12 | Intentarlo

156 24 0
                                    

Mis padres me dieron toda una charla de no debes tener novio, o bueno tenlo pero con cuidado, papá me dijo que espera que no salga embarazada y yo solo guarde silencio porque ni siquiera he pensado en estar con él, desaprobaron conocerlo pues creen que aún es muy pronto para tener algo formal y creo que en algo tienen razón apenas tenemos unas semanas de novios.

Las semanas pasaron toda mi familia lo supo era el centro de atención, y estaba presente en la lengua de todas mis tías, especialmente de una que ya me hacia con panza de nueve meses, empezaron a controlar mis salidas, mis horarios de estar en el celular todo se había vuelto un caos, la única persona que podía tranquilizarme era él en sus brazos me sentía completamente diferente, me sentia con tanta paz.

Siento que esta relación es mucho más diferente a las demás siempre me preguntan sobre mi virginidad y es el primero que no lo pregunta.

— Amor tengo que preguntarte algo pero no se cómo — dije con algo de vergüenza.

— Dime amor — no no mejor no pregunto.

— No no nada.

— Dime amor estamos en confianza — eso me dejaba algo tranquila.

— ¿Porque no me haz preguntado si soy virgen o no?.

— ¿Qué? — él no se esperaba esa pregunta y lo noté por su cara.

— ¿porque no me haz.. —me interrumpió.

— Si le escuché amor — guardé silencio esperando una respuesta. — no lo veo necesario preguntarte pero si te deja más tranquila y me lo quieres decir pues adelante.

— Si lo soy, lo pregunto porque siempre lo hacen los hombres siempre lo preguntan.

— Soy hombre y no lo pregunto.

— Eres raro — sonrió.

— Así me amas.

Gamze dejó de hablarme y según mis conclusiones creo que estaba enamorada de Aslan.

Nuestro noviazgo iba de lo mejor a pesar de solo vernos en el colegio la conexión con él era única, el tema de la virginidad volvió a nosotros él me confesó que también lo era, fue un poco vergonzoso que me lo comentara pero no podía hacer de cuenta que no lo sabía, ambos teníamos curiosidad ¿que se sentirá hacerlo? ¿Dolerá la primera vez? ¿Cómo se siente todo eso? Ambos teníamos tantas preguntas sin respuestas sólo había una manera de saberlo, Intentarlo.

Empezamos a planearlo pero no sabíamos que excusa poner si era en su casa o en algún Motel, preferí que fuera en su casa, planeamos todo en nuestra próxima salida lo haríamos me había invitado a un parque pero como no todo es bello en la vida, mis padres me dejaron salir con la condición de llevar a mi hermana, acepté y nuestros planes cambiaron un poco ¿Cómo librarnos de mi hermana?.

Decidimos ir al parque entretenerla con varios helados pero nada funcionaba, fuimos hasta su casa pero en el camino Aslan me propuso la idea de dejarla entretenida viendo. Películas en la sala.

Después de dejar a mi hermana entretenida en el TV nos dirigimos hasta la habitación que quedaba al final del pasillo, no sabía ¿que hacer?, ¿cómo actuar? ni que mirar.

Él empezó a besarme con pasión, puse mis piernas alrededor de su cintura, subió mi falda y masajeo mi trasero abrí mis ojos al sentir sus manos ahí eran muchas sensaciones nuevas para mi, que sin embargo me gustaba, besé su cuello y cada vez necesitaba más de él, nos levantamos y quitamos lo que quedaba de ropa ambos éramos inexpertos, con algo de miedo y torpeza, se puso el preservativo mientras yo trataba de mirar a cualquier otra parte que no fuera su miembro, logró estar dentro de mi, por mi madre juro que dolió necesitaba hacerlo necesitaba perder el miedo a lo desconocido.

Sus movimientos eran lentos pero placenteros aumento su velocidad logrando que mi piel se erizara, meneé mis caderas, mi cuerpo lo pedía actuaba por naturaleza, cerré mis ojos disfrutando el momento sentía como entraba y  salía de mi el dolor valía la pena, mis piernas temblaron esto se sentía tan exitante nuestras respiraciones estaban tan agitadas pero fue tan placentero, lo observe y la vergüenza regresaba a mi no podía ver su miembro sin embargo podía sentirlo. No dependía de mi sentía que si lo veía mi cara estaría mucho más roja, terminamos el acto con un beso y una sonrisa, nos vestimos con algo de vergüenza me senté en sus piernas y le dije que lo amaba mucho más.

No puedo creer todo lo que me he estado perdiendo, lo besé.

— Me encantó — dijo para volver a besarme.

Los toques en la puerta hicieron que nos vistieramos rápido.

Ambos reímos pues cuando abrimos la puerta nos dimos cuenta que era uno de sus perros.

Tímida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora