Capítulo 6

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—¡Y así es un pase de arriba!

Bokuto brilla bajo la luz de la cancha.

Akaashi sonríe mientras le pasa la pelota.

—Me gusta este deporte.

—¡A mí igual! Por eso, cuando termine la escuela, voy a entrar a un equipo para ser profesional.

Lo dice con tanta ilusión que Akaashi piensa que sería lindo estar a su lado en esos momentos.

—Y así, con todo el dinero que consiga de mí parte, ¡nos mantendré a nosotros!

—Bokuto-san, yo también voy a trabajar.

—¡Lo sé, pero así podré comprarte todo lo que quieras! Aunque ya puedo, pero me refiero a que sería mí dinero...

Le parece tierno, pero aún así niega.

—¡Y cuando tengamos hijos...!

—¡Bokuto-san!

—¡Lo siento, lo siento! —exclama sonriente, devolviéndole la pelota—. ¿Me apresuré, Akaashi?

—Demasiado.

—¿Pero pasará?

Es rápido para detener los pases y clavar sus ojos en él. Akaashi se siente intimidado y no sabe qué responder exactamente, porque no quiere nada con Bokuto si lo conoce hace tan poco tiempo, pero imaginarse a su lado por lo que resta de sus vidas suena increíble.

Baja la mirada, avergonzado. ¿Qué se supone que debería decirle?

—Digo... ¡A mí me encantaría estar contigo, Akaashi!

—¿Y por qué?

Alza la mirada, intentando encontrar una respuesta en su mirada. Bokuto lo mira sorprendido y comienza a acercarse, dejando caer la pelota.

—Ya te lo dije.

—Dilo... otra vez...

—Bueno, ¡está bien!

Es increíble cómo el mayor es tan cálido y lo comprende. Akaashi comienza a desesperarse pero ahí está Bokuto calmando la tormenta que empieza a formarse en su interior y, cielos, ¡se conocen hace tan poco! Es imposible tener un lazo tan estrecho como el de ellos con tan poco tiempo de conocerse.

Y vuelve a la realidad cuando tiene a Bokuto solo a centímetros de él, dándose cuenta que los dedos del mayor se enredan con suyos. Akaashi se siente débil frente al chico, como si su respiración se cortara de golpe y su corazón corriera para un maratón de lo agitado que estaba.

—Sabes, hoy en el entrenamiento me puse a pensar en tu pregunta, Akaashi —Lo mira serio. El menor aprieta sus labios—. ¡Y no puedo creer que respondí tan mal y tan corto cuando me preguntaste por primera vez por qué te gustaba!

Y sonríe, tomando bien sus manos y haciéndolo girar. Akaashi lo mira sonrojándose cada vez más.

—¡Y me gustas porque eres tú, Akaashi Keiji!

Dice ahora él girando con ayuda de las manos de Akaashi. El pelinegro ríe suavemente, enternecido.

—¡Me gustas físicamente y mentalmente! Pero es muy difícil explicarte por qué tanto o por qué nunca tuve el valor de acercarme a ti como una persona normal y pedirte ser mi amigo... ¡Y no sabes lo feliz que estoy porque estemos juntos ahora mismo!

Bokuto no tarda en volver a tomar sus manos, arrodillándose como si fuera a pedirle matrimonio.

—Eres el chico más... ¡atractivo! de todos y llamas mi atención con solo respirar. Me gusta tu cabello,  tus ojos, tu boca, tu nariz, tus pestañas, tus cejas, tus mejillas, tu frente, ¡me gusta todo de ti! —Habla rápidamente, intentando explicar todo lo que siente ahora mismo—. Me gustan tus manos, tus brazos, tus piernas, tus... ¡Bueno, absolutamente todo!

The cold in your eyes | BokuakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora