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Cheng Yujin no pudo evitar sentirse enojado. ¿Hacer lo que ella quiera? Cheng Yuanjing le dijo frente a todos que el viejo maestro Cheng la estaba llamando. ¿Qué podía hacer excepto obedecer?
Cuando Cheng Yuanjing la sacó de la habitación de la anciana señora hace unos días, usó la misma excusa. En ese momento, Cheng Yujin estaba agradecida por su amabilidad. Pero ahora sus primos estaban reunidos aquí. Era su oportunidad de pasar una tarde acercándose a Xu Zhixian. Una oportunidad tan excelente, ¿y ahora se la iba a llevar?
Cheng Yujin no estaba dispuesta, pero frente a todos, ¿cómo podría desobedecer a su tío? Cheng Yujin le sonrió a Cheng Yuanjing e hizo una pequeña reverencia. Luego preguntó:
—¿Tengo que ir ahora?
Cheng Yuanjing simplemente le lanzó una mirada ligera antes de abrir la cortina y salir. Cheng Yujin no tuvo más remedio que darse la vuelta y asentir con la cabeza a sus primos.
—Tengo que irme ahora. Disculpen, todos.
Luego se apresuró.
Los que se quedaron atrás en el porche se quedaron sin expresión y se miraron entre sí. Xu Nianchun fue a la ventana para mirar hacia afuera y vio que Cheng Yujin caminó rápidamente hasta que alcanzó a Cheng Yuanjing. Luego caminaron uno al lado del otro hacia el patio del viejo maestro Cheng.
Xu Nianchun murmuró:
—La hermana mayor Jin realmente tenía una buena relación con el noveno tío. Cuando el abuelo materno quiere verla, deja que el noveno tío pase el mensaje.
En este momento, Cheng Yujin se había puesto al día con Cheng Yuanjing. Reprimiendo su ira, preguntó:
—Noveno tío, ¿por qué me llamas? ¿Qué es exactamente lo que quieres hacer?
Cheng Yuanjing miró a Cheng Yujin. La vio hirviendo de ira, pero fingió estar tranquila y no pudo evitar reírse.
—Piensas demasiado. El marqués realmente te llamó. Simplemente ayudo a traer su mensaje en mi camino.
Cheng Yujin se sorprendió y lo miró con media duda.
—¿En serio?
—Si no me crees, vuelve.
Cheng Yujin frunció el ceño y reflexionó en silencio. Dejando de lado el asunto de creerle o no, no estaría mal visitar al viejo maestro Cheng primero. De camino al patio del viejo maestro, Cheng Yuanjing no tomó la iniciativa de entablar una conversación. Cheng Yujin gradualmente se sintió aliviado. Este hombre parecía alienado e indiferente, no parecía estar burlándose de sí mismo, por lo que probablemente era cierto que el viejo Maestro Cheng la estaba llamando.
Cheng Yujin entró en el patio del viejo maestro con una actitud escéptica. El viejo Maestro vestía apropiadamente y estaba sentado frente a una mesa de ocho inmortales. Después de verlos venir, rápidamente les hizo señas.
