Saludos, noveno Tío

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Cheng Yumo estaba aturdida. Cuando finalmente recuperó el sentido, descubrió que era la única que quedaba en el pasillo exterior. Huo Changyuan ya había entrado sin decirle una palabra.

Cheng Yumo apretó el puño con fuerza, con las uñas incrustadas profundamente en la palma de su mano. Ese era su esposo, su familia natal. Debido a que estaba apretando demasiado fuerte, Cheng Yumo accidentalmente se rompió la uña del dedo meñique.

Se quedó mirando la sangre en su dedo con una cara aturdida. En este momento, todos los sirvientes estaban ocupados en el salón interior y nadie notó la situación de Cheng Yumo. Cheng Yumo se negó a llamar a nadie. Escondió su mano herida en su manga y ni siquiera vendó la herida. Como un alma errante, entró aturdida en el salón interior y escuchó mientras todos los demás hablaban.

Se sentó allí en una neblina, como si estuviera perdiendo su alma.

Cheng Yumo no pudo evitar pensar; ella no era peor que Cheng Yujin y más interesante. En comparación con Cheng Yujin, era obvio que era más popular entre los hombres. Si no fuera por el hecho de que la familia Cheng ya no tenía más hijas solteras, una mujer cuyo compromiso fracasó una vez no sería elegida para casarse con el Príncipe Heredero. En otras palabras, si no se hubiera casado con Huo Changyuan entonces, el que ahora cuidaba tiernamente el Príncipe Heredero, el que estaba por encima y envidiado por todos... ¿debería ser ella?

***

Después de que llegó Li Chengjing, todos los temas giraron en torno a Li Chengjing y Cheng Yujin. Todos charlaron un rato hasta que estuvo lista la comida del mediodía. Bajo la dirección de la anciana señora Cheng, luego se trasladaron al comedor para comer juntos.

Al comer, Cheng Yujin accidentalmente se atragantó con el chile. Ella frunció el ceño y contuvo la tos. Lian Qiao, que estaba sirviendo la comida de Cheng Yujin, no lo notó. Sin embargo, Li Chengjing lo vio y dijo:

—Trae un poco de suero de leche.

Cuando el Príncipe Heredero hizo su pedido, una sirvienta fue rápidamente a la cocina para pasar el mensaje. Todos los demás en la mesa del comedor detuvieron sus palillos y miraron a Li Chengjing.

—Su Alteza, fue la negligencia de este sujeto por no planificar el menú con cuidado. Este sujeto ha sido una falta de respeto, rogándole perdón a Su Alteza.

Li Chengjing agitó su mano. Sirvió una taza de té, la agitó lentamente en la mano y dijo:

—No es que me guste. Es solo que el suero de leche es bueno para la garganta.

Siguiendo la mirada de Li Chengjing, todos se sorprendieron al descubrir que Li Chengjing pidió el suero de leche por Cheng Yujin. Lian Qiao finalmente se dio cuenta y se apresuró a preparar gachas para que Cheng Yujin aliviara el picante. Li Chengjing la detuvo y dijo:

—La papilla está caliente. Se sentirá más picante después de beberlo.

Mientras tanto, el té en la mano de Li Chengjing parecía haberse enfriado a una temperatura deseable. Li Chengjing probó la taza con el dedo y dijo:

—La temperatura es la correcta. Bebe un poco para refrescarte la garganta primero.

Cheng Yujin no podía decir una palabra. Ella asintió y tomó el té. Cuando Cheng Yujin estaba bebiendo, Li Chengjing personalmente la ayudó a sostener la taza de té. Después de que terminó de beber, Li Chengjing tomó la taza y la puso en la bandeja que llevaba una sirvienta antes de palmear suavemente la espalda de Cheng Yujin:

—¿Te sientes mejor?

Cheng Yujin asintió.

—Mucho mejor. Gracias, Su Alteza.