XII

258 24 2
                                    

Unos golpes en la puerta hicieron que Steve volviera a la conciencia. Abrió los ojos encontrándose directamente con el rostro de Eddie, lo contempló por unos segundos hasta que volvió a escuchar los golpes.

— Eddie.—Lo sacudió.— Hay alguien afuera.

El de cabello rizado empezó a abrir los ojos.

— ¡Eddie!.—Gritó Wayne.

Al mencionado casi le da un infarto al escuchar la voz de su tío.

— ¡Voy!—Dijo mientras peleaba por salir de las cobijas.— ¿Qué pasa?—Preguntó al fin abriendo la puerta.

— Necesito que después de tus clases vayas a comprar unas cosas, trae papel y un bolígrafo para que anotes.

— Ah, sí, ¿Puedes esperar un poco en la cocina?—Dijo tratando de tapar la visión de su tío a la habitación.

— Tengo prisa, sólo trae lo que te dije.—Ordenó.

— Está bien.

Eddie se quitó del marco de la puerta dejando que su tío pudiera ver a Steve en la cama.

— Hola.—Saludó Steve nervioso.

— Hola.—Wayne devolvió el saludo un poco confundido.— No sabía que tenías visita.—Miró a su sobrino.

— Ehh... es un amigo de Dustin.—Se acercó con hoja y bolígrafo en mano.— ¿Qué es lo que necesitas?

Wayne empezó a nombrar cada cosa que necesitaba mientras Eddie escribía.

— Cuando tengas las cosas, las dejas en el mueble de la cocina y yo las tomaré cuando venga, ¿Entendido?

— Sí, no te preocupes.

— Bien, nos vemos.—Se despidió y se fue.

Eddie cerró la puerta y dejó la hoja en la mesa. Su tío los había levantado a las 7:00 AM que era cuando salía a caminar, faltaba una hora para que tuvieran que marcharse.

— Tal vez le di una mala impresión.

— Nah, no te preocupes.—Lo miró.— Al contrario, debe ser la primera vez que ve a alguien tan decente en mi cuarto.

— ¿Decente en qué sentido?

— En todos.

Ambos rieron.

— Bueno, me iré a duchar y si quieres luego puedes hacerlo tú.—Se acercó al closet para tomar algo de ropa limpia.— Mientras puedes ver que hay para desayunar.

Y entró al baño. Steve se levantó de la cama y fue a la cocina, su mirada pasó por los estantes tratando de encontrar algo con lo que pudiera trabajar hasta que se detuvo al ver una bolsa de harina para hot cakes.

Bingo.

Tomó la bolsa y buscó un boul en el que colocó la harina suficiente para unos 6 hot cakes, añadió huevo y leche, después mezcló todo con la batidora. Ya con la mezcla lista, encendió una hornilla y encima puso una sartén, buscó algo de mantequilla en la nevera y cortó un pedazo para esparcirlo en la sartén.

— Por favor que no se quemen...

Susurró y empezó a verter un poco de la mezcla hasta formar un círculo. Esperó un poco y con una palita de madera volteó la tortita logrando ver que en efecto, no se había quemado. Así repitió el mismo proceso otras cinco veces.

Por otro lado, el de cabello rizado ya había acabado de ducharse y ahora se encontraba vistiéndose: jeans negros, una playera de Iron Maiden, su Battle Jacket y unas botas negras. Salió del baño e inmediatamente un dulce aroma inundó sus fosas nasales, en busca de encontrar la fuente de ese olor, se dirigió a la cocina mientras seguía secando su cabello con una toalla. Al llegar vio a Steve dándole la espalda así que se acercó lentamente.

— O sea que no sólo estás bueno tú, sino también todo lo que haces.—Susurró en su oído.

Steve sintió un escalofrió que hace que casi tire la tortita que estaba volteando. Eddie lo notó y rio.

— Hazte un lado.—Steve fingió molestia y lo empujó.

— Oh... no te enojes, guapo.—Volvió a acercarse esta vez tomándolo de la cintura.— Es tu culpa por ser tan irresistible.

Steve se sonrojó y volvió a empujarlo.

— Hice tres hotcakes para cada uno.—Dijo nervioso y colocó la última tortita en un plato.— Iré a ducharme mientras desayunas.—Y se fue.

Eddie no dijo nada, sólo se sentó y comenzó a comer.

En el baño, el cuerpo de Steve temblaba un poco bajo la lluvia artificial que corría por su cuerpo. Aun se sentía nervioso por el comportamiento de Eddie antes. A ver, ya le había hecho más que eso, pero de alguna manera ser halagado y tratado de esa forma por él, lo hacía ponerse como si fuera una chica de secundaria enamorada. Pocos minutos más tarde, salió de la ducha y comenzó a vestirse con algo de ropa que había tomado a las prisas antes de entrar al baño: pantalón negro y una playera de Judas Priest. Cuando por fin salió del cuarto de baño, soltó un suspiro y fue a la cocina.

— Hey, de verdad saben deliciosos.—Dijo Eddie mientras señalaba los hotcakes.— A mí siempre se me queman.

— Tengo la sensación de que tú solamente comes fideos instantáneos.—Se sentó y comenzó a comer.

— Depende, a veces ni siquiera como.

— No puedes quedarte sin comer, algún día puedes desmayarte por eso.

— Mhm tal vez si me hicieras de comer todos los días.—Se llevó el último bocado a la boca.

— ¿Ah sí? ¿Qué harás cuando no esté contigo?

— Me aseguraré de que siempre estés conmigo.—Le sonrió.— En fin, iré por mis cosas para que podamos irnos.

En la habitación, Eddie se puso algunas pulseras y anillos, se delineo un poco los ojos con lápiz negro y tomó su mochila. Volvió a la cocina justo cuando Steve terminaba su comida.

— Bien, vámonos.

Salieron del trailer y subieron al auto de Steve.

— ¿Puedo poner esto?—Eddie mostró un cassette de Metallica que había traído de su cuarto.

— Adelante.

Steve comenzó a conducir y 'Hit The Lights' empezó a sonar. Durante el trayecto, Steve ocasionalmente miraba a Eddie mientras fingía tocar una guitarra eléctrica acompañando la música, e inconscientemente sonreía.

— ¿Irás a trabajar hoy?—Preguntó el de cabello rizado.

— Sí, pero salgo más temprano por unas remodelaciones que harán en el lugar. ¿Quieres que venga por ti después de tus clases?—Se estacionó.

— Claro, salgo a las 3:00 PM, te espero aquí.—Dijo y salió del auto.

Steve lo miró alejarse hasta perderlo, después manejó hasta su trabajo.

Don't you, big boy? (Steddie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora