Saludos, noveno Tío

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Durante la corte de la mañana, el Emperador ordenó personalmente que se prepararan grandes ceremonias para sus nuevos nietos. Naturalmente, el Palacio Oriental no escatimó esfuerzos en preparar la primera de las ceremonias, la ceremonia de lavado del tercer día, que terminó en un escenario extremadamente grandioso.

Mucha gente vino a asistir. Estos bebés eran el hijo mayor y la hija mayor del Príncipe Heredero, los primeros hijos de la tercera generación de la familia imperial y actualmente los únicos nietos del Emperador. Ya eran el foco de atención en toda la capital incluso cuando todavía estaban en el vientre de su madre. Ahora que finalmente nacieron, la atención que atrajeron sólo se intensificó exponencialmente.

Incluso sin tener en cuenta el significado político detrás de este par de niños, el mero hecho de que fueran gemelos dragón y fénix fue suficiente para reunir una multitud de visitantes para bloquear el umbral. Desde las señoras experimentadas con niños o las novias recién casadas, todas estaban ansiosas por obtener los buenos augurios de los gemelos.

Se reunieron muchos invitados, convirtiendo el salón principal del Palacio Ciqing en un despliegue de brillo y opulencia. Las señoras invitadas se sentaron en pequeños grupos, intercambiando pequeñas charlas y saludos entre sí, cuando de repente entró un grupo de eunucos y silenció a todos los presentes.

Le siguieron dos sirvientas mayores, cada una con un pañal en los brazos. Cuando la multitud los vio, todos inmediatamente prorrumpieron en un flujo interminable de mensajes de felicitación. Los artículos necesarios para un bebé habían sido preparados para el hijo del Príncipe Heredero mucho antes de la fecha prevista de parto, pero nadie esperaba gemelos dragón y fénix. Estos últimos dos días, las mujeres que trabajan en la Dirección de Vestimenta Imperial se rompieron la espalda preparando un par de pañales de color rojo brillante bordados con un dragón dorado y un fénix dorado para los dos pequeños nietos imperiales. Los pañales permitieron a todos los presentes reconocer quién era el pequeño Junwang y quién era la pequeña Junzhu de un vistazo.

El hijo de un príncipe heredero era Junwang y su hija era Junzhu. Los bebés apenas habían nacido, pero ya tenían un rango más alto que la mayoría de las señoras presentes. Era la primera aparición pública de los gemelos, por lo que la multitud naturalmente no tuvo más que elogios y cumplidos, sin mencionar que la mayoría de los invitados nunca habían visto a los gemelos dragón y fénix con sus propios ojos. Bajo las instrucciones del eunuco que sirvió como maestro de ceremonia hoy, una partera recitó una serie de palabras auspiciosas antes de lavar al pequeño Junwang y a la pequeña Junzhu.

Los dos parecían arrugados y rojos cuando recién nacieron, pero solo les tomó un día volverse blancos y regordetes gradualmente. Aunque todavía había rastros de enrojecimiento en su tierna piel, los gemelos ya eran guapos. Un grupo de esposas imperiales y señoras con títulos se reunieron a ambos lados, observando a la partera verter agua en las pequeñas manos de los dos niños. Su linda apariencia derritió el corazón de todos los presentes.

Naturalmente, los bebés ya estaban muy limpios, ya que la ceremonia del lavado era sólo simbólica. Después de rociar superficialmente los cuerpos de los gemelos con agua tibia, la partera los secó rápidamente con seda blanca limpia y los volvió a envolver en sus respectivos pañales. Todo el tiempo, la multitud estuvo llena de elogios y palabras auspiciosas. Cada una de las dos sirvientas mayores sostuvo a un niño, mostrándolos con una amplia sonrisa antes de retirarse rápidamente con su pupilo en brazos.

Las sirvientas llevaron a los niños de regreso al salón interior, donde un dragón de tierra ardía para hacer que las habitaciones estuvieran tan cálidas como la primavera. La habitación se llenó de un leve olor a leche. Las sirvientas entraron al dormitorio principal y saludaron a la persona en la cama: