〘 ᴍʏ ᴍᴀʟᴜꜱ 〙

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ADVERTENCIA: Se tratará el tema del luto. Si este llega a ser un tema delicado, o eres sensible a la muerte (específicamente por covid19), por favor ten cuidado al leer el capítulo o incluso, si eres consciente de que no toleras el tema, no lo leas.

RECOMENDACIÓN: Lean con el instrumental dejado, queda bonito realmente. ✨🍃

Click clack cluck

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Click clack cluck. Las tacitas chocaban en la cocina a medida que el barista de turno iba sacando adelante todas y cada una de las órdenes que se le habían encomendado.

Tic tac, tic tac. Las manecillas del reloj marcaban el paso del tiempo para todos aquellos presentes. Muchos se desesperaban por ello. Otros simplemente dejaban que continuara con su curso. Y había individuos que solo deseaban regresar y quedarse en un momento en específico.

Entre esos últimos, se puede destacar a Kim Geonhak.

Y con justa razón...

¿Qué sentido tenía la vida... Si ella ya no estaba a su lado?

¿Si ella ya no existía más?

Geonhak y Sujin se amaron como locos. Cada persona que conocía a esa joven pareja, podía jurar que eran el uno para el otro.

Solo bastaba ver el brillo en los ojos de aquella muchacha cada que su vista se posaba en su amado.

No hacía falta nada más que ver la dichosa sonrisa que ese joven esbozaba si su chica aparecía en la habitación...

Hasta que ya no hubo ojos centellantes...

Y ya no existían sonrisas llenas de gozo...

Un mortal virus azotó el mundo, cobrando cientos de miles de vidas alrededor de la esfera.

Y como si de un mal chiste se tratara, se llevó el corazón de la joven pareja. Geonhak no abandonó el hospital en semanas, esperaba noticias día y noche. Su familia no pudo disuadirlo para que descansara, que comiera algo decente, que se duchara, que se moviera de ahí.

No.

Él no quiso moverse hasta recibir una palabra acerca del estado de su novia.

No fue hasta una lluviosa tarde, en el clima que más le gustaba a la chica, que salió un médico a informar el lamentable fallecimiento de Park Sujin.

El dolor que se extendió por su pecho, la falta de aire, el pitido en sus oídos, el temblor de sus manos, todo era indeleble en la mente de Geonhak. Como si hubiera sido ayer, por más que hubieran pasado casi tres años y el mundo estuviera saliendo poco a poco de aquel negro episodio de su historia.

Kim estaba en pausa.

Era incapaz de avanzar.

Por eso ahora acudía diariamente tras sus clases a aquel pintoresco café.

My Malus Is... (ONEUS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora