Saludos, noveno Tío

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Fue Nochevieja en un abrir y cerrar de ojos. El Emperador solía celebrar un banquete público en la víspera de Año Nuevo, invitando a sus cortesanos cercanos a beber y divertirse juntos, despidiendo el año viejo y dando la bienvenida al nuevo. Tanto la emperatriz viuda como la emperatriz también estaban aquí, rodeadas de muchos miembros del clan imperial y señoras tituladas.

Muchas personas se reunieron alrededor de la emperatriz viuda Yang, riéndose y charlando mientras intentaban divertir a la emperatriz viuda con palabras ingeniosas. Fue muy animado.

Sin embargo, a pesar de la atmósfera aparentemente armoniosa, había una discordia visible dentro de la familia Yang. Aunque la emperatriz Yang se sentó a un lado y escuchó la conversación con una sonrisa, su rostro estaba rígido y no miró en dirección a la emperatriz viuda. En cuanto a Yang Yan, que se sentó junto a la emperatriz Yang, su rostro frío era aún más obvio.

Cheng Yujin prosperó entre la multitud, cumpliendo con su deber como una de las anfitrionas con una sonrisa. Pero sus ojos nunca se quedaron quietos por un momento, mientras observaba en silencio a las personas a su alrededor. La grieta entre la emperatriz viuda Yang y Yang Yan cayó en los ojos de Cheng Yujin desde el principio. No solo eso, sino que también descubrió que Dou Xiyin estaba ausente hoy.

De hecho, era inusual, ya que Dou Xiyin generalmente no podía esperar para reclamar el palacio como su hogar. En el pasado, cada vez que había una ocasión para mostrar su rostro, Dou Xiyin definitivamente asistía con una cara orgullosa. Pero esta vez, en una oportunidad tan importante para acompañar a la emperatriz viuda Yang en la víspera de Año Nuevo, se reunieron tantas esposas e hijas del clan imperial, pero Dou Xiyin no estaba aquí.

Cheng Yujin sonrió sin decir una palabra y continuó mirando tranquilamente desde un lado.

Cheng Yujin notó que la emperatriz viuda Yang ya había visto a varias jóvenes. Mientras tanto, la emperatriz Yang estaba sentada a un lado, incapaz de intervenir. Mirándola a la cara, obviamente estaba infeliz.

De hecho, para Cheng Yujin y Li Chengjing, lo mejor para ellos era que el Segundo Príncipe se casara con Dou Xiyin. No había diferencia si el apellido de Dou Xiyin era Dou o Yang, por lo que era mucho mejor para ellos ver al Segundo Príncipe casarse con Dou Xiyin en lugar de obtener una poderosa familia política.

Cheng Yujin fingió ignorancia mientras entretenía a los invitados con una sonrisa.

Por la noche, muchos invitados se despidieron y se fueron. Aquellos que podían acompañar al Emperador y la Emperatriz Viuda para asistir al banquete privado de Nochevieja de la familia imperial eran todos dignatarios de alto rango, y esta invitación era un gran honor absoluto. Por lo general, Yang Yan y su hija también se quedaron atrás con glamour, pero este año, Yang Yan dejó el palacio con una cara hosca incluso antes de que comenzara el banquete.

Después de que se fue, Cheng Yujin, que había estado observando a la familia Yang en silencio, miró en silencio en dirección a Yang Yan. Luego, pronto volvió a mirar, como si nada hubiera pasado.

El banquete privado de la noche también se dividió por género. Los asientos de hombres y mujeres estaban separados en dos salas, con un corredor de conexión para que las doncellas del palacio y los eunucos entraran y salieran. Había una plaza abierta en el medio, donde se erigió un escenario y se llenó de interminables cantos y bailes.

La emperatriz viuda Yang ya era mayor y no podía soportar la fatiga. Después de mostrar brevemente su rostro en el banquete de la noche, ella y su séquito pronto regresaron a Cining Palace para descansar. Después de que la emperatriz viuda Yang se fue, la emperatriz Yang y Cheng Yujin fueron las principales protagonistas. Sin embargo, no había mucha diversión para las mujeres al ver música y bailes. Cheng Yujin y la emperatriz Yang tampoco entablaron ninguna conversación y pasaron el tiempo mayormente en silencio. Dado que la Emperatriz y la Princesa Heredera eran así, las invitados de abajo tampoco se atrevieron a ser demasiado animadas.