La felicidad por el regreso de Kim le duró poco, no precisamente por el enojo de Porsche. A Kinn le bastó con recordar el empeño de su hermano menor por independizarse, que le costaba recibirlo con una sonrisa o los brazos abiertos. Su lobo se encontraba inquieto, entendía que Kim jamás quiso asumir directamente las obligaciones de un Theerapanyakul. A temprana edad, él procuró deslindarse del control de su padre y del compromiso con ellos; se aisló, armó su propio plan para independizarse al coger trabajos fuera de sus habituales negocios y al crearse una carrera artística que le sirviera de pantalla. Kim tenía prácticamente la vida resuelta, no estaba dentro del aplastante juego de poder que exigía el portar su apellido.
"¿Entonces por qué volvía?".
A Kinn le inquietaba la decisión de su hermano, a sabiendas de que perdía la oportunidad de sostener su mundo solitario. No había sentido, era una estupidez y juraría que su hermano menor podía ser tan despreciable como ellos -pero nunca un idiota. Porque los herederos de Khun Korn eran conscientes de que una vida simple valía más que el infierno lujoso al que estaban atados. A pesar de su excentricidad, Tankhun la habría escogido si así evitaba el trauma de su último secuestro y ese que aparentemente lo quebró; mientras que, él no vacilaría en tomarla como alfa enlazado y futuro padre que era. Pues se volvía en un sueño, el poder disfrutar de su pareja y futuro hijo sin el constante miedo de que fueran víctimas de un ataque -que debía ir a reconocer sus cuerpos en una sucia morgue.
Kim no estaba portándose coherente a su astucia, y el que anunciaran que había llegado a la mansión acabó con cualquier esperanza de que se retractara en esta estúpida decisión.
—Maldición. —Se levantó del sillón, sería cuestión de segundos que Khun apareciera con Kim del brazo. Estaba ansioso, su aroma evidenciaba esa desconfianza al tener a un extraño que consideraba peligroso y tristemente su hermano menor lo era.
Kinn se sirvió un vaso de whisky, se lo terminó de un sorbo y volvió a llenarlo. Su lobo experimentaba esa horrible sensación de confusión y vulnerabilidad, la misma que lo derribó cuando se enteró que su primo Vegas apoyaría directamente a la primera familia.
No lo creyó al principio, mas lo tenía ahí en la sala esperando al menor de los hijos de Khun Korn.
El primogénito de su tío Kan mantenía la misma mirada afilada que lo caracterizaba, su porte era impecable y amenazante, las manos de Vegas se enterraban en la pierna de Pete y pudo percibir el evidente reclamo que hacía al cubrir a su omega de la vista de un recién llegado Kim. La mente de Kinn se detuvo por unos instantes, aprovechó el exagerado alardeo de Khun para procesar lo singular y parecida de esta escena.
Vegas se encontraba en casa de la primera familia, recibiendo a Kim y no por voluntad propia. El esfuerzo sobrehumano que hacía era por una persona, esa a la que impregnaba con su aroma y por la que efectivamente colaboró para largar a los japoneses de sus casinos en el norte. Estaba seguro de que Pete jamás le exigiría que actuara a favor de la primera familia, conocía al jefe de guardaespaldas de Khun -respetaba con firmeza la lealtad de cada uno. Sin embargo, quedaba otro que no dudaría en demandarle su predisposición a fin de salvaguardar a su pareja.
Ese era su padre. "¿Sería capaz?".
—Él es Porsche, el único tonto capaz de quedarse con Kinn. Claro, no tanto como mi Pete. —Khun hablaba emocionado, su corazón ansiaba esos días en los que él cuidaba y consentía a sus hermanitos. —. Ambos tienen pésimas elecciones de alfas. Pero por suerte, mi Chay se salva.
Khun palmeó la espalda del menor de Los Kittisawasd para alentarlo a saludar a Kim, Porchay simplemente hizo un rápido wai para escaparse de Khun y regresar con su hermano.
Porsche rodó los ojos ante el comentario de Khun, dio un paso hacia adelante. Su presencia era retadora, había notado no solo a su pequeño hermano nervioso, sino a su alfa completamente contrariado. Su omega interior concluyó que no quería a Kim cerca de ninguno, y se lo dio a conocer con su aroma picoso -el mismo que bastó para que Kim dejara de buscar a Porchay detrás de él.
Kinn se puso al lado de su pareja, le tomó la mano y reforzó su territorialidad. —Juraba que no volverías.
—Y yo que jamás sentarías cabeza. —Kim contestó satisfecho, había esperado la desconfianza de su hermano. Porque aguardaba una pizca de esperanza en él, en que fuera capaz de quitarse un par de vendas y riendas de su amado titiritero. —. Supongo que debemos darle crédito a nuestro padre, ¿cierto?
—Por supuesto, es un gran manipulador. —Vegas susurró entre dientes, apenas pudo escucharlo su omega y lo curioso fue no ser reprendido por él. Pete no se sentía cómodo; no ante el hecho de que solía ser un guardaespaldas y ahora lo presentaban como la pareja del primogénito de Kan, sino ante el recelo de que ambos sean obligados a participar en este momento de la primera familia.
El ambiente se sentía tenso, Porsche empezaba a desesperarse más y más. Quería la tranquilidad de su casa, la simpleza a la que estaba acostumbrado. Pero se recordó la razón por la que accedía a estos circos, no dejaría solo a su alfa.
Kinn tampoco sería un tirano, aprovechó que el resto se dirigía al comedor para el dichoso almuerzo por el que Khun Korn se había esforzado en organizar para retener a su omega en la pequeña sala. Necesitaba de su calor, de esa inigualable calma que encontraba en los brazos de su pareja. Que lo jaló y sentó en su regazo, escondió su rostro en el pecho de Porsche y finalmente sus hombros dejaron de tensarse. Las manos de su omega acariciaban sus cabellos, el aroma dulce de Porsche nublaba sus sentidos y pudo detener el caos en su mente.
—Te veías tan ilusionado con su llegada, Kinn. —La voz de Porsche sonó suave, no buscaba alarmar a su alfa. Él tenía suficiente, su mirada llena de angustia y que su aroma lo reflejara eran la prueba. Extrañaba a su alfa con esos ojitos brillosos y esa sonrisa boba con la que despertaba cada mañana. —. ¿Qué ocurrió? ¿Ya no somos felices por tenerlo en casa?
—No, lo somos. Es mi hermano, el que regrese nos ayudará para que deje de ser un extraño. —Kinn trataba de darse consuelo con esas palabras. —. Solo me inquietas, no quiero que te abrumas por su presencia o incluso por la de Vegas.
Porsche tomó la barbilla de su alfa para que alzara su rostro, lo acunó con sus dos manos y arqueó una ceja. La incredulidad se evidenciaba en sus ojos castaños, Kinn supo que fue descubierto con su mentira.
—Si pretendes volver a engañarme, te patearé. —El alfa sonrió. Agradecía que no le respondiera con ese habitual enojo explosivo. —. No, mejor evitaré que me toques por una o dos semanas.
—Prefiero mil veces que me patees la cara. —Su omega negó igual de sonriente, pegó su frente con la de Kinn y suspiró profundamente.
—Así que, ¿me dirás lo que te preocupa? ¿O debo cumplir mi amenaza?
—Quiero decírtelo, Porsche. Pero hacerlo lo convertirá en real. Y no deseo que esta calma desaparezca. —Kinn cerró los ojos, estaba siendo sincero.
—No depende de ti solo mantener esta calma, Kinn. —El mencionado abrió los ojos, los clavó en los de su omega y se sintió tan afortunado. Esos ojos castaños de Porsche guardaban ese fuego de lucha, ese que avivaba su corazón para no rendirse. —. Ni cuidar de nosotros, me tienes a mí. Eso fue lo que me dijiste, ¿lo recuerdas?
Kinn asintió, se giró y besó las manos de su omega. Lo amaba, era su fuerza.
— ¿Entonces te sostendrás de mí?
—Siempre, Porsche. —Kinn abrazó con más fuerza a su omega, se aferraba a él con la misma intensidad de sus miedos. —. Eres mi mundo.
—Y tú el mío. —Porsche sonrió de lado. A pesar de la fuerza de su alfa, hallaba delicadeza en ella y era por su bebé. —. Corrección, el nuestro.
Kinn entendió a quién su omega se refería, ese pequeño bebé que crecía también era su mundo y fuerza. No estaba solo, tenía a dos maravillosas personas de las que no se soltaría. Ni hoy ni nunca, los amaba tanto. Se agachó lo necesario para dejar un beso en el vientre de su omega y sonreír ampliamente.
Se había recuperado, iba a soportar el almuerzo de su padre.
Sus miedos no lo cegarían, debía ser un digno alfa y padre para ellos.
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CONFUSIÓN [OMEGAVERSE]
Fanfiction[•] Parejas: Kinn/Porsche - Vegas/Pete - Kim/Chay. [•] Advertencia: Omegaverse, embarazo masculino. [•] Aclaración: La historia sigue el rubro de la serie/libro, sólo con modificaciones (es un semiAU). Por tanto, se desarrollará a las tres parejas...