27. Porsche

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—Me gustaría tenerte una hora más. —Kinn susurró adormilado, no esperó que Porsche le diera un beso casto en los labios.

Tampoco quería dejarlo tan temprano, pero su instinto protector le obligaba a irse con Pete y Ché -antes de Khun los enloqueciera. Ellos eran su hermano y su mejor amigo, no podía ignorar que las personas más risueñas que conoce lucieran ausentes y tan apagadas. No estaban esas sonrisas tontas, esa risitas cómplices que mejoraba sus días. Porsche no lo soportaba, quería a Ché y a Pete demasiado. Que le ordenó a Big que le ayudara a vigilarlos, ambos se iban acercando por las constantes pijamadas que Khun organizaba.

No lo iba a negar, esperaba que esas pijamadas los animara. Pero, en las dos ocasiones que participó, Porsche los notó indiferentes a lo que sucedía a su alrededor. Fingían sonrisas y el estar bien, querían engañar al mundo. Porsche se tentó en enfrentarlos, no los querías triste. No por idiotas que tenían los días contados; o por lo menos, Vegas. Sabía por las vigías de Big que el alfa estaba nuevamente en la mansión de la segunda familia, que asistía a su padre.

Mientras que, el otro que hirió a su hermano seguía en la incógnita, no por mucho.

Porsche suspiró, estar con Kinn en su habitación lo liberaba de sus preocupaciones. Su lado omega quería ser débil, rendirse y encerrarse en su propia felicidad. Mas, no era egoísta -no con las personas que amaba. Sus chicos lo necesitaban y él a su alfa. Kinn empezaba a volverse su lugar seguro y le aterraba, porque podría convertirse en un necio que le prohibiría las salidas. Lo que seguramente Kinn aceptaría, su alfa estaba tan enamorado de él.

Se lo hacía saber cada vez que lo miraba y sus ojos le brillaban, cada vez que lo tocaba y besaba. Kinn podía ser tan dulce y delicado como apasionado, era su complemento perfecto. Y ahora un alfa que se quedaría sin sus camisas, Porsche las empezó a usar para sentirlo más de cerca al tener su marca temporal.

—Estaré con Pete y Ché. —Kinn asintió, las manos de Porsche en sus cabellos lo distraían. —. Si quieres ayuda con los informes, podemos trabajarlo en la noche. Creo entender mejor.

—Lo que me estás proponiendo es una cita, ¿ah?

—No, alfa tonto. Lo que te propongo es acabar temprano tu trabajo porque quiero toda tu atención.

Kinn sonrió, su omega se engreía. Y aunque le gustaría gritarle al mundo sobre esta faceta de su pareja, acabaría pisoteado.

— ¿Aceptas?

—Por supuesto, sabes bien que jamás me negaría a tus peticiones.

Porsche le dio otro beso y finalmente salió de su habitación. Se sorprendió cuando encontró a Big y a P' Chan platicando, porque la relación de ellos se basaba en que el mayor dictaba órdenes y el beta las atendía con asentimientos de cabeza. Ambos se quedaron impávidos al verlo, Porsche saludó a P' Chan y éste lo reverenció para irse a resguardar la habitación de Kinn. P' Chan era el encargado de cuidar hasta que consiguieran un nuevo jefe de guardaespaldas, Porsche se sentía seguro con ello.

—Pete se encuentra en el ala del señorito Khun y Nong Porchay con él.

Porsche asintió, Big le informó por evitar que se le preguntara sobre su conversación con P' Chan.

—Me gustaría hacer una broma de lo celoso que debería estar porque mi hermano prefiere a Pete. Pero sé que las razones de esa cercanía no son buenas.

—Porque son dos omegas heridos que han encontrado entendimiento en el otro. —Big susurró. Tampoco le agradaba lo que notaba sobre ellos.

—Un corazón roto se recuperará, estoy seguro de que Pete está ayudando a Ché.

CONFUSIÓN [OMEGAVERSE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora