Saludos, noveno Tío

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Temprano en la mañana, el pájaro cantaba con fuerza, la sirvienta de bajo rango a cargo de barrer acababa de rociar agua en el suelo, y los pasillos también habían sido limpiados. Cuando Cheng Yujin caminó por debajo del corredor techado, respiró el aire refrescante único de la mañana. Su figura, caminando lentamente con su sencillo vestido blanco, también formaba parte de este hermoso escenario.

La gente en el patio de Chenming ya estaba familiarizada con Cheng Yujin. Cuando la vieron de lejos, se acercaron a saludarla. Cheng Yujin sonrió y asintió con la cabeza. Liu Yi, que acababa de regresar de afuera, la vio e inmediatamente se detuvo para hacerle una reverencia.

—Señorita mayor.

—Mayordomo Liu.

Cheng Yujin respondió. Conocía la verdadera identidad de Liu Yi y estaba un ochenta por ciento segura de que era un eunuco del palacio. Como ahora estaba siguiendo a Cheng Yuanjing usando una identidad de sirviente doméstico, llamarlo "mayordomo" era apropiado.

Liu Yi se apresuró a declinar:

—La señorita mayor está asustando a este sirviente. ¿Cómo es digno este siervo...?

—El mayordomo es demasiado educado —Cheng Yujin sonrió—. El mayordomo Liu es la persona de servicio más confiable del Noveno Tío. A menudo corres afuera bajo la orden del Noveno Tío, y puede ser considerado su mano derecha. Si tú no eres digno de ser llamado mayordomo, entonces ¿quién lo es?

Aunque Liu Yi parecía muy humilde, estaba encantado. Lo que lo enorgullecía no era la cantidad de poder en su mano, ni los logros que había logrado, sino cuánto usó el príncipe heredero su servicio. Las palabras de Cheng Yujin estaban precisamente en la línea de la mente de Liu Yi.

Cuando Cheng Yujin miró la expresión de Liu Yi, supo que lo había hecho bien. Hizo un gesto a Du Ruo, quien sacó una caja de comida. Cheng Yujin dijo:

—El noveno tío se ha ocupado mucho de esta niña y el mayordomo Liu también me ha ayudado mucho. No tengo nada que pagar, así que solo puedo preparar algunos pasteles para el mayordomo Liu. Espero que no te disguste.

Liu Yi agitó su mano.

—Por supuesto que no. Hacer mandados para la señorita mayor es una bendición para este sirviente. ¿Cómo puedo seguir aceptando las cosas de la señorita mayor?

—Mayordomo Liu, por favor acepte. Esto es solo un poco de sinceridad de nuestra señorita.

Du Ruo puso la caja de comida en manos de un sirviente detrás de Liu Yi. La negativa de Liu Yi fue solo una cuestión de cortesía, por lo que después de ver la insistencia de Cheng Yujin, aceptó después de mostrar un poco más de desgana.

—Entonces, este sirviente agradece a la señorita mayor.

—El mayordomo es demasiado educado.

Cheng Yujin le devolvió la sonrisa.

Había principios en aceptar sobornos y recibir favores. Como Liu Yi aceptó la comida de Cheng Yujin, le habló con mucha más atención. Liu Yi preguntó:

—La señorita viene al patio Chenming tan temprano en la mañana. ¿Vas a encontrar al Noveno Maestro por algo?

—No es gran cosa.

Cheng Yujin hizo una pausa y luego dijo casualmente:

—Sin embargo, tengo un mensaje que entregar afuera. Espero que el mayordomo Liu pueda ayudarme a aprobarlo.

—Así que es esto.

Al escuchar las palabras de Cheng Yujin, Liu Yi agitó la mano y dijo:

—La señorita puede acudir a este sirviente en cualquier momento. Simplemente escriba su mensaje en el papel y este sirviente lo ayudará a enviarlo lo antes posible.