🍃 𝕊𝔼ℝ𝔼ℕ𝕀𝕋𝕐 🍃

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MARATÓN PORQUE MI ROSA VOLVIÓ PARTE 1

ADVERTENCIA: Se topa el tema del trauma, por favor manejarlo con cuidado y discreción.

ADVERTENCIA: Se topa el tema del trauma, por favor manejarlo con cuidado y discreción

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— ¡¿Qué demonios pasa contigo?! — la furia era palpable en su voz.

Geonhak no era de gritar nunca, pero su sangre hervía en ese momento. Abrazaba contra su pecho el marco de la foto de Sujin y él en su baile de graduación de la secundaria. Aquella foto que le evocaba uno de los recuerdos más dulces con aquella muchacha que tanto había amado.

El vidrio estaba roto pero, por más que picaba sus manos y aferrarse de esa manera al objeto lo lastimaba, se negaba a soltarlo.

— ¡Lo lamento! ¡Fue un accidente Hak! — exclamó con evidente preocupación y un deje de temor en su voz.

La reacción del mayor estaba alterando varios recuerdos que Yeo deseaba y había hecho todo lo posible para dejar atrás y enterrarlos en lo más hondo e inaccesible de su mente.

— ¡No fue un accidente! ¡Es que no piensas! — fue el primer comentario que salió de la boca de Kim. Comentario que no debió hacer...

El menor se encogió en su lugar, buscando mantener la calma, pero parecía ser inútil. El gesto furioso, la voz iracunda, y la ensordecedora y paralizante sensación de que algo malo pasaría empezaron a atormentar su frágil mente.

El corazón le bombeaba en los oídos, las manos le sudaban, el aire le faltaba y un profundo horror se extendía e instalaba en su pecho.

— ¡¡YA BASTA!! ¡¡NO!! — gritó antes de agacharse, cubriendo sus oídos mientras respiraba insistentemente. Geonhak había quedado ensimismado, volteándose sin dejar de abrazar su posesión.

¡Paren todo!

¿Qué ha pasado?

¿Por qué aquella burbuja con fugas donde se encontraban Yeo Hwanwoong y Kim Geonhak estaba estallando con esa fuerza y los lastimaba a ellos?

Poco a poco, avanzaron en los encuentros y sus sentimientos no se quedaron atrás en la carrera. Florecieron con tanta naturalidad que por mucho tiempo sus raíces fueron capaces de esquivar aquellos topes de cemento que obstaculizaban su camino.

El cambio se notaba.

La familia del mayor era capaz de observar como aquella sonrisa jovial y llena de dicha volvía al chico que en años había sido incapaz de esbozar un simple gesto de felicidad. Volvió aquel Kim Geonhak que conversaba en las reuniones, que reía de los chistes malos que contaba su padre, que conversaba, e incluso chismeaba, con su madre al preparar la cena. Estaba de vuelta.

Los amigos de Hwanwoong no podían decir que había regresado una versión de su bajito y somnoliento amigo, pero definitivamente no habían visto aquella faceta tan sonriente y dulce de él. Parecía estar mucho más en sintonía con los días, eso podían destacar. El rubio parecía conectar más con los momentos que tenía la dicha de vivir.

My Malus Is... (ONEUS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora