I want more of u

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POV:

Dany estaba grabando el video oficial junto a sus hermanas para su nuevo single "MORE". Lo que no sabía es que su novia la deseaba en ese momento, quería más de ella.

(Smut. Si este tipo de cosas te incomoda, abstente de leer.)

. . .

Dany se encontraba en los vestidores, acomodando su cabello mientras se hacía un delineado de colores. Específicamente morado. Pues era el color característico de su nuevo single MORE, y por supuesto, no podía estar más emocionada de compartir la canción por la que habían estado esforzándose desde que terminó el MAYDAY TOUR.

No había absolutamente nadie ahí, a excepción de tí. Mirabas con cautela cada moviendo de la rubia. Se veía realmente atractiva.

Los guantes color lila, el top naranja y esos holgados pantalones le Lucian muy bien. No es algo que ella esté muy acostumbrada a vestir, sin embargo de alguna manera quedaba con su personalidad. Era una explosión linda de colores.

—¿Qué se te perdió?— Preguntó con burla la rubia, que seguía aún delineadose. Estaba concentrada y eso la hacía lucir tierna.

—Mhm... Nada, nada. —Te quedaste unos segundos pensando con una sonrisa en tu rostro, la rubia levantó la mirada y te observó a través del espejo que tenía enfrente.

—Bueno, solo deja de mirarme de esa forma. Me pones nerviosa y esto no me va a salir bien— señaló con la mirada el cosmético que tenía entre las manos. Estaba un poco sonrojada, tu mirada la hacía distraerse bastante.

A su parecer eras la mujer más linda de todas y eran los ojos más lindos que jamás había visto. Verlos tan solo unos segundos hacía que se derritiera, es por eso que nunca te sostenía la mirada por más de diez segundos.

—Te ves muy linda— avanzaste hacía ella y la abrazaste por la espalda. Un gesto que le encantaba a la rubia. Te sonrió con calidez y te dedicó un  guiño coqueto, acompañado de un apenado «Gracias...» para luego seguir en lo suyo.

—No, Creo que no lo entiendes— Con algo de timidez, que rápidamente se esfumó, comenzaste a acariciar con las yemas de tus dedos su mandíbula, para luego dedicarle un beso necesitado en sus finos labios. — realmente estas muuy linda—Alargaste la palabra, haciendo que la chica se sintiera acorralada, sonrojándose aún más, obviamente correspondido a tu beso.

—Alguien podría vernos— trataba de respirar pero se lo impedías. Su voz sonaba totalmente linda de esa forma “agotada” y entrecorta a falta de la respiración por aquel mojado beso.

Subiste un poco, besando sus orejas y admirando como su pálida piel se tornaba de un rosa carmesí, luego bajaste hasta su cuello, en el dejaste varios moretones. La rubia se sentía totalmente acorralada por tu presencia, tal vez no parecía, pero Daniela era una sumisa de primera a pesar de que su personalidad suele ser la líder.

—¿Qué, quieres escapar?— con una mano la tomaste de los cachetes, burlandote un poco de la reacción de la rubia.

Dónde se estaba maquillando había una mesa, algo así como un tocador de de madera. Un espejo al frente y una silla, la cual había sido totalmente apartada de su lugar, y para ese entonces Dany estaba encima de la mesa, con las piernas un poco abiertas y la reparación agitada.

—Ay dios. Se me fué... Tienes que grabar, lo había olvidado.—Reíste con  intensiones claras. Sabías que la rubia, de alguna u otra manera, se había exitado. Pero la dejarías de esa manera. Era tierna cuando estaba necesitada.

—No no no no— comenzó a lamentarse mientras agitaba tiernamente sus puños. —No me dejes así—

—¿Así como mi vida?— Querías que lo admitiera. Aquel lado sumiso te fascinaba. Pero Dany tampoco sería tan fácil.

—¿Puedes...—Tomó tu brazo y lo llevó al rededor de su cuello.—Terminar lo que acabaste, por favor?— Te gustaba cuando lo pedía. Pero no era suficiente.

—Lo siento, no sé que estaba haciendo.— Te miró con ironía mientras tú te burlabas discretamente.

—Provocarme, eso estabas haciendo—Sin timidez lo dijo. Esbozó una sonrisa coqueta en su rostro mientras tomaba tu otro brazo, para también llevarlo al rededor de su cuello.

—No quiero arruinar tu labial cariño— A Dany lo menos que le importaba en ese momento era el labial. Besó con necesidad tus labios, haciendo un beso mojado y también una batalla.

Pequeños quejidos empezaban a salir inconscientemente de la rubia, quién quería contenerse con todas sus fuerzas, tratando de ahogar sus gemidos aferrándose a tu cuello y hundiendo su rostro en el.

En cambio tú tan solo te dedicabas a depositar suaves besos por todo su rostro, enredando tus dedos en su alborotado cabello.

La respiración de ambas subía junto con el calor de la habitación, rápidamente Dany se deshizo de su anaranjado top, botandolo por algún lugar de la habitación, rogando para que la besaras.

Había quedado en sostén, y luego en ropa interior. No podía negar que se ponía nerviosa con tu mirada, que recorría cada rincón de su piel. estabas ansiosa por tocar cada parte de su cuerpo.

—¿Puedo?— preguntaste. Dany te respondió rápidamente un «puedes» con la respiración algo agitada y algunas gotas de sudor escurriendo sutilmente por su frente.

Comenzaste a besar con detenimiento sus clavículas y su marcado abdomen mientras su cuerpo se estremecía y los quejidos eran cada vez más fuertes.

—Sí haces ruido, entonces pararé.— Dijiste totalmente seria, mirando aquellos encendidos ojos que rogaban por más. Daniela asintió y como la buena chica que es, se dispuso a no hacer ningún ruido.

Finalmente, le diste un buen final y la recompensaste por haber sido una buena chica. Finalizaron su “sesion de amor” con un beso y comenzaron a vestirse entre risas mientras ambas replicaban a la par «Estamos locas» por lo bajo.

Luego, cuando Dany estaba de nuevo arreglándose el top y el pelo, se fijó en su cuello, el cual estaba completamente lleno de chupetones. Al verlos tan solo rió, mientras que tú estabas completamente alarmada por eso.

“¿Cómo podrás grabar así?

¡Lo siento tanto!

¿Quieres cubrirlos?“ Era todo lo que escuchaba Dany de parte de su histérica novia. Te miraba con una sonrisa cómplice como sí no hubieran hecho de todo hace una hora.

—Oye linda— Replicó un par de veces al darse cuenta que no lograba llamar tu atención por la cantidad de "soluciones" que buscabas dar al momento. Finalmente cuando logró llamar tu atención, tomó tus brazos y los colocó al rededor de su cuello con una mirada y sonrisa coqueta.

—Quiero que todo el mundo sepa que soy tuya—Sonrió de una manera que te dió escalofríos. ¿Cómo esa linda mujer podía llegar a ser tan provocativa?

Realmente estabas loca por ella.
Y ella por tí.




































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