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Kim Seungmin

Llegamos a la torre una vez más, esa torre que ya tenía aborrecida, y que como mencioné anteriormente, creía que me iba a provocar claustrofobia. Esperaba que Jisung y Jeongin estuvieran bien, pues se pasaron de listos con los sanguinarios, así que seguramente reciban su castigo. Ojalá no les hagan mucho daño.
Cuando llegamos Hyunjin parecía nervioso. Seguramente esperaba a que le preguntara algo, así que eso hice.

- Señor Hwang, ¿Por qué esos hombres llevaban los uniformes de mi antiguo reino? -.

- Son traidores que odian este reino y se revelan para derribarlo, no son de tu reino, yo me encargué de asesinarlos a sangre fría uno por uno -.

- Entonces... ¿Puedo preguntar si usted asesinó a la mujer que vivía en aquella casa en la que estábamos? - como hubiera sido él lo iba a matar yo con mis propias manos -.

- Te he dicho que yo los asesiné a todos, no lo voy a repetir dos veces, creo que no eres tonto - dijo sin importancia -.

Le parecía que era sin importancia hasta que vio como me abalancé sobre él, e impacté mi puño lo más fuerte que pude, y que la ira y el odio me permitieron, en toda la mandíbula. Hyunjin gruñó ante tal golpe, que para él no sería tan fuerte como haber caído de espaldas contra el suelo, y abrió sus ojos esmeraldas al darse cuenta de lo que acababa de vivir. Pestañeó un par de veces, y me empujó, quitándome de encima de él, pero no llegó muy lejos, pues me volví a abalanzar sobre él otra vez mientras le propinaba golpes por todos lados lo más fuerte que podía mientras repetía una y otra vez las mismas palabras que le decía a mi padre cuando engañó a mi madre en aquel entonces.

- ¡Te odio Hwang Hyunjin! ¡Te odio con toda mi alma y todo mi ser! - seguí golpeándolo mientras repetía frases sin sentido - ¡Tendrías que haberme matado a mí y no a ella!

- Seungmin... - oí que pronunció.

- ¡Eres un desgraciado! ¡Te mereces lo peor del planeta! - no cesé respecto a los golpes que le propinaba.

- Oye, Seungmin... - se atrevió a volver a pronunciar.

- ¡Deberías estar en el infierno! ¡Te odio con toda mi alma, Hwang Hyunjin! - las lágrimas amenazaban ya con salir de mis ojos.

- ¡Kim Seungmin! - cuando grito mi nombre le di de lleno en el labio, y dejé de darle golpes donde cayeran para admirar los ojos esmeraldas que me miraban con culpa.

- S-Señor Hwang, yo... - agaché la cabeza, no era capaz de mirarlo después del numerito que acababa de montar ante él - t-tiene que castigarme, me lo merezco... - le confesé, me había pasado cinco pueblos mínimo.

Hyunjin suspiró, y por primera vez vi lo atractivo que era. Ahí, bajo mi cuerpo que era más diminuto que el suyo, sus ojos esmeralda que estaban un poco más cerrados debido a la inclinación de su cabeza, su nuez de Adán más marcada que nunca mientras tragaba grueso... Estaba perfecto.
Me agarró de la cintura, e hizo fricción contra nuestros entrepiernas. Jadeé al sentir su erección. Mierda, ¿De verdad era tan psicópata como para excitarse mientras le pegaba?
Me agarró y me levantó junto a él, y me dejó sobre la cama, para después ponerse encima.

- ¿Quieres que te castigue, Seungmin?

Asentí en silencio.

- Entonces te daré un castigo que querrás repetir - sonrió ya junto a mis labios, los cuales atacó con tanto brutalidad que creí que me lastimaría-.

Le correspondí el beso tan adictivo, como él, que me estaba dando. Introdujo su lengua en mi boca y jugó con la mía durante un rato, mientras sus manos bajaban por mi torso no muy marcado hasta mi entrepierna. Jadeé en sus labios cuando sentí que acariciaba mi intimidad sobre la tela de mi pantalón. Bajó mis pantalones a la vez que mi ropa interior, y empezó a masturbar mi intimidad con ambas manos, tocando lugares que nunca pensé que serían tan placenteros, y haciendo presión en aquellos que por algún motivo sabía que eran mis zonas sensibles. Siguió besándome con pasión mientras jugaba con mi entrepierna. Rayos, ¿Cómo podía hacer esas dos cosas tan complicadas y encima hacerlas bien? Me daba coraje pero me gustaba saber que era yo el que lo disfrutaba. Hyunjin dejó de besarme para decir lo que esperaba que dijera.

- ¿Vas a querer que te folle? -.

- Oh por Dios, haz lo que quieras conmigo - gemí cuando sentí que sus manos apretaban mi intimidad contra su erección, mucho más notable que antes.

Hyunjin sonrió lascivo y me arrancó la camiseta, y la única prenda que quedaba sobre mi cuerpo. Se quedó unos segundos admirando mi cuerpo, mientras yo no hacía más que sonrojarme hasta las orejas. Hyunjin sonrió al verme, y sus labios volvieron a conectar con los míos. Dios mío, adoraba a ese hombre.
Acariciaba todo mi cuerpo, sobre todo mi entrepierna, y cuando finalmente terminó y estuvo satisfecho con mis labios, bajó a mi cuello, donde besó, lamió y succionó cualquier parte, incluso se atrevió a marcarme más de una vez. Después siguió bajando por mi torso, y decidió que era la oportunidad perfecta de ponerse a mordisquear y lamer uno de mis pezones, mientras pellizcaba y acariciaba el otro. Solo podía gemir y gemir. Iba cambiando de pezón cada cierto tiempo, hasta que ya se quedó satisfecho y siguió su recorrido de besos y lamidas por mi cuerpo, además de alguna que otra marca, hasta que finalmente llegó a mi intimidad. Sentí cómo sonreía antes de introducir mi entrepierna entre sus labios, y masturbarlo con la lengua. Solo podía gemir, gemir y temblar de placer. Creía que no podría aumentar más mi volumen hasta que se le ocurrió llevar sus manos a las acciones que estuvo haciendo con mis pezones, provocando que gimiera más. Con una mano mimaba mi pecho, y con la otro me sujetaba las caderas mientras hacía que mi entrepierna penetrara en su boca, que entrara y saliera, lo que solo provocaba que gimiera más. Demonios, era un Dios en la cama. Cuando finalmente me corrí en su boca, tragó toda mi esencia, y se puso a la altura de mi rostro.

- Escúchame - me dijo susurrando en el oído mientras me daba la vuelta para follarme por detrás, supongo - después de esto más te vale que repitamos porque me estoy volviendo adicto a ti - eso último hizo que los pelos de todo mi cuerpo se pusieran de punta -.

Finalmente sentí su dura polla penetrar profundamente en mi trasero, provocando que gritara de placer. Hyunjin agarró mi polla y empezó a masturbarme mientras me follaba duro. Al principio sentía descargas del dolor, pero después se convirtieron en placer, sobre todo con Hyunjin tocándome la polla, así que gemí y me agarré fuertemente a las sábanas. Empezó a hacer un rápido vaivén hacia arriba y abajo con su entrepierna, casi sacándola y metiéndola nuevamente en lo más profundo de mi ser, llegando a mis zonas más sensibles y placenteras. Después, empezó a acariciar mi entrepierna con las yemas de sus dedos, que se presionaban adictivamente sobre mi polla, haciendo que me revolviera más y más contra él. Finalmente llegamos los dos al orgasmo, y me dió una última embestida y un último apretón en el entrepierna antes de salir de mi.

- Espero que te des cuenta de que soy tu psicópata, solo tuyo - susurró en mi oído, pero no lo dejé irse, pues agarré su cuello y lo volví a acercar -.

- Eres mi psicópata adictivo, así que más te vale darme más placer la próxima vez - sonreí, supongo que sería difícil para él hacer más de lo que había hecho en ese momento.

- No lo dudes precioso, la próxima vez te follaré tan duro que lo único que pensaras y dirás será mi nombre - lamió la parte trasera de mi cuello sin llegar a la nuca y se apartó de mí.

GUAU.

[•°•]

Holaaaaaaa

Hago doble actualización porque ayer se me olvidó actualizar así que considero que lo merecen los siento mucho TT

Espero que les esté gustando esta historia, tengo algunos borradores más preparados para que los lean y nada, que tengan un buen fin de semana, nuggets<3

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