N‐11

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Pov. Lisa

Estoy en un territorio completamente desconocido y es emocionante.

Desde nuestra sesión nocturna de natación, la conexión entre Jennie y yo ha seguido creciendo y evolucionando.

Las dos estamos ocupadas con la Universidad, ya que los exámenes parciales están a la vuelta de la esquina, pero las veces que nos vemos han ayudado a que las semanas pasen volando.

Las sesiones de estudio de los lunes se convierten en episodios de besos en la piscina.

Los miércoles por la noche en mi departamento para ver Riverdale y convertirse en una pelea para mantener nuestras manos quietas, cuando Rosé está en la habitación.

Las citas de los sábados por la noche, a veces también los domingos se convierten en acaloradas sesiones de besos en las que nuestra ropa permanece puesta, pero nuestras inhibiciones comienzan a desvanecerse.

Ahora es jueves y estoy en la oficina de Hee‐chul calificando trabajos.

Debería concentrarme en los papeles que tengo delante, pero no puedo evitar que mis pensamientos se desvíen hacia mi cita con Jennie este fin de semana.

A diferencia de nuestras citas anteriores en las que redondeamos la primera y la segunda base, quiero redondear la tercera.

Jennie se me ha hecho sentir bien varias veces desde esa increíble primera vez, pero todavía tengo que devolverle el favor.

Quiero cambiar ese hecho, pero no estoy segura de cómo.

Mi dilema debe mostrarse claramente en mi rostro porque un profundo suspiro resuena en la habitación, sacándome de mi ensoñación.

–Lisa, has estado mirando el mismo papel durante los últimos veinte minutos ¿Hay algo que quieras que verifique dos veces?

Levanto la vista y miro a Hee‐chul, la parte de atrás de mi cuello se calienta por haber sido atrapada holgazaneando.

–N‐No, gracias. No eran las hojas. Lo siento.

Como si estuviera debatiendo qué decir a continuación, simplemente me mira por unos momentos en lugar de responder.

–Si no son las hojas ¿Qué es? Está claro que tienes algo en mente.

–N‐Nada.

Una ceja solitaria se eleva, el escepticismo claro en ese único gesto.

–No está relacionado con la Universidad. Es…–hago una pausa por un momento, más allá de lo creíble tentada de obtener su opinión sobre las cosas.

Hemos llegado a una camaradería fácil en las últimas semanas y aunque tiene algunos estándares exigentes tanto dentro como fuera del aula, es sorprendentemente accesible.

Aún así, estoy segura de que si le pido consejos sexuales a mi profesor, es cruzar demasiadas líneas.

–Es p‐personal. No estoy segura de querer hablar de eso. Pero gracias.

–Ah, bien–vuelve a mirar la pantalla de su computadora y yo trato de concentrarme en los trabajos que debería estar calificando.

Estoy girando mi pluma de calificación entre mis dedos, cuando otro suspiro llega a mis oídos.

Mirando hacia atrás a Hee‐chul, que se rasca la barba crecida, mientras se aleja de la pantalla, lo escucho murmurar lo que suena como "Espero no arrepentirme de esto" en voz baja.

Pasa un latido antes de que me nivele con otra mirada larga.

–Hablando hipotéticamente, digamos que sí querías hablar de eso ¿Te gustaría hablar de eso conmigo?–hay un surco en su ceño, lo que lo hace parecer confundido y determinado.

Nerdgasmo/Jenlisa(G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora