XII. Realidades

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—Señor Jonathan, debería calmarse... —Intentó relajar la situación Gaven, podía apreciar la furia del hombre y todo podría tener repercusiones grandes para su imagen si no actuaba de una mejor forma, sin embargo, el antiguo alfa ya estaba cansado de la hipocresía que mantenía una parte de la población de Heulen.

—Ya fue suficiente, Gaven. Si no le ponemos un alto a Xacarías, él continuará de esa forma —El chico apretó sus labios y asintió. Layla no sabía qué hacer, al final de cuentas, conocía al padre de su amigo, pero quien estaba hablando era su anterior líder, y su lado licántropo siempre elegiría bien—. Esperen aquí.

El hombre cambió su semblante y bajó las escaleras, dirigiéndose hacia el sitio en donde se encontraban aquellos lobos hablando pestes.

—Apostaría lo que sea a que sí Selene hubiese sabido lo enferma que estaría esa familia, se cambiaba de manada cuanto antes, pero ya ven el final que tuvo —Dos de los lobos no parecieron encontrar esas palabras divertidas, sus semblantes cambiaron de inmediato.

—Oye, tampoco te pases, creí que sólo bromeabas —Soltó uno de ellos.

—¿Bromear? ¡No he dicho nada más que la absoluta verdad! —Vociferó.

Entre negaciones, los dos lobos se marcharon, quedando sólo Xacarías con los otros dos.

—No sé qué les pasa, creen que-

—Repite frente a mí lo que dijiste hace poco —Exigió el rubio lobo. De inmediato los tres se dieron la vuelta. Uno de ellos incluso se notaba sorprendido por la intervención de Jonathan.

El padre de Gaven tenía una expresión desconcertada, pero en pocos segundos se recompuso, queriendo demostrar que no tenía miedo ante la figura del Keller.

—¡Pero vamos a ver! ¿Qué quieres escuchar exactamente? ¿Lo que dije sobre el traidor de tu hermano, el desviado de tu primogénito o sobre el incompetente de tu hijo menor? —Escupió con seguridad, era el típico cretino, era más que evidente que Gaven se había visto afectado por la crianza de ese hombre.

—Quizás deberíamos hablar de tu clara negligencia como padre... No creas que no sé lo que hacías con tu hijo —Dijo con firmeza y vio al hombre apretar sus puños.

—Eres un hipócrita, Jonathan. Hablas de crianza cuando criaste a un desviado ¡y se lo ocultaste a todos! —Exclamó furioso.

—¿En serio me llamaste hipócrita? Intentaste matar a August, maltrataste a Chris y a tu propio hijo, pero hace menos de cinco minutos les arrojabas flores —El lobo saltó sobre el antiguo alfa dispuesto a golpearlo, sin embargo, su puño fue interceptado por su propio hijo, el cual arrojó a su padre varios metros hacia atrás, colocándose delante de su alfa. Layla había tomado su decisión, situándose junto a su amigo para proteger al señor Jonathan.

—¿¡Qué crees que estás haciendo, pedazo de mierda!? —Gritó Xacarías a su hijo, el cual comenzó a manifestar su licantropía.

—¿Pretendías golpear a mi alfa como lo hacías conmigo? —Rugió el chico en su forma híbrida.

—¡Eh, no es forma de hablarle a tu padre! ¡Al final del día fue él quien te permitió vivir! —Atacó uno de los acompañantes.

—Yo no le debo nada —Sentenció mientras sacaba sus garras.

El silencio invadió el lugar por unos instantes, pero en definitiva Xacarías no iba a dejar pasar la oportunidad.

—Por un momento llegué a creer e incluso defender a tu hijo Erik... Sin embargo, resultó ser igual de mediocre. La manada necesita un liderazgo fresco, algo innovador. Estando bajo el mandato de OTRO Keller en definitiva eso no se va a lograr —Estaba completamente seguro de sus palabras y aprovecharía cualquier momento para hacerlas realidad.

August: Maldecido © |Libro 2|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora