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Lee Felix

Estaba asustado respecto a lo que sea que hubiese pasado con Jeongin y con Jisung, se habían pasado un poco con los otros dos, aunque Seungmin me importaba más. A pesar de que no le había hecho nada a nadie, me preocupaba pensar lo mal que le habría sentado volver a su antiguo hogar, ese hogar que fue hasta una guarida para mí. Mis pensamientos se vieron interrumpidos al escuchar una voz que conocía perfectamente. Y no, no era Christopher.

- H-Hola Felix, necesito que me acompañes - dijo aquella voz femenina -.

Entonces entró aquella chica de la que todos habían estado hablando la última semana. Era alta, tenía el cabello avellana, y los ojos marrones, además de una buena figura para ser tan pequeña. La chica se detuvo al lado de la profesora, y miró a toda la clase, parando su mirada en mí, y sonriendo a su vez. Yo, tímido, le devolví la sonrisa.

- ¡Buenos días! Me llamo Chrystal Soo Jung, pero podéis llamarme Krystal, es un placer conoceros y estoy feliz de poder compartir todo el tiempo que esté aquí con vosotros, ¡Encantada! - la chica sonrió mostrando todos sus dientes, mientras la clase gritaba emocionada.

- Bueno, señorita Soo Jung, puede sentarse donde haya algún asiento libre - la profesora sonrió y se dirigió a su mesa a preparar las cosas para empezar la clase -.

- Profesora... - llamó tímidamente la atención de la recién nombrada -.

- Dime Soo Jung - respondió -.

- ¿Puedo sentarme al lado del chico de pecas? Sé que no hay asientos libres a su alrededor, pero realmente me hace ilusión - dijo tímidamente mientras dirigía su vista hacia mí -.

- Bueno, ¿Alguien que esté sentado cerca de Felix quiere cederle su sitio a Soo Jung? - todos automáticamente se levantaron -.

Aquella preciosa chica se sentó en el sitio que estaba más cerca de mí, y me sonrió cuando la miré confundido.

- ¿K-Krystal? - la miré, estaba mucho más guapa que la última vez -.

- Si, soy yo Lix - sonrió otra vez, mientras volvía a mencionar ese apodo con el que me nombró una y mil veces - os sacaremos a todos de aquí - vino hacia mí y me agarró la mano -.

- Krys - solté su mano - esto está mal, deberías irte - la miré fijamente a los ojos - no te conviene que Christopher te vea aquí - sus ojos me devolvieron una mirada aterrorizada -.

- ¿B-Bang Christopher? - me preguntó más aterrorizada todavía -.

- El mismo - respondió el mencionado tras nosotros -.

Krystal y yo nos giramos aterrorizados, los dos pensando lo mismo: que sería del paradero de aquella chica que se había metido en la boca del lobo.
La mencionada empezó a retroceder, caminando en dirección contraria a donde se encontraba Christopher.

- Escúchame perra - dijo Christopher - has aparecido en mi territorio - comenzó a caminar hacia ella lentamente - quieres llevarte a Felix - se detuvo ante ella - ¿Y además de todo esto pretendes que yo no haga para detenerte? - sonrió - estás muy equivocada - reposó su mano sobre la mejilla de la chica y la sobó suavemente - perra... -.

No me dió tiempo a reaccionar cuando vi como la mano de Christopher bajó hasta el cuello de Krystal, y la presionó contra la pared, haciendo fuerza en su cuello.

- ¡Christopher para! - le ordené, obviamente sin resultado, pues no era nadie para darle órdenes a él -.

Corrí hacia ellos, y cuando fui a intentar salvar a Krystal, Christopher agarró mi cara con su mano, dejándome quieto en mi sitio, asustado ante tal reacción agresiva.
Él, como si la cosa no fuera con él, siguió haciendo fuerza en el cuello de Krystal, quién solo se removía entre la pared y el fuerte cuerpo de Christopher, a la vez que agarraba con ambas manos la mano que amenazaba con sacarla de los vivos y dejarla con los muertos.

- Christopher, te lo suplico, déjala... - le ordené otra vez, mientras algunas lágrimas resbalaban por mis mejillas, lo que hizo a Christopher aflojar la fuerza en el cuello de Krystal, y a mí me soltó -.

- Felix - dijo Christopher - ¿Cuál es el apego emocional que le tienes a esta chica? - interrogó -.

- Krys... Quiero decir, Krystal... - me tomó un par de minutos pensar las palabras correctas para describir el apego que le tenía - fue siempre una muy buena amiga, y... - tenía que decirlo, no podía romperle el corazón, no otra vez - fue mi primer amor - sentí la mirada de Christopher clavarse en mi con la culpa en los ojos -.

- ¿Y tú? - se dirigió esta vez a Krystal, quién lo miraba con terror -.

- F-Fue también mi primer amor, juré que cuando lo encontrara recuperaría todo mi tiempo perdido con él, y le pediría esa oportunidad que nunca pude pedirle - sollozó, después de haber estado llorando en silencio cuando Christopher la asfixiaba -.

Christopher, con una mirada triste pero sombría, soltó a Krystal, la cual cayó sobre su trasero, al carecer de fuerzas como para mantenerse en pie tras la casi muerte inmediata que le iba a proporcionar el sanguinario que estaba con nosotros.

- Iros - Christopher me miró con tristeza en los ojos, mierda - podéis largaos de esta torre antes de que me arrepienta, por favor - dirigió su mirada también a Krystal - pero juro que si os vuelvo a encontrar... - me miró otra vez a mi - no escapareis de mis garras con vida -.

Eso asustó lo suficiente a Krystal como para que se pusiera en pie, y me lanzara una mirada de terror, la cual me despertó lo suficiente como para dirigirme hacia ella, tomarla de la mano, y dirigirme a la puerta de salida de la torre, no sin antes despedirme de Christopher.

- Christopher... - dirigió su triste mirada hacia mí - gracias por todo lo que has hecho por mí - las primeras lágrimas resbalaron sobre mis mejillas - no puedo decir que al principio fuera todo bien, pero incluso después de ver a mi madre morir ante mis ojos, fuiste el único que trató de que no me desanimara por ello - sonreí mientras a Christopher se le resbalaban por primera vez desde que lo había conocido - sabes que esto no es un adiós para siempre, incluso si la próxima vez que nos veamos tenga que velar por salvar mi vida o dejar que me la arrebates, nos volveremos a ver, muchas gracias por todo, Chris... - sonreí ampliamente una vez más a esos ojos ébano que me enamoraron desde el principio, y desvíe mi mirada hacia la salida de la torre, con la cual dejaba atrás a mi último amor, para ser feliz con el primero de ellos... -.

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