Dameri (Avatar)

14.

Estaba volando tranquilamente cuando vi llegar a mucha gente por detrás, he de admitir que en un principio me asusté ya que no lo esperaba, luego enfoque bien la mirada y eran los Sully, los hijos de Ronal y Tonowari y mi hermano Erounw.

También me fijé en un pequeño detalle, era que había un hombre del cielo detrás de Kiri, ¿quién era ese? Le hice una seña a Neteyam preguntando y este respondió que un amigo.

Nunca antes le había visto así que se me hacía raro, según se llama Spider. Di las gracias a todos por acompañarme, los que no estaban eran mi padre y mi hermano, la señora Ronal y su esposo y Tuk, los demás estaban conmigo, acompañándome cruzando todo el mar para ir a mi aldea, no estaba preparada la verdad.

Llevábamos dos días volando hasta que vi el clan a lo lejos.

- Escuchad, es ahí. - Dije mientras bajaba para que hiciesen lo mismo que yo.

Todos bajaron para así seguirme. Tocamos tierra, dejé a mi lellio y salí corriendo hacia mi choza, entre y lo vi ahí, pensé que podía salvarle pero me dijeron que era imposible.

- Hermana, es imposible, no hay nada que hacer ya pequeña. - Dijo mi hermano Psilen el cual estaba al lado del cuerpo de Seleyo.

- No, no no debo de poder, Seleyo no puede morir, no por favor. - Volví a llorar mientras ponía su frente con la mía. Abrí los ojos mirándole directamente hacia los de él los cuales estaban cerrados. - Te quiero Seleyo.

Erounw avanzó hacia donde estaba Seleyo tumbado, ver esa imagen me volvió a romper, me di la vuelta y Neteyam me abrazó de nuevo, le di una sonrisa agotada como agradecimiento.

- Ven Dameri, toma el aire, así te encontrarás mejor ¿de acuerdo?

Salí junto a Neteyam, estaban todos fuera con una cara muy triste, les dije que necesitaba mi espacio y que quería estar sola, ellos lo entendieron así que fui al que era mi lugar favorito, donde mamá estaba.

- Hola mami, soy yo, Dameri. Sé que hace mucho que no vengo a visitarte pero han surgido varias experiencias nuevas. - Dije con una sonrisa pequeña.

Le fui contando todo para ponerla al día con respecto a todo todo lo que había pasado en los últimos 2 meses.

- Eso es todo mamá, he hecho amigos, he incluso he conocido a un chico, tiene una sonrisa preciosa mamá, ojalá le pudieses ver. Pero no vengo por eso, ha sucedido una desgracia muy grande madre, no hemos podido cuidar de Seleyo, él ha muerto. - Rompí a llorar otra vez.

Continué un rato más hasta que decidí que era hora de volver, en lo que iba caminando vi al chico ese Spider, no me miró con buena cara ni yo a él, simplemente no me caía bien y no sabía ni por qué. Llegué, cogí ligeramente a Lo'ak del brazo y lo traje hacia mi, quería preguntarle una cosa.

- Lo'ak, ¿quién es ese chico que venía detrás de Kiri? (por más que ya lo supiese quería preguntar).

- Oh bueno, ese es Spider, es un amigo de la familia.

- No me causa buena impresión, parece como si fuese capaz de hacer algo malo o no sé. ¿Por qué a tenido que venir?

- No lo sé, hacía tiempo que no salíamos con él así que supongo que por eso Kiri le ha invitado.

- Bueno. Oye Lo'ak, no le has contado a nadie nada sobre lo que hablamos esa vez ¿no?

- Claro que no, ni lo haré no te preocupes, ¿hay alguien más que lo sepa?

- Sí, tu padre, es una larga historia así que dejémoslo ahí mejor.

Nos reunimos todos y les dije que nos quedaríamos hasta el día siguiente ya que era un viaje largo y debíamos descansar, todos durmieron en mi choza después de enterrar a mi hermano al lado de mi madre.

No podía dormir así que me levanté y caminé hacia donde estaba mi antigua "choza". Sentí que me seguían pero no hice caso, entonces fue cuando me di cuenta de que era Neteyam.

- ¿Neteyam? - Pregunté.

- Hola. - Salió de unos arbustos.

- ¿Qué haces aquí? ¿Me estabas siguiendo?

- No claro que no, quería hablar contigo pero caminas rápido.

Me reí ante su comentario, se sentó a mi lado, me preguntó qué era ese sitio en el que estábamos, le miré a los ojos y vi como brillaban, un pequeño cosquilleo recorrió todo mi cuerpo.

- Este es un sitio muy especial, es una tradición venir con mi padre una vez al año.

- Y ¿sobre qué es vuestra tradición? - Preguntó intrigado.

- Honramos a mi antiguo cuerpo.