Sunrise!

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Pov: Despiertas al lado
de Dany

...


Tu vista era un poco borrosa, aún seguías adormilada, y estabas bastante cansada, pues ayer habías tenido una noche muy agitada junto a Dany. Realmente las dos habían quedado exhaustas y cayeron profundamente dormidas en cuanto cerraron los ojos.

Sin embargo, Tenías una vista realmente hermosa. Te encontrabas entre sus brazos, observando sus lindas pestañas, su rebelde y alborotado cabello rubio, el cual se esparcía por toda la almohada. Sin olvidar sus lindos labios.

Nótese la intención~

Tenías ganas de besarla en ese preciso momento. Pero te contuviste. Querías esperar a que despierte.

Te propusiste dormir un rato más, pues estiraste tu brazo hasta la mesilla de noche, (que estaba muy cerca) Y viste la hora, apenas eran las seis de la mañana. Y sinceramente nadie se quiere levantar a esa hora.

Luego de devolver el celular a la mesa, te acurrucaste nuevamente entre sus brazos, sintiendo el calor de su cuerpo.

Al tener solo una floja playera blanca como pijama, se te hizo bastante fácil deslizar tus manos debajo de su camisa. Tocando suavemente su abdomen, el cuál estaba levemente marcado.

Al sentir esto, levantaste la mirada. Topandote con esa linda vista ya mencionada.

Al verla de esa manera, no pudiste contenerlo más, y decidiste dar un cálido beso en sus rosados labios. Mientras lo hacías, con los ojos cerrados, sentiste como una sonrisa se formaba en la rubia.

Abriste los ojos, asustada. Y cuando lo hiciste, te topaste a Dany mirándote dulcemente.

---Tardaste demasiado--- Dijo burlesca.

---¡¿Estabas despierta?!--- Un rubor brotó rápidamente en tí.

---Todo este tiempo lo estuve--- Sonrió.

---¡No es divertido, es vergonzoso!--- alegaste en vano. Mientras eras embestida por un fuerte abrazo. Dejandote totalmente inmóvil.

---Shh, shh. Quédate quieta---.

Y al no poder moverte, decidiste dejar de forcejear. Cerrando los ojos.

---Es muy temprano, sigamos durmiendo---Te dijo con esa voz rasposa que solía tener en las mañanas.

Ambas cerraron los ojos, y tal como lo dijo, siguieron durmiendo. Aunque pronto sonría la alarma, obligandolas a despertar bien, de una vez por todas.

Pero sinceramente ninguna se quiera separar de la otra. Querían seguir abrazadas, entre las sábanas, sintiendo el cálido aroma de sus cuerpos.



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