Wafles o pancakes? — le preguntó esta, era algo que no tenía idea de qué eran, así que optó por decir cualquiera.

— Hoy deberíamos de buscar en la zona más concurrida, quizás alguien la ha visto, parques, lugares donde una niña de diez le gustaría ir — le dijo esta, sabía que a su pequeña hermana algo que le gustaba, era cazar y nadar en el lago cuando caía la primavera.

— Ama la naturaleza — fue lo único que dijo, esta le estaba sirviendo cuatro pancakes, sabía que por aquel grande cuerpo, unos dos no serían suficientes.

— Es un buen dato, creo que nos ayudará a buscarla un poco más fácil, ahora necesito saber cómo iba vestida — le preguntó, este le había descrito un traje muy de época, no entendía que familia educaría a sus hijos en el pasado, el mundo era realmente extraño.

— Está bien, espero que hoy podamos tener algún dato y la podamos traer de vuelta — añadió Adhara mié tras se sentaba a comer a su lado.

Este no esperaba que en el inframundo, alguien se dedicará a ayudarle, era algo que no entendía, pero ahí estaba, quizás ella también era como él, un alma errante, que quería regresar a su hogar.

— Habéis sido demasiado amable y no sé cómo agradecerte tanto, pero prometo que haré lo posible por cumplir alguno de sus deseos, algo que le regocije el alma, le doy mi palabra — le dijo este y Adhara se sonrojó, no sabía que decir a aquello, nadie le había dicho algo así nunca.

De hecho jamás se había planteado cuál era el deseo de su corazón, quizás si lo sabía, pero su vida le hacía entender que era imposible cumplirlo.

— Cuando tenga claro lo que quiero, te lo diré — le respondió y este sonrió, era algo que no había hecho desde que había llegado, era demasiado guapo para este plano terrenal y está sonrió con un poco de nerviosismo, aquel hombre lograba intimidar la un poco, era lógico, no había visto a alguien con tal porte.

— ¿Puedo comer más de estos? — le preguntó, estaba fascinado con la miel y el pancakes.

— Tiene un sabor similar a los Arenques de Tami, ¡maldito inframundo y sus cosas que quieren hacer que te quedes! — dijo mientras se llevaba a la boca otra más de esos y suspiraba.

Aquella expresión hizo que Adhara sonreirá, jamás había visto algo así, el inframundo hasta donde tenía entendido no sería tan agradable, nadie quisiera salir de él.

Después de trece pancakes y mucho chocolate quedaron listos para cambiarse, de estos Adhara solo había tomado tres, mientras que Chaid había acabado con todo.

—Yo usaré el baño de la otra habitación, puedes usar este de aquí — le dijo ella mientras tomaba algo de ropa he iba al otro lado, este no se inmutó en quitarse lo poco que estaba usando frente a ella.

— ¿Te sorprende? — le dijo este con una sonrisa maliciosa.

— No, solo que no estoy acostumbrada a las visitas — le dijo sin dejar de mirar precisamente al lugar donde menos debería hacerlo.

— No entiendo por qué tu pudor, hace dos noches exactamente te hice mía en medio de un extraño coche — le dijo y esta salió rápidamente, no quería caer en la tentación nuevamente.

Highlander, ¿bailamos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora