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Ya era noche, ni siquiera había ingresado a las clases y menos había ido a las prácticas. Su mamá y el secretario le habian enviado como cien mensajes y casi ochenta llamadas perdidas. Para su mala suerte, tambien habia recibido para mañana un castigo que consistía en limpiar el almacén donde se guardan los objetos de deporte. Necesitaba hablar con alguien para desahogarse, sin embargo Soo-Ah estaba ocupada en una reunión familiar por el cumpleaños de su tío y Su-Jing como siempre estaba con sus padres.
La única amiga que le quedaba era Ju-Gyeong, sabía que ella era la menos estudiosa y que tal vez estaría buscando maquillajes o algo, pero tambien sabia que ella tenia sentimientossinceros y le daria tal vez un buen consejo. Si bien es cierto que ella era parte fundamental de la decisión que había tomado, necesitaba apoyó emocional.
Así que le envío un mensaje a Soo-Ah pidiéndole la dirección de la casa de Ju-Gyeong. Lamentablemente no sabia, pero si le dio la dirección del salon de belleza Pandora de la señora Hong , así que se subió a un taxi.
Al llegar vio la fachada de un salón de belleza adornado con lindas y llamativas flores. Abrió la puerta e ingresó, se congeló al ver a la señora Mi Hyang y a Seo-Jun, su mirada se dirigió al piso donde se encontraba Ju-Gyeong.
—¿Cassi?¿cariño?— la señora Mi Hyang se acercó con una tierna sonrisa —¡oh linda!¡qué alegría verte!— dijo abrazandola, al sentir que la joven temblaba se separó y la vio con preocupación al ver sus ojos hinchados —¿qué te paso?— preguntó.
Cassi hizo una amable reverencia a la mamá de su amiga — lo siento por aparecerme de esta manera tan vergonzosa señora Hong — sé disculpo apenada y vio a la señora Mi Hyang con una pequeña sonrisa para tranquilizarla — no se preocupe... sólo vine a conversar con Ju-Gyeong.
— no tienes porque disculparte, eres bienvenida cuando gustes, bella señorita — dijo la señora Hong llevándose ambas manos al rostro y viendo las cejas de su clienta.
Ju-Gyeong se acercó a ella — tengo ropa extra aquí, vamos— dijo agarrando su mano y llevándola hacia las escaleras.
Seo-Jun solo se sentó a lado de su mamá esperando a que Cassiopeia saliera, tenía que saber que es lo que había pasado y si ella no quería contárselo la obligaría a hacerlo.
Ju-Gyeong le había dado una falda corta a cuadros en color rojo y un suéter delgado de color negro. Ella se cambió en la pequeña habitación, mientras la asiática se metió al baño a quitarse la mascarilla.
Cuando salió del baño, vio a Cassiopeia mirando hacia la nada. Ju-Gyeong le dio un abrazó y la castaña se hecho a llorar.
—¿qué sucedió?— preguntó cuando su amiga se tranquilizó.
— si tu amarás a una persona, pero él ama a otra... ¿lucharias por él o solo lo dejarías ir?— preguntó.
— si él ama a otra persona... bueno, no puedes mantenerte con los ojos cerrados ante una realidad, tienes que dejar ir lo que ya no se puede sostener por sí mismo porque, de lo contrario, vivirás en una falsedad dolorosa e incierta que no mereces.
— entonces... hice lo correcto — dijo limpiandose las mejillas con la manga del suéter. — gracias, eres una gran amiga — dijo abrazandola y Ju-Gyeong sonrio orgullosa.
Antes de bajar ingreso al baño a lavarse la cara, al llegar al primer piso vieron que Seo-Jun y su mamá seguian conversando con la señora Hong.
— nosotras nos vamos — dijo Ju-Gyeong .
— Cassi... — llamó la señora Mi Hyang desde el sofá y ella se acercó, se arrodilló para escuchar más cerca — si esas lágrimas son por Seo-Jun tienes mi permiso para golpearlo — la castaña soltó una pequeña risita — no quiero ver esos bellos ojos azules llorosos otra vez, quiero que me lo prometas.
— prometido — Cassiopeia levantó su mano con una sincera sonrisa, quería mucho a la señora Hyang.
— y tambien quiero que me prometas que si lo vez andando con esa motocicleta, le quites las llaves — dijo con una gran sonrisa.
— prometido — respondió mirando de reojo a Seo-Jun.
— y tienes que ir a visitarme con más frecuencia — dijo haciendo un puchero.
— esta bien — respondió levantándose.
— Seo-Jun acompaña a las dos hermosas chicas al paradero.
Cassiopeia se despidió de ambas señoras y salió del lugar. Ju-Gyeong y Seo-Jun salieron a su atrás, fueron al paradero y esperaron.
— gracias por la ropa — dijo Cassiopeia al ver que el bus se acercaba — y por el consejo.
— estaré para lo que necesites — dijo Ju-Gyeong en voz baja — ¡ nos vemos mañana!— dijo despidiéndose de ambos.
— ¿fue por Su‐ho?— preguntó cuando el bus ya estaba lejos, él se arrepintió de preguntar — mejor no me lo digas.
— si... — respondio suspirando — aunque duela... creo que todo tiene un tiempo y sin darnos cuenta el de nosotros había expirado hace un año. Varias cosas cambiaron y entre ellas sus sentimientos, no puedes obligar a alguien a amar ¿o si?— preguntó.
— no se puede obligar... pero soy egoísta — ladeo una sonrisa — asi que yo no la dejaría ir, lucharía hasta el final.
— qué galán...
Seo-Jun se quitó la polera y la cubrió — te vas a enfermar.
— por el hecho que conversemos sin pelear y que me des tu polera, no quiere decir que te he perdonado.
— bien, devuélveme la polera.
— ahora es mía — dijo dejando su mochila en el piso y poniendose la polera — búscate la tuya.
El sólo sonrió — como quieras — contestó deteniendo un taxi — sube y me envías un mensaje para saber que llegaste a salvó.
— intentaré recordarlo — dijo agarrando su mochila y subiendo al vehículo.
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My crystal girl || SeoJun
RandomEl amor de tu vida jamás dudará de ti, mucho menos de lo que quiere contigo. Será sencillo, involuntario y evidente. Donde ... Cassiopeia Edevane ha vuelto a Corea. Donde... Han Seo-jun no ha dejado de amarla. Donde... los sentimientos de Su-Ho es...