Capítulo 14. En el frente.

20 4 0
                                    

- No sabemos exactamente que tipo de bombas utilizó el IEAA en el ataque a Londres- iba diciendo el director, aireadamente.

Estaban en el salón del Consejo, momentos después de que Lucas y los demás informaron sobre tan siniestro bombardeo.

El teniente todavía tenía grabada en su mente la imagen de la ciudad vacía y destruida.

- Director- dijo un anciano de barba blanca y lentes gruesos, ataviado con una bata blanca de laboratorio, se aproximó hacia el mencionado hasta situarse a pocos metros de distancia.

- Dime, Wolf, ¿qué sucede?

Wolf. El apellido resonó en la mente de Lucas, se le hacia conocido, ya había escuchado antes ese apellido. Siguió pensando hasta que consiguió recordar donde lo oyó. El comandante Johnson le había dicho que la bomba W fue nombrada así en honor al científico que la creó.

El tal Wolf no tenía aspecto de científico, salvo por la bata. Más bien, parecía alguien que trabaja en una oficina redactando oficios.

- Señor, antes de que los Black Panther partieran a Londres, le pedí al soldado Hohenstaufen que recogiera algunas muestras del terreno para mí- hizo una pausa larga, en la cual miró a cada uno de los presentes- Vengo de mi laboratorio, después de un análisis rápido a las muestras.

- Ajá- el director suspiró- ¿Y que más?

Varzzen también suspiró, al igual que todos los presentes, por la pérdida de tiempo provocada por el científico.

- Por eso odio a Wolf- el comandante le susurró a Lucas- Siempre anda con sus aires de grandeza, sólo porque es científico cree que sabe más que nosotros, y hace que perdamos la paciencia. Y desperdicia tiempo valioso.

- Según los resultados, las bombas tenían en su interior una poderosa neurotoxina gaseosa que desintegró toda materia orgánica de la ciudad- un sonido de sorpresa colectiva se escuchó por todo el salón- Esto quiere decir que la neurotoxina atacó a través del aire a todo ser vivo que respiró el gas nocivo. Desintegró lentamente la piel, los órganos y los tejidos. Aún no logro descifrar los componentes químicos y biológicos que posee esta neurotoxina, además, convirtió a los huesos en polvo. No quedó nada de las personas ni de los animales.

- ¡Carajo!- maldijo Larry- Wolf, ¿crees que puedas hacer una réplica de la neurotoxina?

- Es posible- respondió arrastrando las palabras.

- Hágalo posible, Wolf- le ordenó- Puedes retirarte.

El anciano científico se retiró a paso lento, y nadie volvió a hablar hasta que abandonó el lugar.

- Teniente Varzzen, estás aquí porque serás asignado al frente. Irás a una base militar situada a la altura del río Mosa, en Holanda, cerca de la frontera con Alemania. Este sitio ha estado en constante ataque por el Imperio, porque protegemos unas reservas gigantescas de petróleo y el IEAA nos lo quiere robar- miró fijamente a Lucas- Y hay altas probabilidades de que se apoderen del petróleo, ya que el Imperio nos está rodeando. Bruselas cayó ayer por la noche y nuestras tropas fueron masacradas, no hubo ningún sobreviviente. No podemos permitir que el Imperio se adueñe de nuestro petróleo.

- Entiendo, director- se levantó de la silla- Iré a avisarle al equipo Lion de que se prepare.

- No, teniente. Su equipo va a ir a Bruselas.

- ¡¿Qué?!- Johnson gritó- ¡Es una misión suicida! ¡El Imperio conquistó Bruselas!

- Lo sé, Walter, y por eso es de vital importancia que la recuperemos.

- Pero, señor...

- ¡Basta! ¡Es una orden!

***

Lucas descendió de una de las cinco Phantom que viajaron a Holanda. Detrás de él, bajaron los miembros de la Primera Compañía, hablando en voz alta y haciendo barullo. Hombres y mujeres pasaron a su lado, tranquilamente.

Como le había dicho el comandante, existen mil Compañías bajo el mando del director. Cada una conformada por 100 soldados entrenados para el combate.

Le dijeron que tenía que buscar a la teniente coronel Stephanie Vázquez de la Sexta Compañía, la persona al mando de las Compañías.

El cielo estaba nublado y hacía un frío tremendo. Por eso Lucas llevaba una gabardina gris que lo calentaba bien. No le sorprendería si empezara a nevar.

Se había imaginado que la base iba a ser parecida a la Fuego, de México, o al Cuartel General. Pero se equivocó, sólo eran unas cuantas casas dañados de un solo piso. A la izquierda había casas de campaña donde los soldados dormían. Y había trincheras frente al río, en las cuales había centinelas resguardando el lugar ante un posible ataque.

El ruido producido por el río Mosa llegaba hasta los oídos de Lucas, que lo veía impasiblemente. El pasto era más bien ralo y con pequeñas hendiduras, supuso que se debía al hecho de las explosiones de granadas.

- ¡Hey, tú!- exclamó alguien- Yo te conozco.

Lucas volteó a ver a ambos lados y vio que un joven muchacho rubio de ojos verdes y complexión musculosa, se acercaba a él.

- ¿Y tú quién eres?- preguntó, extrañado.

- Hohenstaufen. Elliot Hohenstaufen- respondió con una sonrisa.

También sonrió, al recordar que Wolf lo mencionó durante la reunión del Consejo.

- Sí, hermano. Sé quien eres- dijo de forma amigable- Eres Lucas Varzzen, el tipo que congelaron en el 2025.

- Sé muy bien quien soy- dijo, secamente- Si me disculpas, tengo que ir a hablar con la teniente coronel.

- No te preocupes, hermano, relájate. Yo te llevo con Stephanie.

- Ok.

Comenzaron a caminar hacia una de las casas y Elliot no paraba de parlotear alegremente.

El soldado Hohenstaufen tenía algo que hizo que le agradara a Lucas inmediatamente. Tal vez era por su forma despreocupada y alegre de ser.

Llegaron a la casa central y Elliot abrió la puerta. Lucas lo siguió.

En su interior había una mujer menuda uniformada, con condecoraciones en la chaqueta, sentada tras un escritorio de madera.

Su largo cabello negro contrastaba con su piel blanca, haciendo resaltar sus delicadas facciones. A Lucas se le hizo hermosa.

Levantó la vista cuando escuchó la puerta cerrarse con un sonoro golpe. Observó detenidamente a Lucas y luego sonrió.

- Usted debe ser el teniente Varzzen, ¿verdad?- se paró y se detuvo frente a Lucas, extendiéndole una mano.

- En efecto- comentó, y estrechó la mano que le ofrecieron.

- Soy la teniente coronel Stephanie Vázquez. Bienvenido al cuartel Mosa.

El ImperioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora