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Era el día, estaba muy nerviosa por todo, no quería dejar a mi padre, ni a mi aldea pero quería experimentar cosas nuevas y averiguar un poco más de mis capacidades y de lo que puedo llegar a hacer, cosas increíbles.

- Bueno hija mía, ha llegado la hora. - Dijo mi padre con los ojos empañados de pequeñas gotas de lágrimas. - Quiero que sepas que estoy orgulloso de ti, todo el pueblo lo está, si llegas a salvar a ese muchacho, eres una verdadera olivelv (olivelv significaba "salvadora")

Me dio un beso en la mejilla y se despidió de mis hermanos también. Me despedí de los grandullones, era su favorita se notaba. Estábamos ya para irnos en nuestros lellios volando hasta los del clan del agua, todos gritaban y coreaban nuestros nombres, ya a lo lejos vi a mi padre, no pude más y lloré.

Llevábamos 2 días de viaje, y nos quedaba mucho por delante aún, estaba hambrienta y cansada, mientras que Melvert y Eronuw no paraban de molestarse entre sí o incluso pelearse, lo cual no era novedad alguna.

Estaba a punto de dormirme cuando gritó la guía que ya habíamos llegado. Mis hermanos se miraron para luego desviar su mirada hacia mí. Nuestros lellios bajaron con fuerza haciéndome pegar un pequeño susto. Poco a poco iba viendo el clan, varias chozas estaban quemadas, todo muy destruido lo que dolió verlo y más lo triste que se vio todo.

Por fin aterrizamos, el guía fue delante de nosotros y dio un grito haciendo que todos los aldeanos se acerquen a nosotros con el fin de rodearnos ya que, sólo conocían al guía y no a nosotros. De la nada se acercó a un señor grande el cual parecía ser el Olo'eyktan del clan, junto a la que se vio que era su esposa.

- Te veo Tonowari.

- Te veo Semel.

¿Te veo? Que era eso de "te veo", siendo sincera no entendía lo que significaba, además de que el "te veo" iba acompañado de un gesto con su mano bajando de la frente de sus cabezas. Ahí me di cuenta de que el señor guía llamó Semel nos hizo un gesto para repetir el acto, mis hermanos y yo nos miramos y lo único que hicimos fue imitarlo a lo que estos nos saludaron también.

- ¿Quién de vosotros dos es Dameri?- Preguntó el jefe con apuro.

- Ninguno, soy yo señor.

- ¿Tú? - Por su cara vi que estaba sorprendido.

- Si, ¿hay algún problema?

- No por supuesto que no, es solo que me había sorprendido, dejando eso de lado quería contarte el porqué estas aquí y que se supone que esperamos de ti.

Dicho esto me llevaron a la que vendría siendo su casa, mis hermanos estaban fuera con los hijos del jefe. Mientras él me explicó todo con lujo de detalles de lo que había pasado y por qué había pasado, me puse tensa ya que ese tema de los del cielo no me gustó para nada y me dio miedo pero estaba dispuesta a ayudar a ese chico.

- Entonces, qué me dices Dameri, ¿aceptas intentar ayudar a esa familia con su hijo?

- Claro que sí, haré todo lo que pueda señor.

De pronto veo como aparece la familia del chico desaparecido, los Sully, creo que todos se sorprendieron al verme ya que creo que esperaban a alguien más mayor y no tan rara. Vi al padre, no sabía su nombre pero su cara me resultaba un tanto familiar, aún que lo dejé pasar y les expliqué lo que yo debía hacer, cómo y los resultados de tal, estos solo asintieron. Me dieron hogar ya que al día siguiente iba a empezar con todo el procedimiento.

- Estás segura de lo que vas a hacer, ¿no? aún estás a tiempo de arrepentirte. - Dijo Erounw

- Estoy más que segura de querer ayudar a esa familia ya su hijo fallecido, Neteyam.

- Está bien, solo no te esfuerces demasiado, sabes la consecuencia de usar tanto tus habilidades y no saberlas usar bien. - Dijo Melvert saliendo por detrás.

- Lo sé, nos os preocupeis. - Dije.

- Bien pues, hora de descansar, mañana tienes un día muy largo Demi. - Dijo con una sonrisa Melvert.

Dameri (Avatar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora