𝐓𝐇𝐄 𝐎𝐔𝐓𝐒𝐈𝐃𝐄 - 𝖫𝖾𝖺𝗅

𝘁𝗿𝗲𝘀 - 𝗍𝖺𝗍𝗎𝖺𝗃𝖾

Frunzo el ceño cuando escucho algo, me levanto y observo a mi alrededor, han de ser como las seis de la mañana, porque el sol a penas se asoma. Tomo mi ropa y me visto con cuidado de no despertar a Tobias.

Tobias.

Que lindo se ve durmiendo.

Nuevamente el ruido.

Una vez vestida salgo de la habitación y camino hasta encontrar el lugar por donde Tobias me hizo subir a la azotea y ver lo que erudición hacía antes de la prueba final de los iniciados. Subo hasta la azotea, camino y las piedrecillas me delatan tras hacer ruido al caminar, entonces veo en un edificio, tal cual como Jeanine hacia cuando hablaba a la ciudad. Veo a Evelyn en una especie de vídeo, intento poner atención a lo que dice.

—Habitantes de Chicago, sé que tienen curiosidad por saber qué hay detrás de la valla— el muro para los fundadores ¿no? —, pero a veces las vallas son para protegernos. Recuerden, los fundadores fueron quienes nos dividieron en Facciones y hasta que no sepamos sus intenciones, la valla permanecerá cerrada. Jeanine se ha ido, mañana comienzan los juicios a todos sus cómplices, marcando así un comienzo a nuestra nueva vida como una sola facción.

El vídeo desaparece y doy un suspiro profundo, Tobias lo había dicho antes, ella sólo quería ser el remplazo de Jeanine. Oigo las piedrecillas de la terraza y me giro para ver quien es, sonrió al ver a Tobias y lo abrazo, cierro mis ojos y siento su calor.

—¿Lo viste? —me pregunta.

—Sí, Evelyn está cometiendo el mismo error que Jeanine, al final la gente se revelará y esto podría ser peor de lo que creímos —digo, lo observo y él me ve a los ojos.

—Hablaré con ella, creo que podré convencerla.

—Pero, aunque puedas, sólo cederá mientras tú le sigas el juego, y al final ella te llevará por un camino que odiarías seguir.

—Sé que estuve mal cuando me convenció para no ir detrás de ti, pero aprendí mi error, y la verdad me di cuenta cuando te vi que prefiero volver a perderla a que tú me faltes—dice al tomar mi rostro con sus manos y juntar nuestros labios.

—Vamos a desayunar —dice él, sonrío y asiento con la cabeza, lo sigo hasta los comedores.

Tobias nunca podrá renunciar a Evelyn, ella fue quien estuvo en su infierno con Marcus y aunque lo abandonó, él recuperó a su madre, no la podrá dejar, aunque mi vida corra peligro, además es algo que nunca le pediré, elegirla a ella o a mí.

No podría.

Llegamos a los comedores, los Osados visten ropa combinadas, es raro, pero siento que es lo mejor, al menos ya no nos vemos como si viviéramos un funeral cada segundo. Me siento en la mesa donde está Chris, Will, Al, Tris y Peter.

—Dios, casi se siente como si fuéramos iniciados nuevamente —dice Chris—, pero algo más "maduros".

—El año aún no termina —dice Al.

—Es verdad, aún tenemos dieciséis —dice Will, nos observa y ríe—, ¿cómo podemos ser más maduros?

—Por lo vivido supongo—dice Tris—. No es como que todos los días detenemos una simulación, después huimos, nos atrapan y encarcelan y volvemos a ser liberados.

—Faltaron muchas cosas, pero sí, en resumen, eso pasó —dice Peter al sonreír, pero ocultar su sonrisa al llenarse la boca de pan.

—¿Creen que estaremos toda la vida aquí? —pregunta Al cuando se acerca a nosotros, ve de reojo a Tobias y frunzo el ceño.

—Quizás, Evelyn se convirtió en una dictadora al cerrar la valla —dice Tris.

—No se preocupen, ya sea que nos demoremos, saldremos de este infierno —digo—, por ahora hay que fingir que estamos de su lado, pero en cuanto se descuide, nos largamos.

—No creo que tú le agrades mucho —dice Peter, lo observo—, eres novia de su hijo ¿por qué crees que te encarceló y a él no le permitió acercarse? A ella no le agradas.

—Es verdad, pero la vida nos enseña a tener a los amigos cerca, pero a tus enemigos más cerca, y cuando se descuidan, los quitas de tu camino.

—Estoy de acuerdo, pero no creo poder fingir tan bien —dice Tris—, menos si la tengo en frente.

—Somos dos—dice Peter, Tris lo observa—, estirada.

—¿Ya vas a seguir? —dice Chris. Me río y Peter me da un tirón de pelo, hago una mueca y lo observó.

—Bien, dejemos esto, es muy notorio que hablamos de algo secreto —digo al ver a Will y Al que casi están acostados en la mesa para oír lo que decimos. Termino de comer y observo la bandeja unos instantes, al levantar la vista veo a Tori irse. —Me retiro —digo, dejo la bandeja en el espacio para estas y voy caminando por donde Tori se va.

—¿Tengo una acosadora? —pregunta Tori al ingresar a la sala de tatuajes, ella se gira para verme mientras deja algo en una mesa.

—No, yo—camino por la sala y veo los tatuajes—, quiero un tatuaje.

No tuve tiempo de tatuarme cuando tuve la oportunidad, estaba más preocupada por ver qué sucedía en la historia y evitar las muertes, pero ahora que puedo respirar un poco, quiero hacerme esto antes de que sea todo más problemático.

—¿Tienes algo en mente? —pregunta ella, sonrío.

—Sí, mira —tomo un cristal con un tatuaje incrustado—, quiero sólo esa área, en mi antebrazo y tobillo izquierdos.

—Bien, será en una cesión, siéntate.

Me siento en una silla que me trajo malos recuerdos, se parecía a la de la habitación del miedo; la silla de dentista. Tori puso un papel sobre mi antebrazo, abajo del codo, este dejo huellas del diseño que quiero, y en un recipiente pequeño puso tinta negra, la luz de la habitación eran a luces fluorescente rosadas y azules, formaban un morado increíble, Tori tenía una pequeña luz aparte que le permitía apreciar más su trabajo manual en mi antebrazo. La aguja dolía en ciertos lugares y en otros no, cerré los ojos para relajarme y al final terminó en mi antebrazo, me puso un gel y después me cubrió con un plástico transparente.

—Esto ayuda a tu regeneración, ahora seguiré en el tobillo—dice Tori, asiento y me levanto el pantalón, al tener el zapato pensé unos instantes y le señalé a Tori un poco más arriba del tobillo, que se vea incluso con zapatos. Ella asiente y me empieza a tatuar. Pasa no sé cuánto, pero es mucho tiempo, hace el mismo proceso de envolverme con plástico—. Siempre hago tatuajes según los deseos de algunos, pero ¿qué significa el tuyo? —Tori levanta su vista después de guardar sus instrumentos para tatuar, sonrío al verla y levanto un poco el brazo izquierdo.

—Este es un brazalete que rodea mi antebrazo, la línea primera, la más gruesa simboliza el dolor de la vida, las penas y tristezas. La segunda línea es mediana y representa los momentos donde uno es feliz, donde hay alegría y tranquilidad. La tercera es la más delgada y representa la vida.

—Pero la última línea está rota, no es continua como la de tu pierna—dice Tori, es algo que le pedí específicamente.

—Es porque esa vida se terminó, y la otra aún sigue.

Mi vida pasada acabó mal, pero quiero terminar esta vida bien, junto a Tobias hasta el final.

—Profundo —dice Tori, reímos, no creí que llegaríamos a llevarnos bien, pero ella resulta ser muy agradable. Una hora pasó, Tori me quitó el plástico y me dio una crema cicatrizante —. Algo bueno que nos dé Erudición.

—Mañana son los juicios —digo—, ¿dónde serán?

—En el edificio de los sin facción, o creo que es un subterráneo. En fin, está al noreste.

—Una fábrica, la recuerdo.