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Mi nombre es Dameri, tengo 15 años y vivo en la tribu de los del clan de fuego,  soy la menor de 5 hermanos, está mi hermano Seleyo el cuál es el mayor de todos (nos llevamos solo 2 años menos con Erounw, el cuál tiene mi edad) Psilen, Melvert y Erounw. Mis dos hermanos mayores ya no viven con nosotros, tienen su propia vida lo que es normal y luego estamos Melvert, Erounw y yo que seguimos siendo un tormento para nuestro padre, el jefe del clan, Temlerv.

- ¡Hola papá!- Exclamé con una sonrisa. - Hoy es el día tradicional en el que vamos tú y yo a la antigua choza, ¿lo recuerdas verdad?

- Claro que sí hija, primero debo hacer un par de cosas, cuando esté nos vamos ¿vale?- Asentí ante respuesta. 

- Eh tontorrona, ¿de qué hablabas con papá con tanta ilusión? No me digas que vais a hacer otra vez lo de la "tradición" esa tuya. - Era mi hermano Erounw, el cual nunca había estado de acuerdo con respecto a que mi padre y yo hiciéramos tal cosa.

Discutimos un rato, no entendía el por qué de su enojo y me molestaba ya que era algo especial de papá y mío y siempre me lo estropeaba. - NO ENTIENDO PORQUE SIEMPRE TIENES QUE ESTAR DESACUERDO CON TODO LO QUE PLANEO CON PAPÁ - Exclamé gritando- NO ES MI CULPA QUE ÉL Y TÚ NO TENGÁIS BUENA RELACIÓN. 

Erounw me miró con cara de decepción y de su boca salieron las palabras más hirientes que alguien me podría haber dicho. 

- Sabes, el hecho de que mamá no esté aquí es tu culpa, a ella no le gustó esa "tradición" inútil tuya, la mataste de un disgusto y aún así lo sigues haciendo, eres una inmadura.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, susurre un pequeño perdón y salí de aquel lugar, tuve la intuición de que Erounw me llamó y me siguió pero continué con mi camino. Sinceramente me daba miedo salir sola, a la gente no le caía muy bien, pensaban que era una especie de bruja o así y me miraban raro y con desprecio, sobretodo al ver mis rasgos ya que eran totalmente distintos a lo que eran ellos. 

Por lo general los del clan del fuego eran un tono rojizo claro, a la gente exterior a nosotros les daba miedo por eso nunca se acercaban, pero yo no era así, tenía un color rojo muy pálido, unas orejas un tanto raras ya que eran bastante pequeñas comparadas con la de los demás, mi pelo era totalmente distinto, era muy muy rizado y los demás lo tenían liso y tenía una cola muy poco común, ni si quisiera yo sabría describirla, era mona eso sí. 

Llevaba un rato llorando cuando llega alguien y me toca el hombro, mi instinto hace que me levante y le de un golpe hasta que veo que es mi padre. 

-¡PAPÁ! - Exclamé- Cómo puedes venir tan sigilosamente, podría haberte hecho daño.

- No pasa nada cielo - Dijo mientras se reía- Ahora cuéntame porqué te has ido sin mí. 

- Papá, creo que Erounw tiene razón, fue mi culpa que mamá muriera y seguir haciendo lo de la tradición me hace sentir peor, aunque me encanta hacerla. 

- Oh cielo, mamá no murió por tu culpa, ella ya estaba enferma, y ​​para nada está mal lo de nuestra tradición, respeto que aprecias a tu raza y sigues acordandote de lo que algún día fuiste. 

- Papá, ¿soy un monstruo verdad? - Sollocé con lágrimas 

- Por supuesto que no hija, eres mi hija pequeña no un monstruo.

- Papá, no me mientas, sé que te da miedo el hecho de que no sea como tú o como los del clan, sé que te da miedo que sea distinta.


Dameri (Avatar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora