El amor de tu vida jamás dudará de ti, mucho menos de lo que quiere contigo. Será sencillo, involuntario y evidente.
Donde ... Cassiopeia Edevane ha vuelto a Corea.
Donde... Han Seo-jun no ha dejado de amarla.
Donde... los sentimientos de Su-Ho es...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—¿cómo estás?— preguntó Ju-Gyeong.
— bien — respondió con una sincera sonrisa — gracias por preguntar —ella fruncio el ceño al verla pensativa— ¿qué sucede?— preguntó
Ambas caminaban hacia el colegio — es mi cita a ciegas — dijo entregándole el celular — mira lo que me dijo.
"Me retracto de decir que te extrañaba. Para ser honesto tengo novia. Soy una basura que intento tener una aventura contigo. Me disculpo"
— es un idiota — dijo devolviendole su celular — al menos tuvo la decencia de decirte la verdad en vez de jugar contigo.
Al levantar la mirada vio que Seo-Jun llegaba en su motocicleta, agarró su celular y le tomó una foto.
—¿qué estás haciendo?— preguntó acercándose.
— ¿no recuerdas?— preguntó levantando ambas cejas — le prometí a tu madre que no volverías a usar la motocicleta.
— ¿ahora eres la mafia de mi madre?— preguntó.
— ¿mafia? Te refieres a un espía — corrigió Ju-Gyeong.
Seo-Jun rodó los ojos — es lo mismo, ambas son malas.
— como sea, no voy a dejar que vuelvas a subirte a ese vehículo — respondió Cassiopeia avanzando.
El chico no perdió tiempo, le arrancho de las manos el celular y se fue corriendo.
— ni te atrevas a borrar esa foto — amenazó persiguiendolo.
Cuando llegaron a la azotea él se detuvo y ella chocó con su espalda.
— hagamos un trato — dijo Seo-Jun ladeando una sonrisa, mientras se apoyaba en la varanda.
—¿cuál?— preguntó acercándose lentamente, él sonrio burlonamente y ella entendió inmediatamente que tenía un plan macabro — esperó que no sea nada tonto.
— ¿has escuchado de la alquimia?— preguntó cruzando sus brazos para demostrar inteligencia.
Cassiopeia lo vio confundida — sólo a Nicolas Flamel... ya sabes, Harry Potter — contestó encogiendo sus hombros.
— El hombre no puede obtener nada sin primero dar algo a cambio. Para crear, algo de igual valor debe darse a cambio. — él saco las llaves de su motocicleta — Esa es la primera ley de la Alquimia, la ley del Intercambio equivalente.
