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Yang Jeongin

Changbin y yo entramos a la torre, dispuestos a descansar y reponer fuerzas después de todo lo que había pasado. Al llegar a la planta de la habitación, Changbin habló.

- Escucha Jeongin, siento mucho todo lo que he hecho y dicho durante todo este tiempo, realmente no sentía nada de lo que te hacía o decía, ya que realmente creo que estoy enamorado de ti, el problema es que no soy capaz de gestionar bien mis emociones - me miró - no espero que me perdones después de esto ya que soy un monstruo y realmente no estoy acostumbrado a tener que disculparme y seguramente te he dado un pésame penoso, pero no sé qué tengo que hacer para que te des cuenta de lo arrepentido que estoy... - la voz de Changbin se quebró al final de aquella frase -.

- Escúchame, sé que estás arrepentido porque tus actitudes más de una vez me lo han demostrado - recopilé el aire en mis pulmones antes de reanudar mi discurso - aquel día que Baekhyun estuvo aquí y lo escondí, por ejemplo, en vez de hacernos daño dejaste que me fuera, y estoy seguro de que te dolió más a ti que a mí nuestra partida de aquí, pero no te opusiste, al igual que otras muchas veces. He llegado a pensar más de una vez que tus actitudes eran demasiado agresivas, pero ya me he dado cuenta de que lo que has querido todo este tiempo realmente era protegerme, así que te agradezco mucho todo lo que has hecho por mí - esbocé una sonrisa, provocando que mis ojos se entrecerraran - yo también te quiero, Changbin, y no te imaginas cuánto -.

Changbin, sorprendido, pestañeó un par de veces ante mi confesión, y sin ningún miedo avanzó hasta mi posición, agarró mis mejillas y me dió el mejor beso que nunca me podrían haber dado. Obviamente le correspondí. Era un beso dulce, suave y lleno de un montón de cosas bonitas, pero todo eso desapareció cuando Changbin agarró mi trasero, provocando que jadeara en sus labios y me pusiera de puntillas ante el susto. Él, por su parte, siguió besándome, solo que con más intensidad y pasión, además de que de vez en cuando mordía suavemente mi labio inferior. Rodeé su cuello con mis brazos y él me pegó contra su cuerpo, sintiendo lo increíblemente marcado que estaba. Agarró mis piernas y las puso a ambos lados de su cintura, conduciéndome hasta la cama, donde me dejó mientras seguía devorando mis labios. Lo separé para empezar a quitarle la ropa, pero él mismo se encargó de quitarse la camiseta cuando lo aparte, dejándome anonadado con las semejantes vistas que me ofreció. Su cuerpo literalmente estaba pulido por cualquier dios que desde luego tenía muy buena mano. Changbin sonrió con egocentrismo cuando notó como lo miraba estupefacto, y segundos después, se lanzó a devorar otra vez mis labios. Le devolví el beso mientras dejaba que sus dedos deslizaran la tela de mis pantalones por mis piernas, y también deslizó su pantalón, haciendo fricción con ambos entrepiernas que solo estaban separados por la ropa interior. Jadeé en sus labios mientras él se encargaba de arrancarme la camiseta, dejando a la vista mi torso, mi cuerpo flaco y nada marcado. Me sonrojé un poco al ver como Changbin miraba mi cuerpo delgado con lascivia, tampoco era para eso. Empezó a besar mi cuello mientras sus manos se colaban por debajo de la tela de mi ropa interior, mientras yo solo podía gemir, a la vez que enredaba mis dedos en su cabello, profundizando cualquier mínimo movimiento que realizara con sus labios. Lo agarré del cuello y lo puse a mi altura, siendo yo quien devorara esta vez sus labios con pasión, con lujuria.

- Te lo tienes muy creído si piensas que te dejaré tomar el control de nuestra primera vez - susurró Changbin en mis labios, provocando que me calentara más -.

Changbin volvió a pasar mis piernas por su cintura, y me levanto de la cama, dirigiéndose al baño. Una vez allí abrió el agua y empezó a deshacerse de todas las prendas que quedaban separando nuestros cuerpos. Una vez quedamos recién traídos al mundo nos metimos en el agua, y dejé que Changbin llevara el control sobre mí. Podía sentir como mi pecho tocaba las frías losas que rodeaban la ducha, y como la ardiente mano de Changbin acariciaba lujuriosamente mi trasero, a la vez que su otra mano se dirigía a mi entrepierna. Entrecerré los ojos cuando Changbin empezó un rápido vaivén alrededor de mi entrepierna con su mano, mientras que con la otra juntó mis dos piernas para, segundos después, meter su dura polla entre ellas, y follarme las piernas. Lo único que podía hacer era gemir y gritar de placer. Dios mío, lo que estaba pasando en ese momento era vivir la gloria del cielo con la mano del diablo.

- Ahora... - musitó Changbin con la respiración entrecortada - quiero que grites mi nombre tan fuerte que cuando te folle de verdad te daré la follada de tu vida - lamió el lóbulo de mi oreja -.

- Oh por Dios - gemí, necesitaba que sus palabras fueran verdad por lo que estaba a punto de hacer - ¡Changbin, follame! - exclamé cuando sentí cómo daba su última embestida en mis piernas y se corría, a la vez que su vaivén con la mano se detenía y mi esencia manchaba toda su palma -.

Changbin, orgulloso, soltó mi entrepierna y lamió toda mi esencia, toda la que había quedado en la palma de su mano.

- Binnie... - dije agitado; Changbin me miró sorprendido ante tal apodo - déjame chuparte la polla - sonreí mientras ladeaba la cabeza para mirarlo fijamente a los ojos -.

Sus ojos azules, que siempre me habían parecido congelantes, ahora solo dejaban ver toda aquella lascivia que llevaba dentro.

- No cariño - respondió, dejándome con las ganas - ahora voy a darte tu recompensa por haber hecho lo que te he pedido - sonreí -.

Sentí cómo Changbin metía dos de sus dedos en mi sin previo aviso, provocando que jadeara, no sé muy bien si de dolor o placer, pero esa duda desapareció cuando empezó a moverlos rápidamente dentro de mi, y el dolor que creía haber experimentado dejó paso al placer, que inundaba todos mis sentidos. Entrecerré los ojos mientras echaba la cabeza hacia atrás, sintiendo como Changbin tocaba todos mis puntos débiles.

- Más~ por favor - supliqué -.

- No Innie, ahora voy a follarte -.

Sacó sus dedos de mi interior, y cuando fui a quejarme, sentí como su parte más viril se abría paso dentro de mi, provocando que gritara de placer, que echara hacia atrás la cabeza y arqueara mi espalda. Me agarró de la cintura y empezó a follarme más rápido que la velocidad que había usado para mover sus dedo en mi. Empecé a gemir fuertemente mientras suplicaba por más, y esta vez si que me dio más cuando lo pedí. Finalmente llegamos los dos a la vez al orgasmo, y Changbin salió de mi.

- Bueno... ¿Nos damos una ducha? - sonreí -.

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