CAPÍTULO 05

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Con silenciosa ira, Perséfone lanzó una maldición cortante a un pino, este debía tener poco tiempo allí porque era más pequeño y delgado que la mayoría, y su maldición lo cortó como un cuchillo al rebanar mantequilla

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Con silenciosa ira, Perséfone lanzó una maldición cortante a un pino, este debía tener poco tiempo allí porque era más pequeño y delgado que la mayoría, y su maldición lo cortó como un cuchillo al rebanar mantequilla. El árbol se desplomó en el suelo con un golpe y se escuchó un ahogado chillido, ella probablemente acababa de asesinar a una driade, o, al menos, le había causado un gran susto. No era que le importara, no realmente, pero podía meterse en problemas por eso así que con el ceño fruncido, se alejó a paso rápido.

— ¡Weasley! —exclamó Hagrid, a sus espaldas.

Perséfone miró al hombre con una sonrisa y una chispa furiosa pero invisible en los ojos.

—Hagrid, hola —dijo.

—Ah, Perséfone. Lo lamento. Solo vi cabello rojo y no supe cuál de ustedes estaba en el bosque, me preocupaba que fuera alguno de los gemelos.

—Oh, no, no te preocupes. Mamá envió un vociferador hace poco al pequeño Ronnie, puedes confiar en que los gemelos se mantendrán más o menos en la línea durante algunas semanas.

— ¿Sin gemelos en mi bosque?

—Por el momento, así es.

Hagrid suspiró.

—Bueno, vigilar a ese par se lleva la mayor parte de mi tiempo. ¿Y qué haces por el bosque prohibido?

Perséfone tarareó un instante, meditando su siguiente respuesta.

—Había acordado verme aquí con un amigo, pero no llegó así que decidí ir a visitar a la manada de unicornios. Cuando regresaba, oí un ruido —dijo ella, frunciendo el ceño—, fue muy extraño.

—Debió ser algún animal —dijo Hagrid, con expresión soñadora.

—Quizá, pero fue un golpe y después una especie de chillido.

—Que extraño... Me encargaré de revisar, los unicornios se asustan con facilidad y no queremos que se vayan.

—Probablemente sea lo mejor. Yo ya debería irme, tengo que ir a ver si mi amigo está bien.

—Claro, ten un buen día.

—Gracias, igual —respondió Perséfone, amablemente, antes de darse la vuelta y caminar hacia el castillo.

No era que estuviera enfadada con Gale por haberla dejado esperando dos malditas horas en el bosque prohibido, no, estaba furiosa, y una gran parte de ella creía que esa furia terminaría en nada, porque, ¿cuáles eran las probabilidades de que se cruzara con él después de que la plantara? Altas, resultaron.

Gale estaba sonriente mientras conversaba con sus amigos afuera del aula de transformaciones, que le quedaba en el trayecto hacia la torre de Gryffindor. Sus amigos eran un grupo compuesto por algunos chicos de Ravenclaw y otros de Slytherin, todos hombres, y, por ende, en esos momentos, a sus ojos, todos imbéciles.

MAKE ME YOUR ENEMY, tom riddle [✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora