CONFUSIÓN [OMEGAVERSE]

24. Porsche

—No, ninguno me convence. —Porsche suspiró frustrado, Big sonrió de lado. Para Porsche, solo eran convenientes sus postulantes -esos que se caracterizaban por ser viejos y poco agraciados.

El beta sospechaba que Porsche estaba celoso, los prospectos de P' Chan eran no solo muy capacitados para el dominio de armas y combate, sino también atractivos para cualquiera. Quizás, esa era la verdadera razón de que rechazara a cada uno de ellos.

Big contuvo su risa, despidió a los prospectos y se regresó con Porsche. —Sabes bien que son muy capaces de cuidar a Khun Kinn.

—Pero también son fáciles de comprar. —Porsche cruzó sus brazos, todavía disgustado. Se suponía que era un reclutamiento, no una pasarela con modelos. A este ritmo, iba a pedirle a Pol que cuidara de Kinn.

—Es cierto, el dinero puede muy letal e incluso llegar a pesar más que los años de amistad. —Lo último fue dicho con una pizca de tristeza, Porsche lo notó.

Porsche no iba a ser necio, su estado lo volvió más sobreprotector y tal vez, un tanto asfixiante. Pero, también percibía con mayor claridad los sentimientos de los demás, a través de sus aromas.

Y aunque Big fuera un beta, pudo notar su tristeza y sospechar en quién pensaba cuando le respondió. Los dos suponían el destino que le esperaba a Ken de ser encontrado, Kinn fue bastante claro sobre cómo responder a la traición.

—No se comunicó contigo, ¿cierto?

—Sería un tonto si lo hiciera. —Big respondió, recordando los días con Ken. Fue su amigo, su confidente. "¿En qué momento el chico que amaba ver animes en sus días libres decidió a venderse por dinero? ¿Qué hizo mal para que se alejara y tramara este final tan desastroso para él?". Había tantas preguntas en la cabeza de Big, ninguna tendría respuesta. Ken no lo buscaría, lo conocía demasiado bien para saber que no dudaría en entregarlo.

—Tonto ya es, prefirió a la segunda familia. —Ambos sonrieron triste. Porsche se levantó palmeó la espalda de Big y decidió darle la tarde libre.

Hoy no saldría, Kinn estaba en una junta en los puertos del sur. No pretendía preocuparlo con alguna salida, sino que se dedicara a cuidarse y volver sano y salvo. De lo contrario, no se lo perdonaría.

Porsche suspiró, debía contener sus propios miedos. Pero le era difícil, estaba acostumbrado a cuidar a Kinn -a ser su guardaespaldas. Que este nuevo "cargo" era una mierda para él, no se le permitía entrenar libremente. No sin la supervisión de un médico cerca, no se iba a romper o perder. Todos en la mansión exageraban, su cachorro y él eran fuertes. Tanto que podían darle una paliza a cualquiera.

Especialmente, al idiota que inquietaba a Ché. Porque nadie le quitaba de la cabeza que la reciente tristeza de su hermano era por alguien, por un corazón roto. Y a pesar de que estaba desesperado por confirmar sus sospechas, debía ser paciente. O aquello le recomendó Arm, no iba a obedecer su consejo -de no ser porque su hermano parecía reacio a conversar sobre ello. No estaba listo, y lo entendía. Ché tampoco lo presionó cuando tenía sus propios secretos, tenía que devolverle la misma paciencia.

—Y decías que no te unirías a nuestras tares de series, sin Pete presente. —Khun se burló cuando Porsche se tiró al lado de su hermano en el sillón. Ché estaba hecho llanto, quería creer que era por el dorama que veían.

—Vine asegurarme de que no contagiaras a mi hermano con tu locura.

— ¡Ja! Ya cuenta con la locura de Los Kittisawasd. —Khun se puso en medio de Arm y Pol, cogiendo un poco de las palomitas de maíz. Atento a los hermanos Kittisawasd, ambos eran idénticos. Se preguntaba si sus hermanos se parecían a él, rogaba que no. Esas bestias no podían compararse a él. —. Esa locura es más peligrosa que la mía, Kinn puede dar fe a ello.