𝗰𝗮𝘁𝗼𝗿𝗰𝗲 - 𝖾𝗅 𝗉𝗅𝖺𝗇 𝖽𝖾 𝖭𝗂𝗍𝖺

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Me sobresalto al sentir unas manos que me sujetan de mis brazos, pestañeo varias veces para volver a la realidad, Tobias me mira preocupado.

—Grecia ¿Qué sucede? —me pregunta, no me di cuenta, pero estaba llorando, abracé a Tobias y escondí mi rostro en su cuello, había un sollozo extraño en mí, como si mis pulmones no tuvieran aire. Había olvidado todo aquello por lo traumante que fue, pero ahora comprendo y reconozco mi paisaje del miedo, la razón por la cual me aterraba tanto ese rostro y sus ojos, la razón por la cual aquel personaje me sujetaba del pie y me jalaba al abismo—. Tranquila —me dice al acariciar mi espalda, lloro todo lo que puedo, y lo que me permito, al final no sé cuánto tiempo fue eso, pero siento adormecido el rostro, mi cuerpo dejó de temblar y los ojos de Tobias me calman—¿Ya todo está bien?

—Sí —digo, mi voz es grave y áspera de tanto llorar, sus manos me limpian las lágrimas de mi mejilla.

—¿Qué sucedió? —me pregunta.

—David me dio un dispositivo, que me permite ver vídeos de vigilancia sobre mi padre —mi voz suena débil—. Lo había olvidado, porque lo vi morir.

Tobias me vuelve a abrazar, pero esta vez más fuerte, se siente como si estuviese en mi lugar seguro, como si él me diese paz completamente.

El día pasó y solo estuve recostada en mi cama con él a mi lado, le conté todo lo que vi y le pasé los electrodos para que él mismo pudiese ver los vídeos.

—¿No es cruel mostrar ese último vídeo? —me pregunta, no lo había pensado, es algo que obviamente me afectaría, pero entonces ¿Por qué mostrármelo? ¿Qué planea David?

—No lo sé, me trató amablemente y se sentía agradable incluso —digo, Tobias levanta un poco la cabeza para ver si alguien ingresó a la habitación, entonces me mira.

—Pero no lo es, tus notas dicen que intentará borrarles la memoria a todos en Chicago, por eso decidimos venir, para impedir eso.

Lo miro y recuerdo mi propósito aquí, no vinimos a hacer amigos, ni a ver a Tori reencontrarse con su hermano, no vine para que David me hiciese su aliada, vine a exterminar esta estúpida idea de los experimentos. Me siento en la cama y miro a Tobias.

—Hay que hablar con Matthew, él nos ayudará.

—¿Matthew? Es aliado de David, hasta va a su oficina —dice Tobias. Niego con la cabeza.

—No, él nos ayudará y dará buenas razones para acabar con todo este circo.





—¿Qué puedo hacer por ustedes a estas horas? —pregunta Matthew, estamos en su laboratorio, el cual es algo grande, él ahora está vistiendo de azul demostrando ser científico quizás.

—Matthew quiero la verdad ¿Cómo Jeanine consiguió el suero de la simulación para osadía? —Matthew me queda mirando unos instantes, sus ojos están fijos en mí, pero no hay sorpresa, porque sabe la respuesta, yo lo recuerdo, la razón por la cual Tris quiso borrarles la memoria a la oficina fue por venganza a que David fue capaz de dar ese suero y matar a toda una facción para que el experimento no fallara, no le importó las muertes ni de Natalie ni de nadie.

—Fue la oficina —dice finalmente, Tobias está a mi lado, su ceño está fruncido—, trae a tus compañeros en la madrugada, les enseñaré las pruebas.

—Gracias —digo, salgo del laboratorio y camino junto a Tobias de regreso a la habitación del hotel.

—¿Por qué la oficina daría el simulador? —pregunta al fin.

—Lo sabrás todo en la noche, ahí Matthew lo explicará, confía.

Tobias asiente. Estoy enojada, dolida por aquel vídeo, sigo preguntándome ¿Cómo serviría esto a David?

La noche nos invadió, las luces se apagaron por completo y gracias a una linterna que tenía Matthew logramos caminar sin tropezar. Tris, Peter, Chris, Will, Cara, Caleb Al, Tobias y yo seguíamos a Matthew, quien nos llevaba por pasillos muy profundos en el edificio, tanto que llegamos a un área donde los pisos tienen una gran cantidad de polvo, los vidrios se ven sucios y descuidados. Matthew llega a una habitación e ingresa tras ocupar una llave, se nota que la tecnología de los escáneres no está aquí. Ingresamos al laboratorio y ahí Matthew prende una computadora.

—Hace algún tiempo nos dimos cuenta de que el suero que ocupó Jeanine se asemejaba a nuestro suero de la memoria, o sea controlaba ciertos aspectos de la mente —dice Matthew, saca un frasco de una repisa y este es del mismo color del que nos inyectaron después de ser nombrados Osados, me cruzo de brazos al recordar aquello—. Resulta ser que este suero llegó a Jeanine gracias a la oficina.

—¿Por qué? —pregunta Cara.

—Porque Chicago es considerado un éxito, es el único experimento que funcionó, y eso es lo que les interesa a los líderes —dice Matthew.

—También es porque salieron dos Genéticamente Puras de ahí —una voz femenina se escucha detrás de nosotros, nos giramos y veo a una chica trigueña de cabello negro viéndonos.

—¿Nita? —pregunta Tobias, frunzo el entrecejo al escucharlo.

—¿Quién eres? —le pregunto.

—Soy Juanita, pero llámenme Nita, es preferible —ella avanza hasta estar junto a Matthew—. Los Genéticamente Puros han abusado tanto de su poder que incluso son protegidos y respaldados por el gobierno, hay casos en que estos son capaces de matar personas y sólo reciben un leve castigo en comparación a sus actos, en cambio los Genéticamente Dañados como yo, somos tratados como si nuestros errores humanos fuesen a causa de nuestro gen dañado, como si fuese una enfermedad incurable y nos miraran con lástima.

Ya la recuerdo, hizo cosas estúpidas al aliarse con un grupo extremista que quería apoderarse del suero de la muerte.

—No quiero ofenderte Nita, pero tu sed de venganza no va conmigo —digo, ella me observa y siento a todos mirarme igualmente—, quiero hacer algo no tan dañino, quiero hacer algo no mortal, no sé si me entiendes.

—Yo nunca dije que les haría daño —dice Nita al sonreír—. Es más, Tobias puede confirmar que soy de confianza —río sin gracia.

—Ya basta, me interesa más entender qué podemos hacer ahora que sabemos esto —dice Tris, iba a comentar respecto al plan que tenía, pero no confío en Nita.

—Atacar —dice Nita—. Tengo un grupo de aliados que nos brindarán su ayuda para ingresar a la habitación de David, es una que está protegida completamente y si no se ocupa su contraseña, expele un suero mortífero que te mata instantáneamente.

—¿Por qué ingrese ahí? —pregunta Chris.

—Porque ahí tiene el suero de la memoria, se lo queremos robar para que no le borre la memoria a los de Chicago, además de poder quitarles lo que más utilizan —veo como Chris, Al, y otros aprueban esta idea, incluso Tobias parece de acuerdo. Entendí que no puedo contar con ellos para hacer el último acto de esta historia.

—Gracias por la información, necesitamos hablar después —le digo a Matthew una vez me acerqué a él, salí de aquel lugar en dirección a la habitación del hotel, quería dormir y olvidar por un instante todo el desastre que está sucediendo. 

𝐓𝐇𝐄 𝐎𝐔𝐓𝐒𝐈𝐃𝐄 - 𝖫𝖾𝖺𝗅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora